Más allá de los remedios caseros, los alimentos que se incluyen en la dieta son determinantes en los resultados que se reflejarán en el cuerpo. Después de todo, “eres lo que comes” .Al sufrir una lesión reciente, estar en el período menstrual o padecer de enfermedades en que la inflamación es característica, agregar alimentos antiinflamatorios a la dieta ayuda a experimentar grandes alivios desde la primera semana.
Las frutas antiinflamatorias por excelencia son el limón, la papaya y las cerezas. En general, todas las frutas que contengan papaina tienen ese efecto, pero la papaya posee la mayor concentración de esa sustancia.
El limón, tomado en ayunas, tiene excelentes efectos antiinflamatorios. Si el zumo resulta muy ácido para el estómago, puede diluirse con un poco de agua, pero es preferible consumirlo puro.
Para aliñar sus comidas, utilice aceite de oliva, canela y ajo. Este último es considerado como uno de los alimentos de mayor poder antiinflamatorio.
En casos crónicos, puede tragar un diente de ajo para aliviar los síntomas. Incluso se recomienda la fricción de ajo machacado sobre las picaduras de abeja para evitar la hinchazón característica.
Si no le es fácil tolerar el sabor del ajo, puede ingerirlo en cápsulas.
Al jengibre también se le atribuyen grandes propiedades curativas. Puede añadirlo a las comidas para darles un toque picante, o puede beberlo en infusiones. Este preparado se utiliza con frecuencia en gárgaras para la garganta inflamada y casos de amigdalitis.
Por otra parte, ciertas semillas oleosas ponen de manifiesto sustancias del cuerpo que contrarrestan las inflamaciones. Las preferidas son las de calabaza y girasol.