Para el investigador en psicología y neurociencia de la Univerisdad de Colorado, Chris Loersh, la música fue inventada para tener control sobre un grupo de personas y para que estos se sintieran parte de una comunidad.
El doctor Loersh trabajó junto con Nathan Arbuckle, del Departamento de Ciencias Sociales y Humanidades de la Universidad de Ontario elaborado una serie de estudios para confirmar esta teoría. Sus principales ejemplos se centran en el poder que tiene la música militar, la música que se interpreta en los estadios durante algún juego o los tambores rituales.
A través de diversos estudios realizados a más de 800 individuos se observaron sus diferentes reacciones emocionales con respecto a la música. Además se les pedía que respondieran a un cuestionario que contenía preguntas relacionadas a qué tanto se sentían identificados con una comunidad.
La música sirve para conglomerar no sólo a personas con diferentes perfiles, sino incluso personas que en otras circunstancias podrían no ser muy amigables entre sí, funcionando no como un medio de control individual, sino grupal.
Como seres humanos tenemos una gran motivación a pertenecer a algún grupo. Esto se comprueba cuando las personas comienzan a sentirse genial dejando de lado su identidad individual para convertirse en parte de un todo.
El investigador afirma que aun cuando escuchamos melodías de manera individual el fenómeno sigue sucediendo. El hecho de escucharla, aun en soledad, nos da sentido de pertenencia a un grupo, como cuando miramos televisión “creyendo” que estamos interactuando con más personas.Origen de la música
Esto trabaja a nivel de corteza cerebral en donde la música funciona de manera similar a como lo hacen las drogas. Es ahí donde nuestro sentimiento de pertenencia se genera.
Loersh concluye que si bien este tipo de “poder” de convocatoria y aglutinamiento puede atraer al sexo opuesto no es el motivo por el cual pudo haberse inventado la música, sino que es algo que está implícito. El verdadero significado es poder transmitir emociones, que esas emociones sean compartidas y así generar un sentido de pertenencia.