Existe una comunidad de personas que beben su orina cada mañana, y que asegura que es la mejor alternativa para el sistema inmune.
Para aquellos que la toman, la orina no
es un producto de desecho. De acuerdo a ellos, el cuerpo produce
químicos útiles como hormonas, esteroides y enzimas para mantenerse
saludable, y el excedente es perdido en la orina. Cuando la bebes,
entonces estás reabsorbiendo todos esos químicos útiles que ya han sido
procesados por el cuerpo y por lo tanto están es su forma más
absorbible.
Como toda la medicina alternativa, la
terapia de orina depende mucho de la fe, ejemplos anecdóticos y la
experiencia de cada uno. Hasta ahora no hay estudios publicados en
revistas científicas creíbles que la avalen. Sin embargo, y aunque no
suene apetecedor, esto no ha detenido a miles de personas
a adoptarla en su vida cotidiana y a hablar maravillas de ella. Lo más
curioso es que los practicantes de la terapia de autoorina, como se
hacen llamar, lo llevan a un nivel espiritual, que podría llegar a hacer
sentido.
Sudarshan Dheer es un residente de
Mumbai de 77 años que bebe su orina todas las mañanas desde hace veinte
años. De acuerdo a él, la calidad de la orina es determinada por tu
estado de ánimo en el momento que es procesada. La mejor es producida
mientras dormimos por la noche cuando no estamos estresados. “Cualquiera
que sea tu estado mental durante el sueño será tu condición cuando
despiertes”, apunta.
“Y es posible controlar eso mediante la práctica espiritual. Entre
mejor sea tu estado mental, mejor será la calidad de tu orina, y si la
consumes, mejor será tu salud”.
Esta filosofía lo ha llevado a meditar,
hacer panayana por dos horas al día y comer alimentos simples y
vegetarianos. Todo para estar seguro de que su orina tendrá la mejor
calidad posible y su cuerpo gozará de una salud utópica. Como Dheer hay
miles de personas e incluso existe una revista mensual en India llamada
Shivambu que está dirigida enteramente a los consumidores de orina. La
idea de que podemos sanarnos a nosotros mismos con nuestra propia
medicina, sin tener que depender de factores externos, es fascinante.
Pero quizá lo mejor de todo sea la disciplina mental que conllevaría
adoptar una práctica como ésta, que aunque es a todas luces repulsiva,
alienta a la gente a cuidar su tranquilidad y sus niveles de estrés para
orinar nutrientes de calidad.