El "músculo académico" al parecer no es el cerebro, sino
las manos. Este glosario virtual muestra nueve gestos manuales que todo
intelectual debe manejar a la perfección para darse a entender frente a
una audiencia.
Lo más probable es que hayas visto esto
varias veces en tu vida. Quizá en una clase o en una conferencia en la
universidad, o tal vez hasta tú mismo lo hagas sin darte cuenta, porque
es esencialmente un reflejo. Los gestos manuales son usados y abusados
por un sinnúmero de personas, especialmente académicos, que intentan
reforzar un argumento con metáforas físicas. Alguien ya está intentando
clasificar los gestos más comunes y hacer una teoría al respecto.
En el proceso de obtener su Maestría en
Artes por la Universidad Goldsmiths en Londres, Alice May Williams y
Jasmine Johnson observaron “la galería completa” de estos gestos. Y en
un esfuerzo para sacarlos del mundo rarificado de la academia y
llevarlos a la vida de personas comunes, el dúo creó un sitio web
instructivo: El glosario de gestos para la discusión crítica.
Su manual virtual incluye nueve gestos
en total. Hay algunos sencillos y algunos más elaborados, reservados
para los “líderes académicos” y los “intelectuales empedernidos”. La
galería de gestos, que tiene tintes de espejo social y tintes de (obvia)
sátira académica, muy probablemente hará que muevas las manos en
coreografía con los GIFs, y te des cuenta que sabes perfecto cómo hacer
cada uno.
El giro académico. “He leído demasiado Marx y no puedo sacar mis palabras”
Circula la mano hacia las manecillas del reloj en pequeños pero rápidos movimientos hacia la audiencia.
Acelera y repite hasta que se desenvuelva la idea.
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La palmada de torso. “Sé que ya lo dije pero lo voy a decir otra vez”
Golpea la mano dominante contra la mano no dominante.
Cuando el oponente crítico parece no responder, usa como un gesto reiterativo.
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El punto. Extiende el dedo índice de una manera controlada pero empática.
Usa para dirigir la mirada de todos hacia un individuo o un objeto en particular.
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La barrida de estante. Comienza
con las dos manos a la altura del hombro derecho. Barre a lo largo del
estante de arriba de un librero imaginario. Cuando esté a nivel del
hombro izquierdo, haz una clara rotación de muñecas y barre a lo largo
del estante de abajo.
Usa cuando expliques jerarquías.
.
Recogiendo pequeñas ideas. Extiende
la mano hacia un montón de arena imaginaria, pellizca una pequeña
cantidad, recógela con los dedos cerrados y regresa a la posición
original. Repite hasta tres veces. Extra opcional: presenta a otros la
idea en la palma de tu mano.
Usa sólo cuando estés sentado frente a una audiencia.
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Flexionando el músculo académico. “Estoy poniendo a prueba mi investigación en frente de una audiencia”
Rebota de un lado a otro en trampolines de mano imaginarios. Repite hasta que el músculo académico esté exhausto.
Usa cuando saques una idea de su contexto original y la pongas en otro lugar.
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La dialéctica. “Esta es una dialéctica y voy a explicarla”
Agarra un objeto imaginario de seis
centímetros entre tu pulgar y tu índice. Rota tu muñeca noventa grados y
acelera hasta la posición final. Rota suavemente de regreso al
principio. Repite hasta tres veces dependiendo de la convicción.
Usa cuando estés expresando un cambio de una cosa a otra. Altamente infeccioso.
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El camarero italiano. “Fui de vacaciones al Mediterráneo y soy un poco más suelto con mis gestos”
Apunta la mano hacia tu boca, mece la
muñeca de adelante hacia atrás. Incorpora más brazo mientras te
convences más de tu propio punto. Para enganchar a una audiencia más
grande, extiende ambos brazos hacia afuera de tu cuerpo.
Usa cuando estés haciendo una observación cultural.
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La pequeña dialéctica. “Estoy haciendo una sutil distinción”
Siga las instrucciones para “La
dialéctica” pero con el pulgar y el índice a un centímetro de distancia.
Lleva la mano hacia tus ojos para una inspección más cercana.
Usa cuando estés deshilando un detalle específico, o cuando te dé pena usar el gesto de “La dialéctica”.