Alimentación, fitoterapia, vacunas, hábitos en casa, en la calle y en el trabajo. Hemos visitado el súper, el herbolario y la consulta médica para contarte cómo pasar un invierno sin resfriados.
Gripe, resfriados, tos, dolor de garganta, molestias respiratorias... no son inevitables sólo porque haga frío. Una buena alimentación, algunas ayudas de herbolario, unos buenos hábitos y la vacuna contra la gripe en ciertos casos, pueden ayudarte a pasar las estaciones frías como una rosa.
Para que sepas qué medidas debes tomar, hemos hecho un recorrido para decirte cómo llenar tu heladera o nevera y tu botiquín en temporada de frío.
Guía de Alimentación
Que
cada estación tenga sus propios alimentos no es una coincidencia. La
naturaleza pone a tu alcance los nutrientes que tu cuerpo necesita para
estar sano en cada época del año. En otoño e invierno los cítricos son
las frutas estrella, ya que contienen las dosis de vitamina C que
nuestro organismo emplea para evitar y combatir los resfriados e
infecciones.
Pero hay muchos otros alimentos que funcionan como medicamentos naturales, combatiendo los virus que nos acechan en invierno.
Nada más fácil ni más barato que incluirlos en tu lista de la compra. Toma nota:
Pero hay muchos otros alimentos que funcionan como medicamentos naturales, combatiendo los virus que nos acechan en invierno.
Nada más fácil ni más barato que incluirlos en tu lista de la compra. Toma nota:
Fruta. Empieza
el día con un zumo de naranja o limón y toma al menos dos piezas más de
fruta fresca a lo largo del día. Además de proporcionarte vitaminas,
fibra y antioxidantes, te ayudarán a contrarrestar el aumento de grasas e
hidratos que el cuerpo pide en invierno. A la cesta. Naranjas,
mandarinas, pomelos, kiwi, piña, mango, papaya, chirimoya, plátanos,
etc.
Frutos secos. Es
la mejor época del año para tomarlos, ya que el cuerpo necesita más
energía para mantener la temperatura corporal y contienen vitaminas y
grasas saludables. Toma un puñadito entre horas o cuando necesites un
extra de energía. Incluirlos en el desayuno te cargará las pilas para
todo el día. A la cesta. Nueces, avellanas, almendras, dátiles, pasas,
etc.
Verduras. Tienen
grandes propiedades contra los resfriados y enfermedades respiratorias.
Su contenido en vitamina A es esencial para mantener sana la piel y las
mucosas. Tómalas a diario, crudas o ligeramente cocinadas. A la cesta.
Acelgas, espinacas, calabaza, col, coliflor, champiñones, habas,
puerros, alcachofas o berros. Que no falten zanahorias (ricas en
betacarotenos), ajos (el antibiótico natural) y brócoli (rico en hierro y
vitamina C).
Legumbres. Son
los alimentos estrella en invierno, cuando el cuerpo necesita platos
calientes y energéticos. Cocinadas sin grasa te aportan mucha fibra y
pocas calorías. Tómalas al menos dos veces por semana. A la cesta.
Garbanzos, judías blancas y pintas, porotos, fabes, habas o lentejas.
Incluye en tu alimentación frutas, verduras, cereales, legumbres y pescado:
Cereales. Mejor
integrales y con poca elaboración. Te aportan la fibra y energía que tu
cuerpo necesita para afrontar el día a día. Con leche en el desayuno, o
en forma de galletas integrales son un extra nutricional que tu
organismo agradecerá. A la cesta. Cereales y galletas integrales,
salvado y germen de trigo.
Pescado. Tómalo
entre tres y cuatro veces a la semana, contiene grasas cardiosaludables
-Omega 3 y Omega 6-, proteínas, calcio y pocas calorías. Fresco,
congelado o en conserva es siempre una opción excelente. A la cesta.
Caballa, sardinas, boquerones, salmón, merluza, mariscos, moluscos.
Hidratos. Con
el frío tu cuerpo te pedirá alimentos más energéticos. Pasta, arroz,
patatas y pan son alimentos saciantes y muy sanos que no deben faltar en
tu dieta invernal. Eso sí, modera sus cantidades, cocínalos con poca
grasa, no abuses de las salsas y tómalos mejor al medio día o cuando
vayas a hacer un gran esfuerzo físico. A la cesta. Patatas, pastas y
arroz integral, pan de horno o integral.
Proteínas. En
invierno el cuerpo te pedirá más proteínas para mantener su actividad
diaria, ya que son el principal sustento de tus músculos, evitan la
fatiga, permiten un buen funcionamiento mental y además evitan los
ataques de hambre. A la cesta. Pescado, huevos, pollo, pavo y lácteos
contienen las mejores proteínas de origen animal. El aguacate y la soja
contienen grandes cantidades de proteína vegetal libre de grasas.
