La bebida se obtiene de cocos verdes (Cocos nucifera) y es rica en potasio y antioxidantes.
Sin embargo, nutriólogos concuerdan en que no debería remplazar el agua como fuente principal de hidratación, sino simplemente incorporarse ocasionalmente a una dieta balanceada como una alternativa más sana a los refrescos y demás bebidas en el mercado.
El agua de coco contiene altos niveles de potasio y pequeñas concentraciones de sodio, magnesio, calcio y fósforo. Aproximadamente una taza y media del líquido contienen más potasio que un plátano o que bebidas como Gatorade y Powerade. El potasio promueve el desarrollo celular y elimina los calambres al regularizar la actividad neuromuscular.
Si se bebe sin endulzar, el agua de coco contiene cerca de 40 calorías por taza y es prácticamente libre de grasa. Por lo tanto, es cinco veces más saludable que los refrescos, los cuales contienen grandes cantidades de azúcar, de acuerdo con la nutrióloga Allison Massey, del Centro Médico Mercy en Baltimore (EE.UU.).
Curiosamente, el agua de coco es bastante sanitaria debido a que la gruesa cáscara exterior la protege de contaminantes. Basándose en evidencia anecdótica, un estudio publicado en 2000 en American Journal of Emergency Medicine sugiere que en situaciones de emergencia incluso puede remplazar al plasma en la sangre humana, debido a que tanto el agua de coco como el plasma tienen composiciones similares.