Aceites, nueces y semillas
Los aceites "buenos" incluyen: el aceite de oliva extra virgen, aceite orgánico de coco sin refinar o la mantequilla clarificada orgánica (ghee) y son las mejores opciones para utilizar a la hora de cocinar o de hacer aderezos, de acuerdo con “Natural Health Place”. Aunque debas de evitar el maní, si estás intentando mejorar la función tiroidea, la semilla de marañón, las semillas de girasol y las semillas de sésamo son una buena alternativa.
Vegetales
El alga marina utilizada
por los japoneses en la cocina por siglos, la cual es alta en yodo, es
recomendada para mejorar la función tiroidea, de acuerdo con la página
web “World's Healthiest Foods”. El alga, la cual viene en varias formas
incluyendo la ensalada de algas que encuentras en los restaurantes
japoneses, o la materia utilizada para enrollar el sushi pueden
comprarse en las tiendas de comidas saludables. Viene en variedades
color marrón, verde y rojo. El ajo, las cebollas y los hongos son todos
altos en vitaminas y minerales que juegan un papel importante en la
producción tiroidea.
Clorofila
Clorofila
El wheatgrass orgánico es realmente muy nutritivo, solo 25 ml. de jugo equivalen a 1.5 kilos de verduras frescas y orgánicas en vitaminas, enzimas y minerales, es una excelente fuente de proteínas, calcio, hierro, magnesio, fósforo, potasio, sodio, azufre, cobalto, zinc, entre otros.
Contiene la mayoría de las vitaminas y minerales necesarios para el cuerpo humano. El alto contenido de magnesio presente en la clorofila provee de enzimas benéficas para el organismo.
El almidón de la semilla de trigo es energía almacenada que cuando se convierte en azucares simples se transforma en una fuente rápida de energía que se asimila en tan solo 20 minutos.