Aunque no se conoce bien el mecanismo, parece que hay dos tipos de personas: las que recuerdan con frecuencia sus sueños y las que apenas los recuerdan.
Para añadir más interés al asunto, un estudio acaba de confirmar que el cerebro de unos y otros funciona de manera diferente, y que en estas sutiles diferencias podría estar la clave entre recordar y no recordar lo soñado.
El estudio ha sido realizado por Perrine Ruby y su equipo del
Centro de Investigación en Neurociencia de Lyon (Francia), quienes
realizaron una serie de pruebas a un grupo de 36 sujetos sanos en un
laboratorio del sueño.
La mitad de ellos eran de los que apenas
recuerdan lo soñado (uno o dos sueños al mes como mucho) y el resto
pertenecía a esa clase de personas que recuerda sus sueños casi a
diario. Todos ellos pasaron una noche en el centro mientras los
científicos monitorizaban su actividad cerebral con encefalogramas y
emitían una serie de sonidos a los sujetos a través de auriculares para
comprobar sus reacciones.
Pero la sorpresa no había terminado, porque esta actividad también se
registró de la misma forma cuando se hizo la misma prueba con los
sujetos despiertos. Y esto apunta - concluyen los investigadores - a que
existen diferencias neurofisiológicas en los cerebros de ambos colectivos.
El motivo por el que unos recuerdan mejor los sueños que los otros está
en la propia estructura del sueño. Como confirmaron también las
observaciones de Ruby y su equipo, los 'recordadores' sedespiertan muchas más veces durante
la noche, lo que podría ayudar a consolidar el recuerdo. Su estudio
concluye que existe una organización funcional distinta en el cerebro de
estas personas, lo que podría influir en su capacidad para recordar los
sueños.
En cualquier caso, recuerdan los investigadores, recordar o no recordar
los sueños no es ni bueno ni malo, simplemente son manifestaciones de
una diferencia en la forma de procesar la información, y nadie debe
preocuparse si está en cualquiera de los dos casos.
Consejos para recordar los sueños
La incapacidad para recordar lo soñado no tiene por qué ser permanente y
hay algunos trucos clásicos para conseguir retener las fantasías que
nuestro cerebro elabora durante la noche.
1. La primera es acostarse con el propósito firme de recordar lo que se va a soñar. Parece que esta mentalización previa ayuda a acordarse de algo por la mañana.
2. La segunda es un poco masoquista y consiste en ponerse un despertador cada hora y
media, de modo que coincida con las salidas de la fase REM, cuando se
recuerda mejor lo soñado. Otro truco es beber mucha agua antes de
acostarse, lo que nos obligará a levantarnos al baño en mitad de la
noche.
3. La tercera y más sencilla es tener siempre una libreta y bolígrafo en
la mesilla y hacer el esfuerzo de apuntar el contenido del sueño. A
veces el recuerdo vivo solo dura unos segundos y si se deja marchar es
muy difícil recuperarlo por la mañana.
4. Por último, algunos estudios recientes sugieren que las personas que juegan a videojuegos antes
de acostarse tienen una mayor control de sus sueños y generan más
“sueños lúcidos" que el resto. Esta capacidad ayudaría a sobrellevar las
pesadillas y se está investigando su aplicación en personas con estrés
post-traumático, como veteranos de guerra, para aliviar su situación.
Así que si mañana quieres recordar tus sueños, quizá no te venga mal
echar una partida en la consola antes irte a la cama.
Referencias: Alpha reactivity to first names differs in subjects with high and low dream recall frequency (Frontiers in Consciousness Research)