Un grupo de científicos diseñó una batería de combustible biodegradable que dura cuatro veces más que las pilas alcalinas. El invento resulta aún más "dulce" dado que, una vez agotado el reactivo, la pila acaba llena de azúcar.
 El combustible que aprovecha la 
innovadora tecnología es muy conocido como un agente de volumen y de 
textura, así como un encapsulador de sabores en fabricación de 
alimentos. Es la maltodextrina, un componente casi indispensable del 
kétchup, bebidas cítricas en polvo, chocolatinas o bizcochuelos.
Los investigadores, de origen chino, 
pero residentes en EE.UU., destacaron la posición intermedia de esta 
sustancia en el proceso de conversión de almidón en azúcar, que se 
repite en la naturaleza vegetal continuamente. Científicamente hablando,
 es producto de la hidrólisis enzimática parcial del almidón, según 
recuerdan en una reciente publicación de la revista digital 'Narute 
Communications'.
La maltodextrina llega a la cocina en 
forma de polvo blanco soluble en agua. Así la tomó el laboratorio de 
Percival Zhang, que aprovechó la gran capacidad de solución de esta 
sustancia para generar electricidad. La reacción consume mucho aire y 
esto supone su diferencia esencial con lo que pasa dentro de una pila 
tradicional, cualquiera que sea el electrolito en su interior.
Además del impacto medioambiental 
mínimo, el colectivo investigador garantiza la vida larga de las nuevas 
baterías. "Debido a su alta densidad energética, dura dos veces más que 
las mejores baterías de ión-litio y cuatro veces más que las baterías 
alcalinas", dice Zhang en referencia a la unidad en pruebas. "En un 
futuro –agrega– podrían durar diez veces más que las mejores baterías de
 ión-litio".
Una fundación estadounidense de apoyo de
 a la pequeña empresa ya ha apreciado la innovación y ha otorgado a 
Zhang un premio de 750.000 dólares. El proyecto cuenta con una 
financiación suficiente para perfeccionar la tecnología y 
comercializarla en los próximos tres años. Con dicha perspectiva la pila
 'dulce' podría emplearse en algunos videojuegos, tabletas, teléfonos y 
otros dispositivos y prolongar su vida sin recarga.
Pero ni siquiera cuando agote la fuente 
de energía en su interior será necesario tirarla a la basura, sostiene 
el científico, sino añadir más maltodrextina. "Es igual que rellenar un 
cartucho de impresión con la tinta", afirma el investigador.
http://www.diariouno.com.ar/afondo/Pilas-de-azucar-un-invento-duradero-recargable-y-sin-peligro-ambiental--20140122-0018.html

