En épocas de estrés en las que necesitamos un plus de vitalidad, podemos recurrir a infusiones que nos ayudarán a ganar energía y a combatir el cansancio mental, sin el efecto rebote de las bebidas excitantes.
El invierno es muy largo y la rutina laboral o escolar, con los típicos
madrugones y estrés, afecta a gran parte de la población.
El ritmo en el
que nos vemos inmersos está acelerado: mucha gente, mucho tráfico, todo
son prisas… Esta situación prolongada genera en muchas personas una
especie de astenia que intentan combatir con bebidas excitantes y con
altas dosis de cafeína. Sin embargo, lo único que consiguen de este modo
es un falso efecto energizante que provoca un peligroso desequilibrio
en el sistema nervioso.
Si lo que buscamos es estimularnos de forma natural evitando el temido
efecto rebote, la naturaleza pone a nuestra disposición otras
alternativas más suaves y efectivas a largo plazo que, además, nos
aportarán otros interesantes beneficios para nuestra salud.
Té kuchicha Este té se elabora solo con las ramitas de la planta del té verde tostadas. Al igual que el té bancha,
que usa las hojas, este té aporta enormes propiedades antioxidantes y
alcalinizantes gracias que se recolecta después de 3 años en los que han
concentrado sus propiedades.La diferencia con otras variedades de su
familia es que, pese a multiplicar sus propiedades tónicas, apenas
contiene teína, por lo que es perfecto para niños e ideal para los
amantes del té que no quieren alterar su sueño.
Infusión de bambú Aunque todavía es un gran desconocido
en occidente, el té de bambú ya se encuentra disponible en el mercado
de la alimentación ecológica. Destaca su gran contenido en
oligoelementos como el sílice, que estimula el sistema inmunitario y
colabora en la síntesis de colágeno del tejido óseo y conjuntivo,
mejorando la salud de los huesos y facilitando así la reconstrucción de
todos los cartílagos destruidos por las enfermedades articulares como la
artrosis, artritis o reumatismo. Pero la principal razón para tomar té
de bambú es que, además, aporta grandes cantidades de otros minerales
como el calcio, el hierro o el potasio. De este modo, por su enorme
efecto remineralizante, nos ayuda a a reforzar nuestros niveles de
energía.
Romero: Si hay una planta autóctona efectiva para
activar el sistema nervioso y fácil de conseguir es, sin duda, el
romero. El responsable de su gran poder estimulante es una sustancia
llamada rosmaricina que estimula la circulación, favoreciendo la
irrigación sanguínea en el cerebro. Esto promueve un mayor estado de
aleta y facilita una mejor concentración. Para preparar nuestra
infusión, evitaremos utilizar el romero que lleve años viviendo en
nuestras despensas, ya que probablemente habrá perdido gran parte de sus
aceites esenciales tan preciados. Lo ideal es emplear romero de
producción ecológica y que nos ofrezca garantías de frescura. Bastará
con infusionar durante diez minutos una cucharada por cada taza que
preparemos. Los estómagos muy delicados y las mujeres embarazadas deben
abstenerse de esta infusión.
Menta Aunque su efecto es muy suave, las infusiones de
menta nos ofrecen una gran cantidad de beneficios. Entre sus virtudes,
destaca la propiedad de despejarnos la mente y combatir el cansancio
psíquico. Además, sus propiedades estomacales y digestivas nos ayudarán
con las digestiones pesadas y evitarán la inevitable fatiga que se
deriva de este tipo de problemas.
Infusiones para niños y estudiantes
El estrés afecta también en gran medida a los niños. En pleno invierno,
con la carga ya de casi medio curso o el esfuerzo que supone esta época
del año, es posible que su salud y sus nervios se resientan. Más allá de
las infusiones digestivas con anís, hinojo y manzanilla o aquellas muy suaves para ayudarles a conciliar el sueño con tila o melisa, no deberíamos abusar de las infusiones con los niños pequeños.
Cuando son más mayores y empiezan con los agobios de las clases, deberes
y exámenes, en lugar de darles bebidas con sustancias excitantes, que
desequilibran su mente, lo mejor es recurrir a plantas que estimulen su
memoria y concentración y que, a la vez, eviten picos de ansiedad.
Podemos darles rooibos o a caña santa, grandes reguladores del sistema nervioso o, mejor aún, recurrir a un excelente tónico como el romero, combinado con pasiflora, que tiene un suave efecto relajante y ansiolítico.