Cada
vez que una mujer se pone a dieta, sabe que tendrá que lidiar con su
estado de ánimo.
No sólo porque, seguramente, la obligarán a abandonar
esa sensación de confort que siente al comer un chocolate tras un día
cargado de estrés, sino porque tendrá que regular sus placeres de
acuerdo a lo que fije el plan alimenticio: frutas solo a la mañana, nada
de hidratos, bla bla bla bla. Pero aunque no lo crean es posible controlar nuestras ingestas sin que nos invada el malhumor.
Otro factor que este plan alimenticio tiene en cuenta es el del sueño: ya
sabemos que si tenemos hambre al irnos a dormir, nos costará conciliar
el sueño y al día siguiente no habrá quién nos aguante… Por eso, para
poder cerrar los ojos aunque estemos a dieta hay que consumir alimentos
ricos en triptófano, el aminoácido necesario para la formación de la
melatonina y la serotonina. Las principales fuentes son el huevo, los
lácteos, pescados, mariscos y carnes, los cereales integrales,
guisantes, lentejas y frutos secos. También son importantes los hidratos
de carbono complejos, y las vitaminas B1 y B6, ambas con un papel muy
relevante en el buen funcionamiento del sistema nervioso.
En esta dieta para bajar de peso sin dejar de ser felices, no deben faltar los alimentos tabú como las pastas, el chocolate, las hamburguesas, la banana… ¿Por
qué? Porque los fideos, por ejemplo, son un hidrato de carbono
esencial para mantener la energía y motivación mientras se adelgaza.
El fast-food tampoco
es descartado en este programa alimenticio, aunque si conviene que lo
restrinjamos lo más posible de nuestra mesa. Si bien es cierto que este
tipo de comida produce una gratificación inmediata y sensación de
saciedad (como los dulces, los donuts o las magdalenas) también se ha
asociado su consumo al aumento de los casos de depresión, ya que son
alimentos deficientes en vitamina A, vitamina C, zinc y ácido fólico. Y
esto es lo disminuyen ciertos procesos metabólicos que pueden producir
apatía, tristeza y luego depresión. ¿No es mejor este argumento que el
"no porque no" para convencernos de que nos conviene limitar el combo
hamburguesa-papas fritas?
Con respecto al chocolate,
lo que aconsejan hacer en esta "Dieta para ser feliz" es probarlo en
pequeñas dosis. Dicen que, normalmente, la necesidad de chocolate se
calma con poca cantidad, así que lo que conviene es comer una porción
pequeña y evaluar si con eso fue suficiente.
La banana es
otro de esos tótems de las dietas. ¿Podemos comer una o están
prohibidísimas? ¡Aleluya hermanas….! "Es una fuente natural de energía,
rica en triptófano y la podemos consumir de forma habitual", rezan los
nutricionistas buena onda. También son ricas en vitaminas C y B6, ácido
fólico y magnesio, lo que contribuye a levantar el ánimo y también a
reforzar nuestras defensas
Otro dato revelador: "20 cerezas pueden ser más eficaces que 20 antidepresivos".
Lo aseguran los mismos que reivindican la banana y subrayan que las
cerezas, además, ayudan a reducir el nivel de estrés. Incluso muchas
personas cuando están con ansiedad o dejan de fumar, necesitan llevarse
alimentos a la boca, y las cerezas son una buena opción. Efecto similar
provocan los pepinillos, las frutas frescas y las deshidratadas, el
yogur light con frutas o cereales. También las barritas de cereales, la
gelatina baja en calorías, los refrescos diet y los caldos de
hortalizas.
Y a no olvidar que más allá de los felices que nos pueda poner un
almuerzo al aire libre o una cena a la luz de las velas, la comida del
día que mejor nos predispone a ser felices es el desayuno. Hay cada vez
más evidencias de que las personas que desayunan tienen menos problemas
de sobrepeso que quienes no lo hacen. Es que si se sale de casa con el
estómago vacío, lo más probable es que a media mañana el cuerpo esté
pidiendo comida a gritos y nos convierta en una persona digna de tener
pocos amigos.
¿Tienes algún otro alimento para aportar para esta "dieta para ser feliz"?