Thursday, August 28, 2014

Lo difícil no es perder peso, es mantenerse: 4 consejos clave para conseguirlo



Michelle Harvie y Tony Howell son los reponsables de la revolucionaria "dieta de los dos días", que permite una rápida pérdida de peso. En el pasado ya hemos explicado qué necesitas hacer para alcanzar dicho objetivo. Sin embargo, tan complicado (o aún más) resulta mantenerse en ese anhelado peso ideal. En el extracto de La dieta de los 2 días (Temas de Hoy) que presentamos a continuación, los doctores nos explican, en cuatro pasos, qué debemos hacer para no recuperar los kilos perdidos.

Supervísate

No perder de vista tu peso constituye uno de los factores clave para mantener los kilos a raya. Si adviertes los primeros síntomas de que estás ganando peso, puedes actuar con rapidez e invertir la tendencia. Pésate cada semana, de igual modo que hiciste durante la dieta de los dos días, además de comprobar cómo te queda la ropa: una prenda que te queda un poco ajustada podría ser un indicio de que estás ganando algunos kilos. No caigas en la tentación de hacer trampas llevando siempre ropa suelta –como un chándal o unos leotardos–, ya que así no podrás advertir ningún cambio: las ropas que ajustan más son los mejores indicadores. Si adviertes que tu ropa te queda más ceñida, pésate. El peso puede fluctuar en 1-2 kilos, pero, si tu peso aumenta en más de 2 kilos o en un 3 por ciento de tu peso total, es una señal de alarma que te indica que debes retomar la dieta y el plan de ejercicios.
No pierdas la motivación

No olvides las razones que te llevaron a desear perder peso y recuérdate a ti mismo lo lejos que has llegado. Al inicio de la dieta de los dos días te marcaste una serie de objetivos y sería muy buena idea marcarte también una serie de propósitos claros para mantener el peso a raya. Quizás desees mantener el peso porque dentro de unas semanas tendrás que acudir a un acontecimiento social, como una boda, una fiesta o unas vacaciones.



Ya hemos mencionado cómo puedes usar fotografías de “antes” de ponerte a dieta para motivarte a seguir por el buen camino cuando pierdas peso. También puedes usar fotografías de “antes” y “después" de ponerte a dieta para recordarte todo lo que has conseguido gracias al duro trabajo que has llevado a cabo y usarlas como un incentivo para mantener el peso a raya. Las ropas en las que ahora cabes, que no te podías poner antes de hacer la dieta, también son una forma excelente de recordarte lo lejos que has llegado.

Las recompensas por haber alcanzado su objetivo –y por haber seguido con tu plan de alimentación y de ejercicios– son todavía más importantes cuando se trata de mantener el peso que cuando querías adelgazar, ya que ahora no sienten la emoción inmediata de ver los kilos que has eliminado. Planifica un premio para el final de cada mes en el que hayas conseguido mantener el peso. De hecho, teniendo en cuenta lo complicado que puede resultar, probablemente deberías recompensarte más por mantener el peso a raya que por haberlo perdido.
Ajusta tus apoyos

Además de recompensarte a ti mismo, sabemos que nada motiva más que recibir los comentarios positivos y el apoyo de las personas que te rodean. Esto puede que no suceda de manera automática y, por tanto, es posible que necesites pedir ayuda a tus seres más queridos. Solicita a las personas que te apoyaron cuanto tratabas de perder peso que sigan dándote su aliento mientras te esfuerzas por mantenerlo. Explícales que es un momento muy importante para ti, que presenta sus propios desafíos.

Deberías permitirte comer con más libertad cuando te encuentras en reuniones sociales, pero deberías compensarlo comiendo menos los días antes y despuésPídeles su apoyo para que te ayuden a hacer la dieta durante un día restringido a la semana y a seguir una dieta mediterránea sin restricciones durante los seis días restantes, además de hacer el plan de ejercicios habitual. Conseguir que los demás reconozcan tus logros a la hora de mantener el peso a raya es igual de importante que el apoyo que te dieron para perder peso durante los meses en los que estuviste a dieta.
Prepárate

La experiencia que te ha proporcionado seguir la dieta de los dos días te permitirá saber cuáles son los momentos de mayor peligro que pueden apartarte de tus buenas intenciones en tu alimentación y en tu plan de ejercicios. Utiliza las estrategias de control del estrés para no caer en la trampa de comer para sentirte bien y planifica de antemano las reuniones sociales. Deberías permitirte comer con más libertad cuando te encuentras en algunas reuniones sociales en particular, pero deberías compensarlo comiendo menos los días antes y después de dicho acontecimiento. Si hay ocasiones en las que crees que te has saltado la dieta, no debes rendirte, sino que, por el contrario, debes aprender de ellas para que te permitan supera la situación la próxima vez.

También puede haber problemas a largo plazo que interfieran en tu esfuerzo por mantener el peso. Por ejemplo, una época de mucho trabajo, en la que tienes que hacer horas extra en la oficina; la realización de reformas en casa, que hacen que seas incapaz de usar la cocina; periodos en los que trabajas fuera de casa y duermes y comes en hoteles que pueden trastocar tu alimentación sana y tus rutinas de ejercicios. Lo bueno de todo esto es que normalmente puedes ver que esos momentos acechan en el horizonte y puedes diseñar tus planes en función de ellos.


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