Sencillas fórmulas que, aplicadas a tu cotidianidad, podrían hacer una enorme diferencia para mejorar tu salud y complexión
La
obesidad se convierte en un problema cada vez más frecuente en el
mundo. Países como los gigantes poblacionales India y China, ya figuran
entre las naciones con mayor número de personas con obesidad.
Por su parte Estados Unidos, el gran hegemónico cultural, sigue
apareciendo entre los tres países con mayor obesidad del mundo. No es
una nimiedad que estas tres naciones mantengan un crecimiento de su
población obesa, pues su influencia es enorme y los costos en salud
pública que están tejiendo son, también, de grandes dimensiones.
Según un reciente estudio del
McKinsey Global Institute (MGI) más de 2 mil millones de personas en el
mundo tienen obesidad, lo que representa cerca de 30% de la población
global, y al menos 5% de las muertes en el planeta están relacionadas
con esta enfermedad. De acuerdo con la misma organización, si la
tendencia de crecimiento persiste, casi la mitad de la población global
será obesa en 2030.
Lo esperanzador en este tema es que
aunque el gobierno debe promover políticas públicas que palien este
problema, finalmente este conflicto responde al ámbito educativo. Las
personas comunes tenemos la información y la decisión individual como
arma para combatir la obesidad; los hábitos arraigados en la
cotidianidad son los mejores aliados para no caer en ella. El día a día y
nuestras buenas decisiones en ese lapso están de nuestro lado si así lo
decidimos.
Te compartimos algunos consejos que, aplicados cotidianamente, mejorarán tu salud y apariencia física sin mucho esfuerzo:
1. Conoce cuál es tu peso ideal: investiga,
según tu altura y complexión ósea (puedes hacerlo con cualquier
nutriólogo), cuál es tu peso idílico, para que puedas llevar un control
cuando comiences a notar cambios en tu físico. Tener conciencia de tu
peso te dará un brújula para mantenerlo.
2. Controla tus porciones: investiga,
también según tu altura y complexión (con un nutriólogo), cuántas
porciones de cada comida debes comer (por ejemplo de carne, pescados,
verdura, etc.). Generalmente hay formas de medir las porciones; por
ejemplo, con la palma de tu mano para cada una.
3. Entre bocado y bocado, deja los cubiertos sobre la mesa:
a veces pasa desapercibido el ritmo con el que estamos comiendo porque
estamos distraídos con lo que sea, incluso hasta con los pensamientos.
Si entre cada bocado dejas tus cubiertos sobre la mesa, esto te dará
tiempo de comer más despacio y de tomar conciencia de ello.
4. No uses la comida para cambiar de estado de ánimo: si
la comida es un placebo que utilizas para sentirte mejor, es importante
que identifiques esto y evites usarlo como una salida fácil. Cada que
sientas ganas de comer porque tu estado de ánimo no es el mejor deja la
comida y haz algo bueno por alguien o por ti mismo, como leer un buen
pasaje en un libro.
5. Transpórtate caminando o en bicicleta:
usa la necesidad cotidiana del transporte como un medio para hacer
ejercicio; además de que estarás en forma, de verdad disfrutarás más tus
trayectos y podrás contemplar aspectos de la ciudad que se pierden
cuando se va en coche.
6. Prefiere las carnes blancas, sin piel (pollo, pavo, pescado y atún): si
te gusta la carne, siempre que puedas evita la carne roja y mejor elige
cualquier opción de carnes blancas; son más saludables y menos
grasosas.
7. Siempre usa excusas para ejercitarte, como usar las escaleras: cualquier
pretexto es bueno; estar activo aumenta la serotonina en tu cerebro y
te hace sentir mejor. Usa las escaleras, rodea una cuadra más cuando
vayas caminando, arregla ese clóset desmarañado o haz sentadillas cada
que puedas.
8. Investiga qué alimentos son saludables y cuáles no:
no es tan difícil y, de hecho, todos tenemos una idea más o menos clara
de qué alimentos nos convienen y cuáles no. Sin embargo, si investigas,
al descubrir qué ingredientes exactamente son los que te hacen
daño, seguramente ello te hará pensar dos veces la próxima vez que
busques ingerirlos.
9. Evita los refrescos y bebidas altamente azucaradas:
siempre elige un jugo natural o cualquier agua fresca en lugar de un
refresco o bebidas muy azucaradas; tu cuerpo lo agradecerá bastante y te
sentirás bien por hacer esas pequeñas diferencias.
10. Toma al menos 2 litros de agua natural diario:
además de que mejora tu estado de ánimo, tomar agua durante todo el día
te permite sentirte más ligero y sentir que estás haciendo algo por
cuidarte. Mantenerte hidratado mejorará tu humor y paliará esos momentos
impulsivos de buscar comer lo que sea a la hora que sea.
11. Mastica cada bocado al menos 20 veces; lo ideal es masticarlo 30 veces: tomar
conciencia de las veces que masticamos es crucial. Masticar lo
necesario hará que comas más despacio, lo cual sacia mejor el hambre, y
tendrás una mejor digestión.
12. Acostúmbrate a leer el etiquetado de los alimentos que consumes: evita los que tengan azúcar y prefiere los que sean bajos en grasa y altos en fibra.
13. No vayas al súper con hambre y haz una lista previa: jamás
vayas a hacer tu súper con hambre, pues los antojos se te harán
inevitables. Piensa un día antes qué es lo que verdaderamente necesitas
comprar y qué productos de eso que buscas son los más saludables, haz
una lista, y enfócate en hacer una compra inteligente y responsable.
14. Prefiere alimentos asados o al vapor en lugar de alimentos capeados, fritos o empanizados: los
alimentos fritos son muy dañinos para tu salud, pues tapan las arterias
y son muy grasos. Acostúmbrate a cocinar al vapor o asado; puedes
hallar cientos de recetas en internet para cocinar con estos métodos.
15. Evita los alimentos industrializados o procesados: haz
tus propias salsas; compra productos locales, que suelen ser más sanos y
también, promover el comercio justo. Sustituye los centros comerciales
por los mercados tradicionales, donde encontrarás la mayoría de los
ingredientes naturales que necesitas, sin caer en la tentación de la
prefabricación.
16. Evita los aderezos en las ensaladas: el
aceite de oliva o el limón le darán un toque delicioso a tus platos
verdes; las especias también te proporcionarán deliciosos sabores.
Elimina la costumbre de los calóricos aderezos; prefiere el limón y el
aceite de oliva.
17. Ten a la mano tentempiés más saludables: las
verduras, lácteos desnatados, frutas, etc., serán tus amigos en
momentos de desesperación por comer, aunque debes evitar esos lapsus a
toda costa.
18. No leas, veas televisión o hagas texting en tu celular mientras comes:
deja el internet, las redes sociales o cualquier tipo de distracción
mientras comes. Disfruta tu comida: dedícate cabalmente a comer y dale
valor a este acto ritual; esto hará que comas más despacio y con mayor
conciencia de las cantidades que estás ingiriendo.
Fuente: http://www.ecoosfera.com/2014/12/17-formas-de-combatir-el-sobrepeso-elige-las-tuyas/