Como pasa siempre, nos damos cuenta de que queremos entrenar esta parte de nuestro cuerpo cuando ésta empieza a flojear. ¿Qué hay de eso de “más vale prevenir que curar”?
Pero alguna de vosotras estaréis pensando: “vale Marta, mucho blablabla pero ¿para qué voy a querer fortalecer mi suelo pélvico exactamente?”Por muchas razones; entre otras, es el músculo que utilizamos para controlar el flujo de orina, por lo que estaríamos aumentando el control sobre ella. Y, así, nos olvidaremos de usar horrorosas compresas cuando seamos más mayores y que “se nos escape un poquito” al reírnos o estornudar. Seamos serias, está muy bien mearse de risa pero no en el sentido literal.
Tenerlo “en forma” hará que nuestros orgasmos sean más intensos. También nos ayudará a alcanzarlos más rápidamente y, además, en el caso de relaciones coitales heterosexuales, podremos “agarrar” más fuertemente el pene de nuestra pareja cuando queramos y así conseguir una mayor excitación.
También es este músculo el que se
contrae cuando alcanzamos el orgasmo -es decir la palabra mágica y ya
estáis todas atentas, ¿eh? Así me gusta-, por lo que el tenerlo “en
forma” hará que nuestros orgasmos sean más intensos. También nos ayudará
a alcanzarlos más rápidamente y, además, en el caso de relaciones
coitales heterosexuales, podremos “agarrar” más fuertemente el pene de
nuestra pareja cuando queramos y así conseguir una mayor excitación.
Uhmmm…
En el momento del parto, tener el suelo
pélvico trabajado ayudará a que éste vaya mejor y también que la
recuperación tras él sea muchísimo más rápida. Así que también debe ser
un must para las que decidáis que queréis tener un hijo.
Podemos practicar este deporte de dos formas:
La gratuita y trabajada, mediante los ejercicios de Kegel.
En la que invertimos una pequeña
cantidad de dinero para comprarnos unas bolas chinas o smartballs y
hacemos poco más que ponerlas.
Yo, la verdad, soy de las “vagas” que
prefieren invertir un poco y ganar comodidad y constancia. Pero aquí os
dejo las 2 opciones explicadas para que cada una coja la que más se
adapte a su estilo de vida.
Ejercicios de Kegel
Vacías la vejiga para que, al hacer los ejercicios, no te entren ganas de ir al baño (un clásico).
Contrae los músculos de la vagina durante 3 segundos y luego relájalos. Repite esto 10 veces.
Contrae y relaja los músculos lo más rápido que puedas, Repite esto 10 veces.
Imagina que sujetas algo con tu vagina, mantén la posición durante 3 segundos y relaja. Repite esto… sí, 10 veces.
Imagina que “lanzas” un objeto con tu
vagina, como si apretases hacia fuera y mantén esa posición 3 segundos y
relaja. Repetir 10 veces.
Haz estos 5 puntos 3 veces al día y en unos meses estarás completamente en forma en cuanto a suelo pélvico se refiere.
Bolas chinas o smartballs
Existen de 1 bola (para personas que han
dado a luz o tienen una edad más avanzada o simplemente para aquellas
que queráis empezar poco a poco) y de 2. Y el mecanismo se asemeja al
uso de un tampón, ya que se introducen en la vagina y también se queda
colgando un “hilito” con el que sacarlas luego. La diferencia es que
para introducirlas os aconsejaría un pelín de lubricante con base de
agua, para que su introducción sea más cómoda.
Las bolas tienen un peso determinado y
hacen que los músculos que las rodean tengan que ejercitarse para
sujetarlas, siempre y cuando no estemos sentadas ya que, de esa forma,
no se trabaja nada. Por lo que no hay que hacer ningún tipo de ejercicio
con ellas, simplemente, andar, irte a dar una vuelta, ordenar tu casa,
lo que sea mientras estés en posición vertical.
Al principio mi consejo es que te las
pongas un par de horas al día hasta que te acostumbres a ellas y te
sientas cómoda saliendo de casa con ellas. Luego, lo ideal para una
“puesta a punto” sería usarlas unas 6-8 horas al día durante uno o dos
meses y, luego ya con usarlas una vez cada 15 días mantenemos el trabajo
realizado.