La humilde alcachofa, la flor de las hortalizas, debería formar parte de nuestra dieta de forma continuada, al menos, en el periodo en que se encuentra en el mercado, desde octubre a mayo (aunque no todo el tiempo con la misma calidad), porque se trata de una hortaliza muy saludable para distintas partes de nuestro organismo gracias a sus propiedades hepatoprotectoras, coleréticas (estimula la producción de bilis) y diuréticas.
Sin dejar de lado sus propiedades
nutricionales, sin embargo lo mas caracteristico de ellas son las
sustancias que contienen en pequeña cantidad, pero que tienen efectos
muy beneficiosos para nuestra salud:
a.) La cinarina, compuesto responsable
de su sabor ligeramente amargo que estimula la secreción de bilis, lo
que mejora las digestiones y descongestiona el hígado;
b.) Ácido clorogénico, antioxidante;
c.) Ácidos málico y cítrico, potencian la acción de la cinarina;
d.) Cinarósido, flavonoide con acción antiinflamatoria;
e.) Fitoesteroles, de composición molecular semejante a la del colesterol que limitan la absorción de éste en el intestino.
Las alcachofas son muy adecuadas para el
sistema digestivo, diabetes, cáncer de colon, hipercolesterolemia,
enfermedades renales, ácido úrico, hipertensión, síndrome premenstrual,
obesidad, osteoporosis y sistema nervioso.
Para saber más visita: La alcachofa. Medicina natural para el hígado.