La miel fue empleada antes del advenimiento de la escritura. Aparece
descrita en los antiguos textos Sumerianos y en pinturas rupestres en
cuevas que datan de hace más de 8000 años.
Este néctar de vida, fue altamente valorado en tiempos antiguos y era incluso usado como moneda, tributos u ofrendas. También ha sido empleada en alimentos, bebidas, como cemento y hasta para propósitos medicinales.
La miel es producida por las abejas a partir del néctar de las flores ayudando, a su vez, en el proceso de polinización de otras plantas. Las abejas han existido por centurias, demostrado por hallazgos en fósiles que datan de unos 150 millones de años.
Muchas personas que sufren de diabetes, tienden a permanecer alejadas de los azucares, y la miel no es una excepción. Sin embargo, esta puede aportar increíbles beneficios para la salud y puede ser incluida en cualquier dieta aunque su uso debe hacerse con moderación ya que tanto la miel como la azúcar afectan el nivel sanguíneo de la glucosa.
La miel es mas dulce que el azúcar, lo que hace que se requiera menores cantidades de esta, en las preparaciones, en comparación con el azúcar granulada. También, es más alta en carbohidratos, por lo cual, a una misma cantidad, la miel aporta más calorías que el azúcar.
La miel contiene importantes cantidades de antioxidantes y antiinflamatorios que ayudan a prevenir la enfermedad cardiovascular y ciertos tipos de cáncer. También es útil en el tratamiento de heridas y quemaduras ya que tiene un efecto calmante de las sensaciones de ardor y acelera el proceso de recuperación.
Mezclada con otros ingredientes, la miel hace que la piel luzca mas saludable y tersa.
Ayuda a prevenir la aparición del acné, la resequedad de la piel y los efectos del envejecimiento. Como puede apreciarse, la dulce miel ha ofrecido numerosos beneficios por centurias, pero es necesario consumirla con moderación.
Si quiere emplear la miel en su dieta, por favor consulte al nutricionista o a su médico referente de las posibles contraindicaciones. Muy probablemente el uso indicado en su caso sea ocasional y en pequeñas cantidades. Recuerde: la clave esta en la porción.
Una persona con diabetes DEBE aprender a identificar, en su caso en particular, que debe o no limitar. Aprender el momento y la cantidad “permitida”.
En el caso de la miel, a pesar de ventajas nutricionales generales en comparación con el azúcar granulada, su inclusión dentro de un plan de alimentación para alguien CON DIABETES pasa a ser poco probable o muy ocasional, dadas las cantidades de calorias que aporta por porción y la rapidez con que su consumo puede incrementar los valores de glicemia.
La decisión de incluirla en un plan de nutrición se determina en base a las características y condiciones de cada persona en particular, donde la orientación de un especialista en nutrición es FUNDAMENTAL. Asi que con la miel, PRUDENCIA!
Este néctar de vida, fue altamente valorado en tiempos antiguos y era incluso usado como moneda, tributos u ofrendas. También ha sido empleada en alimentos, bebidas, como cemento y hasta para propósitos medicinales.
La miel es producida por las abejas a partir del néctar de las flores ayudando, a su vez, en el proceso de polinización de otras plantas. Las abejas han existido por centurias, demostrado por hallazgos en fósiles que datan de unos 150 millones de años.
Muchas personas que sufren de diabetes, tienden a permanecer alejadas de los azucares, y la miel no es una excepción. Sin embargo, esta puede aportar increíbles beneficios para la salud y puede ser incluida en cualquier dieta aunque su uso debe hacerse con moderación ya que tanto la miel como la azúcar afectan el nivel sanguíneo de la glucosa.
La miel es mas dulce que el azúcar, lo que hace que se requiera menores cantidades de esta, en las preparaciones, en comparación con el azúcar granulada. También, es más alta en carbohidratos, por lo cual, a una misma cantidad, la miel aporta más calorías que el azúcar.
- Una cucharada de miel aporta: 64 calorías, 17.3 g de azúcar, 17.3 g de carbohidratos y 0.06 g de proteína.
- Una cucharada de azúcar aporta: 49 calorías, 13 g de azúcar, 13 g de carbohidratos y 0.00 g de proteína.
La miel contiene importantes cantidades de antioxidantes y antiinflamatorios que ayudan a prevenir la enfermedad cardiovascular y ciertos tipos de cáncer. También es útil en el tratamiento de heridas y quemaduras ya que tiene un efecto calmante de las sensaciones de ardor y acelera el proceso de recuperación.
Mezclada con otros ingredientes, la miel hace que la piel luzca mas saludable y tersa.
Ayuda a prevenir la aparición del acné, la resequedad de la piel y los efectos del envejecimiento. Como puede apreciarse, la dulce miel ha ofrecido numerosos beneficios por centurias, pero es necesario consumirla con moderación.
Si quiere emplear la miel en su dieta, por favor consulte al nutricionista o a su médico referente de las posibles contraindicaciones. Muy probablemente el uso indicado en su caso sea ocasional y en pequeñas cantidades. Recuerde: la clave esta en la porción.
Una persona con diabetes DEBE aprender a identificar, en su caso en particular, que debe o no limitar. Aprender el momento y la cantidad “permitida”.
En el caso de la miel, a pesar de ventajas nutricionales generales en comparación con el azúcar granulada, su inclusión dentro de un plan de alimentación para alguien CON DIABETES pasa a ser poco probable o muy ocasional, dadas las cantidades de calorias que aporta por porción y la rapidez con que su consumo puede incrementar los valores de glicemia.
La decisión de incluirla en un plan de nutrición se determina en base a las características y condiciones de cada persona en particular, donde la orientación de un especialista en nutrición es FUNDAMENTAL. Asi que con la miel, PRUDENCIA!