El doctor Eduardo Calixto, titular y jefe del Departamento de Neurobiología del Instituto Nacional de Psiquiatría “Ramón de la Fuente”, señala que son suficientes ocho segundos para determinar que una persona nos cae bien.
Para el experto esto se debe a que en
sólo 300 milisegundos, (medio segundo) la imagen del individuo queda
grabada en nuestro lóbulo frontal, el cual durante ocho segundos analiza
los rasgos que de acuerdo a nuestra memoria, neuronas espejo y
conocimiento determinan si es agradable o no.
De acuerdo con el especialista, este
proceso se le denomina “Neurología Empática”, y está compuesto
esencialmente por neuronas (especialmente las neuronas espejo) que se
encargan de generar, expresar e interpretar las emociones propias y la
de los demás.
Entre los mecanismos que definen si una
persona es simpática o no se encuentra la risa, que es la iniciación al
proceso de empatía y se presenta después del tercer mes de vida y es el
primer contacto para integrarnos a una sociedad.
Otro elemento es el tono de voz,
mediante el cual evaluamos la manera en la que nos dicen las cosas, el
énfasis de las palabras. La interpretación de ellas nos permite
establecer si estamos de acuerdo con una persona o va ser desagradable
para nosotros. En este punto, las mujeres hacen una interpretación más
acertada, pero más caótica. Algo muy diferente en el caso de los hombres
que es rápido y poco correcta.
En cuanto a la memoria, surge de la
experiencia y nos indica a base de rasgos y tono de voz lo que podemos
esperar de la persona recién conocida, ya que recurrimos a los recuerdos
para saberlo. Para Calixto hay otro factor que determina por qué nos
cae bien una persona o no: la proteína Complejo Mayor de
Histocompatibilidad. Ésta es la encargada, a través del sistema
inmunológico, de interpretar la compatibilidad genética.
Las mujeres son las únicas que pueden
distinguirla, por ello en ocasiones, tienden a rechazar a otras mujeres o
varones, ya que esta proteína indica que no hay compatibilidad
genética.
Fuente: Campus México.