Las flores de Bach son remedios fáciles de llevar y usar. La dosis es de 1 a 4 gotas, tantas veces como se necesite. Una o más de las siguientes flores pueden aliviar la ansiedad: el aspen (ansiedad por el futuro); el mimulus (ansiedad por el pasado); la castaña roja (ansiedad por la seguridad de los otros); el olmo (ansiedad desbordante); la rosa piedra (ansiedad que llega al pánico).
El olor a rosas se ha usado durante siglos para aliviar la ansiedad. Un toque te aceite esencial de rosas en la veta de la manga te envolverá en una fragancia calmante todo el día. Para mayor efecto, recibe un masaje con bálsamos de rosas. Un solo masaje puede causar un descenso considerable de la ansiedad por semanas.
Las posturas de yoga, la respiración de la yoga, y la meditación en silencio y centrada son formas excelentes de tonificar (y aliviar) el sistema nervioso simpático. La práctica regular alivia la ansiedad, con frecuencia de forma permanente. Si estás tan ansiosa que piensas que vas a explotar, prueba la pose del león. Abre mucho la boca, todo lo que puedas, saca la lengua fuera, hasta más no poder. Abre los ojos mucho, más aún. Gíralos a la izquierda, a la derecha. Respira hondo y exhala por diez minutos. Mantén los hombros y la frente relajados. Esta pose desbloquea la garganta, libera la tensión facial, relaja los músculos respiratorios, y alivia la ansiedad.
La infusión de ortiga fortalece las glándulas adrenales; alivia la ansiedad y focaliza la energía. Las glándulas adrenales agotadas con frecuencia reaccionan con fuerza, causando sensaciones de ansiedad, miedo y nerviosismo. Usa la hierba en sí, no bolsas de té ni cápsulas. Pon una onza (equivalente a una taza más o menos) de hierba seca en una jarra de un litro. Llena la jarra hasta el borde de agua hirviendo y tápala fuerte. Déjala reposar al menos cuatro horas; se puede dejar toda la noche. Filtra la hierba y bebe el líquido. La infusión de ortiga helada es espacialmente rica. Tiene un sabor verde, como a espinacas hervidas, y sabe mejor con sal que con azúcar o miel. Guarda la infusión de ortiga en el frigorífico y bébetela pronto, pues se echa a perder en tres días.
La infusión de paja de avena es otro remedio favorito para los que sufren ansiedad. Se prepara igual que la de ortiga; recuerda evitar las bolsas de té y las cápsulas. El sabor de la paja de avena es más suave y dulce; te gustará caliente y con un poco de miel. La tintura de avena verde es mucho más potente que la infusión de paja de avena. Es útil especialmente para los que combinan la ansiedad con excesiva energía nerviosa. O puedes tomar un baño caliente con melisa o paja de avena, un antiguo remedio para los “los nervios”.
El ejercicio es un remedio fácil para la ansiedad desbordante. Si te dan ganas de huir de todo, el correr, patinar o andar rápido pueden ser el mejor remedio. Quince o veinte minutos de ejercicio cardiovascular gastarán el exceso de adrenalina y quemarán el estrés.
El miedo extremo y la ansiedad pueden inducir a la hiperventilación. Si respiras con rapidez y tragando y te sientes disociada puedes 1) respirar en una bolsa de papel hasta que vuelvas a la respiración normal 2) mantener la respiración (puedes poner la mano en la nariz y la boca) y contar hasta veinte; después expirar lo más despacio que puedas.
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