Si hay una cosa en el mundo que la industria de la alimentación quiere evitar a toda costa es dejarnos algún control sobre lo que comemos. Tienen un almacén completamente lleno de lo que sea que compraron la semana pasada mientras estaban borrachos y necesitan deshacerse de todo. Y lo harán dándonoslo de comer. Y no importa cuantas molestas listas de ingredientes y protecciones al consumidor se interpongan entre nosotros y su beneficio.
6. El ingrediente secreto: ¡madera!
¿Saben qué es increíble? Un periódico. O
para ser más precisos, la ausencia del mismo. Internet y otros medios
electrónicos se están comiendo los medios impresos clásicos, dejando la
difusión de casi toda la prensa en declive. ¿Alguna vez se ha preguntado
que hacen con el exceso de pulpa de madera que ya no se consume en las
rotativas? Usted se preguntará qué tiene esto que ver con los
ingredientes de los alimentos.
Y nosotros le miraremos directamente a los ojos y lentamente bajaremos
la mirada hacia el bagel a medio comer que está en su mano…
McDonalds, una de las empresas que usa celulosa en sus productos.
El Horror:
Nos preguntábamos qué hacen con toda la
pulpa de celulosa de madera. La respuesta es que la ocultan tras un
nombre engañoso y nos hacen comerla. Eso es lo que hacen.
Resulta que la celulosa proporciona textura a los alimentos procesados, de modo que las compañías de alimentación
han comenzado a usarla alegremente para reemplazar esos ingredientes
‘innecesarios’ e inadecuadamente caros como harina y aceite. Dado que la
celulosa es un 30 por ciento más barata, comestible y no venenosa, la
FDA no tiene interés en restringir ni su uso ni las cantidades máximas
utilizables. Ni siquiera los alimentos orgánicos se salvan. Después de
todo, la celulosa era madera y puede ser considerada orgánica.
Pero lo peor sobre la celulosa no es que
esté por todas partes. Lo peor es que no es un alimento. La celulosa
es, a diferencia de lo que crees que estás comprando, completamente
indigerible por los seres humanos y no tiene valor nutricional. Puedes
literalmente conseguir más nutrientes lamiendo el envoltorio.
5. Zumo de naranja zombie
Rápido, diga la bebida más saludable que
cree poder encontrar en la tienda más cercana. Posiblemente responda
zumo de naranja, ¿verdad? Es lo que te hacen beber cuando estás enfermo.
Debe ser como medicina o algo así. Y las etiquetas hablan siempre de
beneficios para la salud: “100 por cien natural”, “No procedente de
concentrado” o “Sin azúcares añadidos”.
¿Y por qué no creerles? Hacer un zumo es
sencillo. Coges naranjas, las exprimes y pones el resultado en un
envase con o sin la pulpa. Fin de la historia, inicio del deleite.
¿Pero qué pasa si le decimos que
“recientemente exprimido” puede significar perfectamente que lo fue hace
un año y que ha sido sometido a procesos que harían vomitar a
Reanimator?
El proceso de fabricación del zumo de naranja tiene poco de natural.
El Horror:
¿Nunca se ha preguntado por qué todos
los briks de natural, saludable, 100 por cien y no procedente de
concentrado zumo de naranja saben exactamente igual a pesar de que no
contienen aditivos ni conservantes?
La fabricación comienza exprimiendo las
naranjas y es el primer y último paso normal en el proceso. El zumo es
inmediatamente sellado en gigantescos tanques de los que se elimina todo
el oxígeno. Eso permite que el líquido se conserve sin corromperse
durante un año. Es por eso que pueden distribuirlo cuando quieran
durante ese período, incluso cuando las naranjas no están en temporada.
Hay sólo un inconveniente en el proceso
(desde el punto de vista del fabricante): esto elimina todo el sabor del
zumo y ahora se encuentran con contenedores llenos de agua de fruta con
sabor a papel y poco más. ¿Qué haría una gran empresa de bebidas?
Recomponen el sabor con un mix de químicos cuidadosamente diseñado por
las mismas empresas
de fragancias que formularon CK One y otros perfumes. Entonces
embotellan el agua de papel aromatizada de naranja y nos lo venden.
Y gracias a un agujero en las
regulaciones, a menudo no tienen que mencionar los químicos empleados en
la lista de ingredientes. ¿Oye ese lamento que viene de la cocina? Es
el Minute Maid que compró ayer. Sabe que usted lo sabe.
