“Los niños son como esponjas”. Esta
frase es muy repetida a la hora de hablar sobre el proceso de
aprendizaje de los más pequeños y la facilidad que tienen para memorizar y asumir ciertos comportamientos que han visto en su entorno.
Lejos de ser un tópico muy repetido por
parte de los adultos, estudios muestran que muchos rasgos del
comportamiento de un adulto están influidos por situaciones vividas y el
clima respirado durante la infancia.
Estos matices del comportamiento humano son más reseñables en aquellas situaciones en las que se ha vivido una niñez dura o situaciones traumáticas durante los primeros años
de nuestras vidas, aunque también ocurre lo contrario, ya que un buen
entorno familiar es el clima propicio para el desarrollo infantil. En el
magacín Business Insider nos muestran un listado con algunos de estos rasgos.
1. La relación cercana con los padres influye en las relaciones de adulto
Un estudio de la Universidad de Haifa, liderado por Yossi Guttman y Amnon Lazar, seleccionó
a 231 personas de entre 22 y 32 años y entre ellos se observó que a los
huérfanos o los hijos con padres divorciados les resultaba más costoso
mantener relaciones de pareja, ya que, en torno, al 60% de ellos tenían una relación, por el 82% de aquellos con padres casados.
La relación que se tiene con los padres influye enormemente en las futuras relaciones de pareja
Más allá de estas cifras, en este estudio también se detectó que el vínculo emocional de los hijos con los padres está íntimamente relacionado con el desarrollo de las relaciones de pareja
durante la vida adulta, pues cerca del 41% de los casos en los que el
progenitor solía ausentarse o, directamente, no había relación con él,
sentían un mayor temor al abandono y miedo a mantener relaciones.
2. Si se ha sufrido maltrato durante la infancia, se es más propenso a la depresión
La depresión es uno de los síndromes mentales más desarrollados en la actualidad, pero las cifras aumentan en hasta 2,27 veces en los casos de aquellas personas que han sufrido maltrato o una infancia especialmente exigente por parte de sus padres.
En el estudio
realizado por el instituto de psiquiatría del King’s College London
examinó a más de 23.000 personas con depresión y se centraron en cuatro
indicadores de maltrato: rechazo de la interacción por parte de la
madre, dura disciplina por parte de uno de los progenitores, maltrato
físico o sexual o mal cuidado de los padres. Los casos en los que se
cumplían al menos dos de estos criterios fueron muy concluyentes.
3. Si se ha sufrido maltrato escolar, hay más posibilidades de tener una vida menos funcional
Una investigación
se centró en ver la evolución de los 7.771 niños que nacieron una
determinada semana de 1958 en Gran Bretaña. El periodo del seguimiento
duró desde los 7 hasta los 50 años y se concluyó que cuatro décadas más
tarde se siguen viendo los efectos del maltrato escolar,
ya que gran parte de las personas que lo han sufrido tienden a tener un
mundo “más pequeño” y no son capaces de sentirse bien sin el apoyo de
su familia, amigos o entorno.
4. Si se ha pasado por hechos traumáticos, hay mayor tendencia a la obesidad
Especialmente en aquellos casos en los que se han sufrido abusos sexuales durante la infancia. El doctor Vincent Felitti realizó un estudio
a finales de los años 80 en el que descubrió que de las 286 personas
investigadas, el 50% habían sufrido abusos durante los primeros años de
su vida.
Otro estudio más reciente, de 2009, detectó, tras haber estudiado a 15.000 adolescentes, que los que habían sido abusados tenían un más riesgo de tener trastornos alimenticios. Concretamente un 67% más de posibilidades.
Fuente: El Confidencial