Cada tanto las compañías de alimentos retiran productos del mercado sospechados de haber estado expuestos a la salmonela, una bacteria que puede ser mortal.
Para cuidarte a ti y a los tuyos, toma nota de los síntomas y estos consejos para prevenirla. La higiene personal y la limpieza de los alimentos son las claves.
Cómo prevenirte
Los
síntomas de esta afección son fuertes diarreas, fiebre y dolores
abdominales. Si no se detecta y se trata a tiempo, puede extenderse a
otras partes del cuerpo y hasta provocar la muerte.
Por eso, el consejo de las autoridades es extremar las precauciones con los alimentos, sobre todo si van a ser consumidos por niños pequeños. Es que la bacteria puede venir de las más diversas fuentes: agua, insectos, suelo, excrementos de animales domésticos, mesada de la cocina, carnes poco cocidas, pollo, pescado, huevos y verduras.
Por eso, el consejo de las autoridades es extremar las precauciones con los alimentos, sobre todo si van a ser consumidos por niños pequeños. Es que la bacteria puede venir de las más diversas fuentes: agua, insectos, suelo, excrementos de animales domésticos, mesada de la cocina, carnes poco cocidas, pollo, pescado, huevos y verduras.
Para mantenerte a salvo, debes seguir estos consejos de los Centers for Disease Control and Prevention (Centros para el Control y Prevención de Enfermedades, CDC) y de la Administración de Drogas y Alimentos (FDA):
- Extrema la higiene personal. Lávate las manos cada vez que vayas a tocar cualquier alimento, porque puedes tener la bacteria por haber tocado pasto con restos de excremento, carne cruda o verduras que aún no han sido lavadas.
- Lava bien las verduras. Sobre todo la lechuga y el tomate. Consérvalos en la nevera a una temperatura inferior a los 40 grados. Evita darles lechuga a los más pequeños porque es una verdura difícil de lavar e imposible de cocinar. Recuerda que la cocción es la única garantía de que las bacterias mueren.
- Cocina bien la carne. Aunque te guste un poquito jugosa, debes cocerla bien para matar cualquier resto de salmonellosis. Fíjate que por dentro no queden zonas rojas
- Usa huevos frescos y nunca los dejes crudos. Deben estar limpios y su cáscara intacta. Los huevos son una fuente de salmonellosis. Una prueba práctica para ver si están frescos es sumergirlos en agua. Si flotan, tíralos. Si se hunden, están bien
- Cuidado con los lácteos. No dejes leche o yogures fuera de la nevera por más de una hora. Si le preparaste una leche a tu hijo y en ese lapso no se la toma, tírala.
- Vigila la mayonesa. Si tienes ganas de hacer mayonesa casera o cualquier otra salsa, prepárala en recipientes limpios y guárdala en la heladera. Si compraste una de fábrica, no la dejes nunca fuera de la nevera.
- Evita las hamburguesas. Sobre todo en los niños. Si no están bien cocidas pueden ser un foco de infección.
- Mantén los platos limpios. Que no queden residuos de comida, porque allí se puede alojar la bacteria.
- Separa los alimentos.
Lo peor es que cualquiera puede verse afectado: no es una cuestión de raza, clase social o zona en la que uno viva. Según el CDC, hay dos grupos que corren más riesgos: los niños y los ancianos.
Si tienes chicos, debes lavarles las manos cada vez que vuelvan de la escuela o de jugar. No olvides que la bacteria se queda en las manos y puede irse a la comida. Así que si tú o algún familiar tiene vómitos, diarrea o dolor de cabeza fuerte, debes acudir al médico tan pronto como sea posible. Recuerda que tratada a tiempo, la salmonela se puede curar con antibióticos. Si no se trata a tiempo, dicen las autoridades del CDC, la bacteria puede irse al torrente sanguíneo y a otras partes del cuerpo.
En Estados Unidos se registran unos 40 mil casos de salmonelosis al año, pero la mayor parte de los incidentes no son reportados.