4. Hamburguesas con amoniaco
Cualquier restaurante que sirve
hamburguesas se desvive por asegurar lo naturales que son. Cadenas de
restaurantes como McDonalds (“Todas nuestras hamburguesas están hechas
100 por cien de carne de ternera provenientes de granjas acreditadas”) y
Taco Bell (“Como toda la ternera de los Estados Unidos, nuestra ternera
100 por cien premium es inspeccionada y pasa 20 controles de calidad”)
responden felizmente por la autenticidad de su carne. Sus afirmaciones
sobre lo saludable de su carne hacen parecer que estuvieran hablando de
filet mignon.
Y al margen de la aparición esporádica
de la E.coli, la carne está limpia. Es cómo consiguen que esté limpia lo
que es perturbador.
¿Puedes oler el amoniaco? Delicioso, ¿no?
El Horror:
Amoniaco. Ya sabe, el químico usado en
fertilizantes y limpiahornos. Mata la E.coli realmente bien. Así,
inventaron un proceso por el que pasan la hamburguesa a través de una
tubería que libera gas de amoniaco. Probablemente ha oído hablar en
ocasiones de algún plato de carne que apestaba a amoniaco y fue devuelto
al camarero. ¿Entiende ahora?
El proceso de amoniaco es una invención
de una compañía llamada Beef Products Inc., que inicialmente lo
desarrolló como un modo para poder usar las partes más baratas del
animal, en lugar de esos tontos ‘cortes de primera’ que los competidores
estaban ofreciendo (y que las cadenas de restauración juran que siguen
sirviendo). Consecuentemente, Beef Products Inc. ha acaparado el mercado
de hamburguesas americano hasta el punto de que produce el 70 por
ciento de ellas. ¡Gracias, amoniaco!
3. Falsos arándanos
Es difícil no empezar a salivar al
pensar en arándanos. Y lo que es mejor, son muy muy saludables. Todo es
mejor con arándanos y por eso son usados en tantos productos. Ahora que
lo pensamos, parece haber demasiados arándanos en muchos productos. Si
se le ocurre que debería haber más campos de arándanos ahí fuera…
¿Verdaderos o falsos arándanos?
El Horror:
…no haría bien, dado que de todos los
arándanos que ha comido en el último año, la cantidad que realmente
provenía del campo es practicamente cero.
Análisis de productos que supuestamente
contienen arándanos indican que muchos de ellos no vienen de la
naturaleza. Esas bayas masticables y jugosas son completamente
artificiales, fabricadas con diferentes combinaciones de sirope de maíz y
químicos llenos de letras y números en sus nombres.
Hacen un buen trabajo de falsificación,
hasta el punto de que se necesita un equipo de análisis químico para
poder llegar a desenmascararlos. También se puede tratar de encontrarlos
en las listas de ingredientes si se sabe cómo buscarlos, aunque los
fabricantes suelen camuflarlos bajo términos engañosos como ‘copos de
arándanos’ o similares.
Hay muchas diferencias entre los de
verdad y los Abominables Arándanos: los falsos tienen la ventaja de
tener una larga vida y por supuesto ser más baratos de producir. Pero no
tienen en absoluto ninguno de los beneficios para la salud y los
nutrientes de los de verdad. Esto, por supuesto, no impide a los
fabricantes montar el Tren de la Salud de los Arándanos hasta el final,
imprimiendo fotos de arándanos frescos en los envases.
Ahora, hay buenas noticias: la ley
obliga a los fabricantes a revelar el artificio a los consumidores. Las
malas noticias, sin embargo, son que han evitado hacerlo mediante
estrategias más o menos descaradas como seguir usando fotos de arándanos
reales en los envases o mezclando frutos de verdad y falsos, de modo
que no engañan diciendo que llevan arándanos (lo de que son sólo unos
pocos no lo cuentan, claro).
2. Pollos ‘de granja’ que están hacinados en naves gigantes
Comprar huevos de granja es una de las
maneras más sencillas de sentirse bien como consumidor, ya que son tan
fáciles de encontrar como los ‘normales’, producidos en esas enormes
prisiones de gallinas. Incluso cuestan casi lo mismo. No hay
literalmente ninguna razón para no comprar huevos camperos aunque, ahora
que caemos, no estamos realmente seguros de qué significa eso. Pero los
animales seguro que viven en bastante buenas condiciones. De hecho,
¡compremos los pollos de granja también!
