¿Puede prevenirse el cáncer con vinagre? Pues sí y así se reduce la mortalidad por cáncer de cuello de útero (en otros países se usa la vacuna del papiloma para “prevenir” eso mismo). Paradojas de la mercantilización de la salud.
Surendra Shastri, oncólogo del Hospital Tata Memorial de Bombai, India, acaba de ser reconocido por la Sociedad Americana de Oncología Clínica (ASCO, según sus siglas en inglés) por su contribución a la prevención del cáncer con vinagre.
Shastri explica que en un país empobrecido como India la citología, la prueba común que se hace en los países industrializados para prevenir con éxito el cáncer de cuello de útero no puede implantarse por falta de medios técnicos.
Pero una simple inspección visual del cuello del útero de las mujeres con una solución a base de ácido acético (un ingrediente del vinagre), ha demostrado en un ensayo con miles de mujeres de varios distritos rurales de la India que puede reducir un tercio la mortalidad por cáncer de cuello de útero.
Mientras las citologías regulares en el primer mundo han permitido reducir su mortalidad a cifras insignificantes, se calcula que en países en desarrollo causa unas 200.000 muertes anuales. La citología es relativamente barata pero la “prueba del vinagre” cuesta menos de un euro en India.
Contrasta todo esto con la aplicación de la vacuna del papiloma, además de desconocerse su efectividad pues dicho cáncer tarda decenas de años en desarrollarse tras ser detectado, tiene un precio de entre 120 y 150 euros por cada una de las tres dosis necesarias y además su seguridad está en entredicho como lo prueba que ha comenzado el proceso de demanda judicial por los daños que causa, como conté ayer en Una familia acude a los tribunales por los daños que sufrió su hija por la vacuna del papiloma.
Es decir, las administraciones públicas podrían invertir poco dinero en la prueba del ácido acético en vez de mucho más (desconozco las cantidades concretas) en el test de detección del virus comentado y la vacuna ad hoc. La técnica existe, la voluntad política ya no sé.
Surendra Shastri, oncólogo del Hospital Tata Memorial de Bombai, India, acaba de ser reconocido por la Sociedad Americana de Oncología Clínica (ASCO, según sus siglas en inglés) por su contribución a la prevención del cáncer con vinagre.
Shastri explica que en un país empobrecido como India la citología, la prueba común que se hace en los países industrializados para prevenir con éxito el cáncer de cuello de útero no puede implantarse por falta de medios técnicos.
Pero una simple inspección visual del cuello del útero de las mujeres con una solución a base de ácido acético (un ingrediente del vinagre), ha demostrado en un ensayo con miles de mujeres de varios distritos rurales de la India que puede reducir un tercio la mortalidad por cáncer de cuello de útero.
Mientras las citologías regulares en el primer mundo han permitido reducir su mortalidad a cifras insignificantes, se calcula que en países en desarrollo causa unas 200.000 muertes anuales. La citología es relativamente barata pero la “prueba del vinagre” cuesta menos de un euro en India.
Contrasta todo esto con la aplicación de la vacuna del papiloma, además de desconocerse su efectividad pues dicho cáncer tarda decenas de años en desarrollarse tras ser detectado, tiene un precio de entre 120 y 150 euros por cada una de las tres dosis necesarias y además su seguridad está en entredicho como lo prueba que ha comenzado el proceso de demanda judicial por los daños que causa, como conté ayer en Una familia acude a los tribunales por los daños que sufrió su hija por la vacuna del papiloma.
Es decir, las administraciones públicas podrían invertir poco dinero en la prueba del ácido acético en vez de mucho más (desconozco las cantidades concretas) en el test de detección del virus comentado y la vacuna ad hoc. La técnica existe, la voluntad política ya no sé.