El Aceite de Lavanda puede ser de gran ayuda: no sólo es ideal para hacer masajes y para reactivar la circulación, sino también para mejorar quemaduras y curar eczemas; además de tener un potente efecto antifúngico.
Se elabora a partir de las flores, que son las que tienen el aceite esencial.
Si bien se puede encontrar en cantidades de almacenes y tiendas y comercios especializados, también tienes la posibilidades de ser tú mismo quien lo prepare, y como verás no es difícil.
INGREDIENTES:
Aceite de almendras dulces (se puede conseguir en una farmacia o droguería).
Hojas, flores y tallos de lavanda, que deberán estar previamente machacados con un mortero.
Frasco de cristal o tarro de boca ancha.
PREPARACIÓN:
Coloca las flores en el tarro y añade el aceite de almendras dulces sin llegar a llenarlo por completo.
Cierra y deja en un lugar oscuro y cálido (puede ser en cualquier armario donde no entre la luz).
Cada día deberás tomar el tarro y agitar la mezcla, para lograr que los componentes se mezclen bien.
Pasado un mes deberías filtrar el aceite utilizando un colador. Coloca en un nuevo frasco.