Tiene 16
años. Habla inglés y español a la perfección y se maneja
extraordinariamente bien en francés y en latín.
Pese a ser un adolescente su destreza con el violín es memorable y ya ha protagonizado conciertos con orquestas sinfónicas. También da conferencias por Estados Unidos y el resto del mundo.
Un talento, en peligro de extinción En la actualidad sería muy complicado encontrar un talento tan grande como el de Emmanuel pues no le hubieran dejado nacer por el hecho de ser síndrome de down. Simplemente por no cumplir los requisitos que la sociedad occidental dice que hay que tener para ser digno de esta vida. Y todo ello amparado por la ley.
Un católico devoto Emmanuel es además un católico muy devoto, lo afirma orgulloso y realiza sus oraciones también en latín. De hecho, ha dirigido el rezo del Rosario en numerosas ocasiones así como oraciones comunitarias. En este sentido, este joven pretende utilizar el don que Dios le ha regalado para un fin mayor.
El violín, su arma y su escudo A los 12 años dio un recital con el violín en el Décimo Congreso Mundial de Síndrome de Down que se celebró en Irlanda en 2009. Allí además, hizo una presentación en una de las sesiones de trabajo.
Su objetivo es ayudar a otros niños Emmanuel fue educado en casa y sus padres nunca dudaron de sus capacidades. Con esfuerzo y perseverancia este niño podría sobreponerse a la discapacidad. Por ello, la principal labor de este chico es precisamente esto, que su ejemplo de superación valga al resto.
Su objetivo con esto se dividen principalmente en cuatro puntos:
Pese a ser un adolescente su destreza con el violín es memorable y ya ha protagonizado conciertos con orquestas sinfónicas. También da conferencias por Estados Unidos y el resto del mundo.
Su nombre
es Emmanuel Joseph Bishop y echando un vistazo a su historial se puede
decir sin miedo a equivocarnos que está uno o dos escalones por encima
del resto de chicos de su edad. Y este jovencito talentoso tiene
síndrome de Down. Es decir, en muchos países la ley permite eliminarlo
antes de su nacimiento: abortable por Down.Su historia es tan impactante
que está dando la vuelta al mundo a través de las redes sociales.
Un talento, en peligro de extinción En la actualidad sería muy complicado encontrar un talento tan grande como el de Emmanuel pues no le hubieran dejado nacer por el hecho de ser síndrome de down. Simplemente por no cumplir los requisitos que la sociedad occidental dice que hay que tener para ser digno de esta vida. Y todo ello amparado por la ley.
Sin embargo, la historia de Emmanuel aparece como un
vendaval que destruye todas estas falacias que justifican el aborto de
miles y miles de bebés que no son considerados aptos. Este adolescente
estadounidense ha ido desmontando todos los argumentos y ha mostrado al
mundo de lo que es capaz.
Un católico devoto Emmanuel es además un católico muy devoto, lo afirma orgulloso y realiza sus oraciones también en latín. De hecho, ha dirigido el rezo del Rosario en numerosas ocasiones así como oraciones comunitarias. En este sentido, este joven pretende utilizar el don que Dios le ha regalado para un fin mayor.
Sus esfuerzos están destinados a
mostrar a la gente con discapacidad que son igual que el resto, que
tienen sus propios dones y habilidades que mostrar al mundo. En
definitiva, convencerles de que son útiles, justo lo contrario de lo que
que el mundo les enseña a diario.
Un talento
precoz Emmanuel nació el 21 de diciembre de 1996 en la ciudad
estadounidense de Grafton. Pronto sorprendió a todo el entorno que le
rodeaba. A los dos años ya leía y tan sólo a los tres ya era capaz de
leer tarjetas en francés en un colegio de Illinois.
Con sólo seis
añitos leyó el discurso de bienvenida del Congreso anual de la Sociedad
Nacional de Síndrome de Down. Lo hizo en tres idiomas ante un auditorio
de más de 600 personas. A esa misma edad ya aprendía a tocar el
violín, una de sus mayores aficiones.
La vida de Emmanuel seguía yendo
a esta velocidad de vértigo. A los 8 años montaba en bicicleta y era
medallista en las Olimpiadas Especiales del Estado tanto en golf como en
natación donde ganó en los 200 y 400 metros libres. Dos años más tarde
marcaba varios récords en la categoría junior en distintas pruebas de
natación.
El violín, su arma y su escudo A los 12 años dio un recital con el violín en el Décimo Congreso Mundial de Síndrome de Down que se celebró en Irlanda en 2009. Allí además, hizo una presentación en una de las sesiones de trabajo.
Un año después podía ser al fin monaguillo en su
parroquia y a los catorce recibía el ansiado sacramento de la
Confirmación. En 2010 cumplía otro de sus sueños y para el Día Mundial
del Síndrome de Down fue invitado a tocar en Turquía con una orquesta
sinfónica.
Su objetivo es ayudar a otros niños Emmanuel fue educado en casa y sus padres nunca dudaron de sus capacidades. Con esfuerzo y perseverancia este niño podría sobreponerse a la discapacidad. Por ello, la principal labor de este chico es precisamente esto, que su ejemplo de superación valga al resto.
En sus
presentaciones habla al fin y al cabo de su vida, de un adolescente con
síndrome de Down que tiene intereses, que le gusta el deporte y la
música, que nada, que anda en bicicleta.
Su objetivo con esto se dividen principalmente en cuatro puntos:
- Destacar las habilidades, talentos, dones y el potencial de los niños con esta discapacidad.
- Contrarrestar las bajas expectativas en los síndromes de Down.
- Demostrar que la alegría de vivir no se opone a estas personas.
- Mitigar la prevalencia de que todo lo dicho o escrito sobre el síndrome de Down proviene principalmente de personas sin esta discapacidad.
Un ejemplo para todos
Muestra de estas charlas fue la que se produjo en diciembre de 2012 en Houston en la reunión anual sobre la Trisomía 21. Allí Emmanuel encandiló a todos relatando sus aventuras y sus viajes por el mundo, sobre sus estudios y también sobre su violín. También habló una parte en francés y habló sobre las obras de arte que había visitado durante su estancia en París. Luego respondió a preguntas sobre su vida y a dudas que otras personas pueden tener. Su educación en casa fue revelador para muchos así como la importancia de la alfabetización temprana. Ejemplos concretos ayudan sobremanera en una lucha contracorriente. Su testimonio, más por su capacidad de superación que por sus habilidades concretas, son un estímulo y un gran empuje, para tantos niños con síndrome de down y sus familias. No están solos y por supuesto que son útiles, más de lo que se puedan llegar a imaginar.
Muestra de estas charlas fue la que se produjo en diciembre de 2012 en Houston en la reunión anual sobre la Trisomía 21. Allí Emmanuel encandiló a todos relatando sus aventuras y sus viajes por el mundo, sobre sus estudios y también sobre su violín. También habló una parte en francés y habló sobre las obras de arte que había visitado durante su estancia en París. Luego respondió a preguntas sobre su vida y a dudas que otras personas pueden tener. Su educación en casa fue revelador para muchos así como la importancia de la alfabetización temprana. Ejemplos concretos ayudan sobremanera en una lucha contracorriente. Su testimonio, más por su capacidad de superación que por sus habilidades concretas, son un estímulo y un gran empuje, para tantos niños con síndrome de down y sus familias. No están solos y por supuesto que son útiles, más de lo que se puedan llegar a imaginar.