De acuerdo con la ley, la definición de
‘de granja’, es que los pollos criados por su carne “tienen acceso al
exterior”. Ok, eso no es tanta libertad como creíamos, y sólo se aplica a
los pollos criados por su carne. Pero al menos tienen algo de libertad.
¿Gallinas de granja, camperas...? ¿Seguro?
El Horror:
Las palabras son poderosas, y ‘de
granja’ ['free range'] en su significado original significa sin vallado
ni restricciones. Esto dota de sentido a esta expresión de modo que, no
importa lo listo que se sea, invoca imágenes subconscientes de gallinas
libres, montando pequeños caballos también libres en las llanuras,
llevando sombreros de vaquero tamaño gallina y dejando un rastro de
deliciosos huevos libres a su paso. Debería haber música de mandolina
acompañando la escena.
Pero la realidad es que no hay
absolutamente ninguna regulación para el uso del término ‘de granja’
para cualquier otra cosa que no sean pollos criados por su carne.
Incluso tu chocolatina podría ser ‘de granja’ sin importarle al
gobierno.
La industria sabe esto perfectamente y
nos hace entusiasmarnos con el mito ‘campero’, incluso aunque en
realidad una gallina viva en casi la misma prisión que las que lo hacen
en baterías de jaulas, excepto que su vida tiene lugar en la ducha de la
prisión, más que en la celda.
Las advertencias sobre este mito están
creciendo lentamente, pero no son suficientes para contrarrestar el
fenómeno global. En Europa se planea prohibir la producción en celdas en
2012. ¿Adivinan cómo será el sistema que lo sustituya?
1. Reclamos saludables engañosos
Nueces que reducen el riesgo de problemas cardiacos, yogures que mejoran la digestión y evitan enfermedades, alimentos
infantiles que evitan a su bebé tener dermatitis atópica. Productos
como estos están por todas partes hoy en día, y tenemos que admitir que
es difícil ver los efectos. En cualquier caso, comemos yogures, ¿así que
por qué no hacer lo mejor para nuestra barriguita?
Simplemente no podemos dejar de preguntarnos de dónde surgieron repentinamente estos alimentos
mágicos. Un día tus cacahuetes eran cacahuetes y al siguiente, todo
eran trastornos coronarios por aquí y reducir ataques al corazón por
allá. ¿Tal vez los científicos alimentarios habían tenido un día
realmente productivo?
O, por supuesto, podría ser que estábamos siendo engañados de nuevo.
Alimentos-medicamento: ¿son necesarios?
El Horror:
La gran mayoría de reclamos publicitarios saludables usan tecnología más antigua de la que imaginamos: el antiguo arte del engaño.
Los ‘efectos saludables’ de los yogures maravilla y la mayoría del
resto de productos con supuestos beneficios médicos para la salud pueden
ser desacreditados completamente con facilidad. De modo que ¿por qué
siguen pudiendo vendernos este rollo?
Todo comenzó en 2002, cuando muchos
alimentos ordinarios ganaron de repente superpoderes nunca vistos. Es
cuando la FDA aceptó el uso de una nueva categoría de reclamos
publicitarios. Fue llamada ‘términos de calificación saludable’ y era
básicamente otra lista de patrañas de marketing que las compañías podían
usar para que sus productos lograran ciertas cualificaciones. Esto no
era nada nuevo. Lo que sí lo era, sin embargo, era que la lista no
necesitaba consenso ni pruebas científicas sobre los efectos saludables
anunciados.
La expresión ‘no es necesario consenso’
es un modo de decir ‘paga a un tipo en bata blanca lo suficiente para
que diga que tu producto es mágico y tomaremos su palabra como verdadera
sin importar lo que diga nadie más’. Las compañías lo aplicaron
rápidamente. De repente, todos tenían un respetado científico, o seis, y
los documentos que publicaban decían cualquier cosa que quisieran usar
en sus campañas de marketing y los envases.
No decimos que ninguno de estos
productos carezcan de propiedades saludables. Hay suficientes a la
venta, pero son difíciles de encontrar tras la constante corriente de
reclamos publicitarios engañosos. Vamos, industria alimentaria,
simplemente dígannos la verdad. ¿No saben que los comeremos de todos
modos? Joder, la gente sigue comprando cigarrillos, ¿no?
http://www.ecoportal.net/Temas_Especiales/Globalizacion/El_Horror_Las_6_mentiras_que_la_industria_alimentaria_nos_da_de_comer