Friday, April 11, 2014

Callosidades por uso incorrecto de zapatos



A lo largo del día mantenemos los pies muy activos: caminamos largas distancias, les colocamos zapatos ajustados y tacones; soportan el peso de nuestro cuerpo, pero cuando se padece alguna enfermedad, por ejemplo, diabetes, el cuidado de los pies se vuelve primordial como una acción preventiva. Implica elegir adecuadamente el calzado para evitar molestias como pie de atleta, espolones y callosidades.
De acuerdo con datos de la Fundación Mexicana de Dermatología, las callosidades son más comunes en los pies debido al frecuente roce y al soporte del peso del cuerpo de manera constante. Predominan en el sexo femenino, y en edades entre los 30 y hasta los 60 años.

Los callos se producen por el incremento de tejido queratinizado en sitios de apoyo, excesiva presión o fricción constante de la piel, ocasionando un engrosamiento de las capas cutáneas.

Se recomienda evitar factores que predispongan la aparición de los mismos, como la falta de humectación, calzado incómodo y el sobrepeso. Asimismo, es erróneo que puedan eliminarse con lijas o tallándolos, mala práctica que refuerza el engrosamiento de la piel.

Para quienes utilizan sustancias corrosivas para erradicarlos, deben tener mayor cuidado porque suelen provocar severas quemaduras, que dan lugar a infecciones y otras complicaciones.

Resultan más efectivos los queratolíticos, emolientes y cremas que contengan sustancias como urea y ácido salicílico, porque reducen el tejido. También se recomiendan los tratamientos con láser, previamente consultados con los especialistas.

Gracias a que los callos son un problema muy frecuente, resultado de malos hábitos, algunas conductas sencillas y ejercicio adecuado pueden evitar su aparición, e incluso, facilitar su curación.