Grasas. Está
demostrado que en invierno necesitamos comer más para mantener la
temperatura corporal y para contrarrestar la 'depre' que a muchas
personas les produce la falta de luz. Toda dieta debe incluir una
proporción de grasas, algo mayor en invierno, pero sé inteligente y
tómalas cardiosaludables. A la cesta. Aceite de oliva, frutos secos,
aceitunas, carnes magras, queso, etc.
La
gripe es una enfermedad infecciosa causada por un virus, por lo que los
antibióticos no son eficaces en su tratamiento. Se manifiesta con
fiebre, alteraciones en el sistema respiratorio y dolores musculares. Se
considera que la vacunación es el mejor modo de prevenir esta
enfermedad, si bien la alimentación juega un papel fundamental en el
funcionamiento del sistema inmunitario.
Remedios naturales y fitoterapia
Equinácea. Te evitará muchas gripes y resfriados ya que mantiene en forma tu sistema inmunológico. Consiga Equinacea en capsulas AQUI
Propóleo. Es
el componente estrella de muchos suplementos nutricionales de
herbolario. Te ayudará a mantener altas tus defensas durante el
invierno.
Ajo. Si
no soportas su sabor, puedes tomarlo a diario en forma de pequeñas
grageas. Es excelente para prevenir todo tipo de infecciones. El ajo es
el antibiótico natural más potente que existe, pero sin los efectos
secundarios de los fármacos químicos. Medio diente de ajo diario o su
equivalente en grageas basta para proteger tus defensas.
Levadura de cerveza. Es un complemento alimenticio perfecto para mantener altas las defensas que, además, cuida tu pelo y tus uñas.
Tomillo. Tomado en infusión tiene excelentes propiedades antisépticas que te ayudan a combatir los resfriados.
Uña de Gato. Para
reforzar el sistema inmune. También contra los estados febriles, gripe
(especialmente niños), sinusitis, resfriados, neumonías asma y alergia.
Antiviral natural.
El saúco, el astrágalo y la milenrama son hierbas que también te ayudarán a prevenir resfriados.
Además, en herbolarios y tiendas de productos naturales o ecológicos encontrarás alimentos sanos, nutritivos y elaborados sin aditivos y procesados industriales que te ayudarán a mantener altas tus defensas.
Además, en herbolarios y tiendas de productos naturales o ecológicos encontrarás alimentos sanos, nutritivos y elaborados sin aditivos y procesados industriales que te ayudarán a mantener altas tus defensas.
Cuando la gripe ya se ha contraído
Una
vez que la gripe ya ha empezado a mostrar sus primeros síntomas,
resulta inútil tomar cualquier tipo de antibiótico, ya que éstos no
ejercen ningún efecto sobre los virus. Si bien, se puede optar por tomar
algún medicamento capaz de aliviar los molestos síntomas de la gripe
como anticongestivos nasales, analgésicos para el dolor o antipiréticos
para bajar la fiebre.
Conviene
tener en cuenta que una vez que la gripe se ha contraído, la
alimentación sigue jugando un papel importante. Los líquidos tienen una
función esencial, ya que en caso de fiebre, evitan la deshidratación y
la sequedad de las mucosas además de ayudar a eliminar toxinas presentes
en el organismo. Una opción es la de tomar infusiones de plantas como
el eucalipto, la echinácea o la verbena, ya que de este modo además de
aportar líquidos al organismo, se consigue aprovechar todas las
propiedades beneficiosas que estas plantas ejercen sobre las vías
respiratorias.
Cuando
se padece una gripe, resulta muy útil preparar alimentos variados y
fáciles de digerir, que no sean muy grasos y que estén cocinados
mediante técnicas suaves como el hervido, la plancha o el horno para
intentar paliar la falta de apetito que suele aparecer al sufrir un
proceso gripal.
¿Como se contagia la gripe?
La
gripe se contagia por las propias personas enfermas mediante las
gotitas originadas al hablar, toser o estornudar. Aunque con menos
frecuencia, también puede transmitirse por contacto directo, por
ejemplo, tocando la mano de un enfermo y luego la nariz o boca de la
persona sana. Los enfermos pueden transmitir la gripe desde un día antes
de la aparición de los síntomas hasta unos 3 a 7 días después de
enfermar. Los niños pueden transmitirla durante más de 7 días tras el
comienzo de los síntomas. Aunque algunas personas infectadas no
desarrollan la gripe, sí pueden transmitirla.
Buenos hábitos
Dormir desarropada, salir con el pelo mojado, estar con alguien constipado, los cambios de temperatura... En invierno debes tener especial cuidado con este tipo de cosas para evitar los resfriados. Además de evitar los cambios bruscos de temperatura, debes extremar las medidas de higiene en las cosas de uso diario (toallas, servilletas, menaje, ropa, etc.), ya que la gripe se transmite fácilmente de unas personas a otras e incluso a través de los objetos.
Evita en lo posible a aquellos que están en pleno proceso gripal. Si hay gente con gripe en tu trabajo, intenta ventilar varias veces al día el lugar donde te encuentres para echar a los virus. Combate la sequedad de la calefacción colocando recipientes con agua. Al medio día, intenta salir fuera para respirar aire menos viciado.