Es el deporte más sencillo y al alcance de todos. Caminar es tan beneficioso o más, para la prevención de enfermedades cardiovasculares como correr.
Caminar es un ejercicio de bajo impacto,
puede ser realizado por cualquier persona de cualquier edad y casi
cualquier condición física. No necesita de un aprendizaje previo ni de
una técnica específica.
Si queremos perder peso, caminar varios
días por semana a un ritmo vivo, acorde a nuestra capacidad, sin pausas,
durante unos 60 minutos quema tantas calorías como correr 30 minutos.
Es un ejercicio excelente ara el
corazón, pues trabaja a un ritmo moderado durante un periodo de tiempo
muy largo. Mejora por lo tanto nuestra resistencia. Como es un ejercicio
que se realiza en el exterior, nos ayuda a generar más vitamina D lo
que favorece la salud de nuestros huesos.
Caminar tonifica la musculatura de
muslos y pantorrillas, si lo hacemos en pendientes, tonifica además los
glúteos. Si acompañamos los movimientos con los brazos, estaremos
realizando un excelente ejercicio de extremidades superiores e
inferiores.
Caminar puede ser el principio para una
posterior afición a correr. Si no tenemos una forma física suficiente
como para correr, podemos comenzar caminando. Cada vez a mayor
velocidad, hasta que nos sintamos con fuerzas para empezar a correr.
Es
un ejercicio social, se puede practicar en grupo.
Evita como toda
actividad física el riesgo de estrés y por lo tanto es un antidepresivo
muy económico al aumentar los niveles de endorfinas.
Si nuestra rutina diaria, no nos deja
tiempo podemos dividir la caminata en varias sesiones.
Por la mañana al
ir a trabajar, al terminar el almuerzo, al volver del trabajo etc… En
lugar de salir a caminar 60 minutos seguidos, podemos dividir en varias
sesiones de 15 – 20 minutos. No será tan efectivo, pero es mejor que
quedarse en el sofá.