El estudio, publicado en el diario Nature, es el primero en demostrar la habilidad de remover y revivir una memoria de forma selectiva estimulando nervios cerebrales con sinapsis, frecuencias conocidas por debilitar y fortalecer las conexiones entre células nerviosas.
El grupo de científicos, liderado por Roberto Malinow, asegura que pueden formar, borrar y volver a activar una memoria aplicando estímulos que fortalezcan o deterioren las conexiones sinápticas.
Para llevar a cabo la investigación, los ratones recibieron estímulos ópticos y al mismo tiempo les dieron un shock eléctrico. Pronto los animales asociaron la estimulación óptica con dolor y mostraban conductas de miedo cuando estos nervios eran estimulados. Los análisis mostraron cambios químicos en la sinapsis de los nervios estimulados.
En la siguiente etapa del experimento, el equipo de Malinow demostró la capacidad de desgastar este circuito estimulando los mismos nervios con pulsos ópticos de baja frecuencia que borran la memoria. Subsecuentemente, los ratones ya no respondían al primer impulso óptico con miedo, lo cual sugiere que la memoria de dolor había sido borrada.
Sin embargo, el hallazgo mas sorprendente fue cuando los científicos descubrieron que podían reactivar la memoria perdida volviendo a estimular los nervios con una serie de pulsos ópticos de alta frecuencia. Esto reacondicionaba a los ratones para que respondieran el impulso original con miedo.
Esta investigación podría ayudar a las personas que padecen de Alzheimer, quienes tienen una acumulación del péptido beta-amiloide en el cerebro, el cual debilita las conexiones sinápticas de la misma forma en que las estimulaciones ópticas de baja frecuencia borraron las memorias de los ratones. Con este estudio se ha encontrado una manera de revertir este proceso, por lo que habría posibilidad de contrarrestar el efecto del amiloide-beta en pacientes con dicha enfermedad.
