En la antigua Roma se veneraba el repollo como remedio contra el cáncer.
Hoy en día sabemos que sus efectos se deben a los numerosos componentes anticancerígenos y antioxidantes que contiene.
El repollo acelera el metabolismo del estrógeno, y se cree que ayuda a bloquear el cáncer de mama y a evitar el crecimiento de pólipos, preludio del cáncer de colon.
De acuerdo con diversas investigaciones, comer repollo más de una vez a la semana reduce un 66% las posibilidades de sufrir cáncer de colon entre los hombres.
Tan sólo dos cucharadas diarias de col cocida protegen del cáncer de estómago.
El repollo también contiene poderosos compuestos antiulcerosos: el zumo ayuda a curar las úlceras e incluso tiene propiedades antibacterianas y antivíricas. La col lombarda tiene el doble de fibra que la col blanca.
Es conocida por su efecto equilibrante en el colesterol en sangre. La coliflor y las coles de Bruselas tienen unos efectos similares.
La col china, que está repleta de minerales, reduce la hipertensión arterial en un 30% o más. Por tanto, no hace falta tomar los costosos fármacos de venta con receta que destruyen el hígado, los riñones y el sistema digestivo.
Extraído de "Los Secretos eternos de la salud". Andreas Moritz. Ediciones Obelisco, 2010.