La adicción a la comida cada vez se reconoce más como una condición real que tiene similitudes con darse atracones, pero que también tiene sus características únicas.
De acuerdo con una investigación publicada en CNN, tanto en los humanos como en los animales, el exceso en el consumo de alimentos y la dependencia a otro tipo de sustancias, como las drogas, el alcohol y la nicotina, tienen cambios parecidos en la química del cuerpo.
Además, comparten características similares de las alteraciones a la conducta que incluyen la pérdida de control y el uso continuo, a pesar de estar consciente de las consecuencias negativas.
Desafortunadamente, al igual que con otras sustancias de las cuales se abusa, la comida es necesaria para sobrevivir.
Según la Escala de Adicción a los Alimentos elaborada por la Universidad de Yale, muchos alimentos en la era moderna se “desarrollan para secuestrar al cerebro”.
Mientras más temprano se consume esos alimentos, peor será el resultado, por lo que los niños están en riesgo de sus propiedades adictivas en una edad temprana particularmente, lo que quizá resulte en la obesidad de muchos de ellos.
En cuanto al tratamiento, los enfoques modernos para la adicción, como la terapia de la conducta cognitiva y los programas de los 12 pasos, tal vez puedan ser necesarios, particularmente si presentas alguna de las siguientes conductas varias veces por semana o más:
1. Como a pesar de que ya no tengo hambre.
2. Me preocupa reducir ciertos alimentos.
3. Me siento lento o cansado por comer demasiado.
4. Me paso el tiempo lidiando los sentimientos negativos por comer en exceso algunos alimentos en lugar de pasar el tiempo en actividades importantes como estar con la familia, con los amigos, en el trabajo o de diversión.
5. Tengo síntomas de abstinencia como agitación o ansiedad cuando reduzco o elimino ciertos alimentos (sin incluir las bebidas con cafeína).
6. Mi comportamiento con respecto a los alimentos o a comer me provoca un gran malestar.
7. Los temas relacionados con los alimentos y comer, disminuyen mi capacidad para funcionar eficazmente (la rutina diaria, el trabajo, la escuela, las actividades sociales o familiares, problemas de salud).
Si estos puntos reflejan tus hábitos y conductas cotidianas, entonces si presentas una adicción a la comida. Si la terapia no es una opción para ti, hay tres consejos que tal vez puedan ayudarte a superar esta adicción: Nunca permitas llegar a tener demasiada hambre; limita las tentaciones que llevan a comer en exceso, e intenta comer con una dieta rica en nutrientes y que sea baja en azúcar, grasas saturadas y alimentos procesados.
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