Al principio, la respiración tal vez no sea tan interesante como muchos de tus pensamientos, y es normal que te sorprendas pensando y sin atender a la respiración. Un recurso muy utilizado, para provocar una especie de “atasco” en las ondas cerebrales y evitar que otros pensamientos echen raíces, es contar las respiraciones, consigue provocar el deseado “atasco” y mantener la atención, ¿te gustaría conocerlo?
Iniciamos nuestra existencia con una primera inspiración y la terminamos con una última espiración. Nuestra actividad físico-mental está íntimamente ligada al proceso respiratorio, sus fluctuaciones modifican tanto nuestras constantes vitales como la actividad cerebral.
La respiración es un eslabón entre el cuerpo físico y la mente, por ejemplo; cuando estamos bailando, corriendo o haciendo cualquier trabajo aeróbico la espiración es activa, más corta y potente que la inspiración, mientras que cuando estamos relajados o muy concentrados la espiración es pasiva, más larga y lenta que la inspiración. Cuando queremos relajarnos alargamos la espiración para que dure más tiempo que la inspiración (algunas prácticas yóguicas la alargan hasta el doble).
Atención en la respiración
También en Mindfullness y en las prácticas para desarrollar tu Inteligencia Emocional, se trabaja la atención en la respiración, si la observas con curiosidad, descubrirás que tiene muchos matices, por ejemplo, puedes tomar consciencia de su longitud, de su densidad, de su temperatura (la inspiración produce una sensación de frescor en las fosas nasales, mientras que la espiración genera una sensación de tibieza).
Y si observas muy atentamente el flujo respiratorio en las fosas nasales, podrás notar que algunas veces la respiración se detiene de forma natural algunos instantes. Estos cortes se producen cuando has terminado de espirar y todavía no has comenzado a inspirar, o cuando has terminado de inspirar y todavía no has comenzado a espirar, de repente la respiración se para (con los pulmones vacíos o llenos) y experimentas un estado de tranquilidad increíble.
Aunque claro está que, sobre todo al principio, la respiración tal vez no sea tan interesante como muchos de tus pensamientos, y es normal que te sorprendas pensando y sin atender a la respiración. Un recurso muy utilizado, para provocar una especie de “atasco” en las ondas cerebrales y evitar que otros pensamientos echen raíces, es contar las respiraciones, aunque su monotonía puede resultar aburrida (de repente te encuentras pensando en otra cosa o te has dormido) y resulta, para muchos, frustrante. Para evitar la monotonía suelo enseñar un ejercicio (que gusta mucho) ya que su variedad de matices consigue provocar el deseado “atasco” y mantener la atención, ¿te gustaría conocerlo?
Ejercicio práctico de respiración
Consiste en imaginar que la respiración es alterna o triangular (el aire entra por una fosa nasal y sale por la otra) y, al mismo tiempo, contar las respiraciones hacia atrás desde veintinueve hasta cero, en los números que contengan 6 o 1 (26, 21, 16, 11, 6 y 1) inspiramos y espiramos por las dos fosas nasales a la vez (de este modo te obligarás a prestar atención, estarás con un grado mayor de concentración y evitarás otros pensamientos). Entiendo que, dicho así, parece un poco complicado, para que lo puedas entender bien te transcribiré una versión reducida que sirva de ejemplo práctico (si quieres, al llegar a los puntos suspensivos, puedes hacer pequeñas pausas en la lectura):
Siéntate cómodamente en una silla con la espalda recta (o túmbate en el suelo). Haz varias inspiraciones profundas (tres o cuatro suelen ser suficientes) y con cada espiración repite mentalmente, relax… Sintiendo que todas las preocupaciones y tensiones del día, se liberan y salen de ti… Relax… Siente una ola de relajación y comodidad que baña todo tu cuerpo desde la cabeza hacia los pies… Relax, todo el cuerpo Relax…
Deja ahora que la respiración se torne natural, espontánea… y al salir suavemente el aire, nota que tu mente queda tranquila, clara, silenciosa… con cada espiración, aumenta tu estado de alerta, tu presencia en este momento… con cada inspiración el abdomen se eleva ligeramente, y con cada espiración el abdomen desciende ligeramente…
Pasa a observar el proceso natural de la respiración. Observa el flujo espontáneo de la respiración en las fosas nasales, sin interferir en su curso natural… Simplemente deja que se manifieste libremente…Observa… Intensifica la atención sobre el paso del aire por las fosas nasales… Nota la V invertida que forma la respiración en las fosas nasales. El extremo superior está en el entrecejo… Al inspirar toma consciencia de los dos chorros de aire entrando separados en las fosas nasales, y uniéndose en el entrecejo… Al espirar toma consciencia de los dos chorros saliendo desde el entrecejo y luego separándose…
Ahora, empezando por la fosa izquierda, realiza mentalmente una respiración alterna y, al mismo tiempo, cuenta las respiraciones en sentido descendente desde veintinueve hasta cero, en los números 6 y 1 (26,16, 21,11) inspira y espira por las dos fosas a la vez. Cuenta de la siguiente forma:
Inspira por la fosa izquierda y repite mentalmente 29, espira por la fosa derecha y repite mentalmente 29
Inspiro por la fosa derecha y repito mentalmente 28, espiro por la fosa izquierda y repito mentalmente 28
Inspiro por la fosa izquierda 27, espiro por la fosa derecha y repito mentalmente 27
Inspiro por las dos fosas a la vez 26, espiro por las dos fosas a la vez 26
Inspiro por la fosa izquierda 25, espiro por la fosa derecha 25…
Así hasta cero.
Al terminar camina por la habitación y observa cómo afecta a tu humor y manera de ver, oír y sentir.