La identificación de personas de elevado riesgo, como son aquellas con barrigas protuberantes, permite dirigir con mayor intensidad las medidas preventivas y terapéuticas hacia estos grupos...
En los seres humanos, el tejido adiposo se localiza principalmente debajo de la piel, la llamada grasa subcutánea, y alrededor de los diferentes órganos internos, conocida como grasa visceral, así como en las mamas, en la médula ósea, etc.
La grasa visceral o abdominal, compuesta por depósitos adiposos, se localiza dentro de la cavidad abdominal y se almacena entre los diferentes órganos de esa zona como son el estómago, el hígado, los intestinos o los riñones.
Un aumento de la grasa visceral hace inocultable un abdomen cada vez más prominente.
LA GRASA Y EL SEXO
Las hormonas femeninas propician a la grasa almacenarse principalmente en los muslos, las regiones glúteas y las caderas de las mujeres.
Los hombres son más proclives a presentar la grasa almacenada en la región abdominal debido a la diferencia hormonal existente entre ambos sexos.
Al llegar la menopausia, con la subsiguiente disminución de la producción de estrógenos, la grasa femenina tiende a emigrar de sus sitios habituales hacia la cintura y el abdomen, haciéndose éste más prominente en relación con el aumento del peso corporal por encima de los conocidos límites establecidos.
LOS RIESGOS ASUMIDOS
Ha sido demostrado que las personas con excesiva grasa abdominal presentan mayor riesgo de sufrir enfermedades cardíacas y de cáncer cuando se comparan con aquellas donde el tejido graso predomina en otros sitios del cuerpo.
Investigadores del Hospital Brigham and Women's, en Boston, publicaron en la revista Journal of the American College of Cardiology los resultados de un estudio, donde realizaron una tomografía axial computarizada para evaluar la grasa abdominal y alrededor del corazón y de la arteria aorta en más de 3,000 estadounidenses con una edad promedio de 50 años de edad.
Todo este grupo fue observado durante los siguientes siete años a partir de la realización de esta prueba.
NO FUE NADA SORPRENDENTE
Durante el tiempo de ese seguimiento, se presentaron complicaciones cardiovasculares en 90 personas, fueron diagnosticados 141 de ellos con cáncer y 71 fallecieron.
La grasa abdominal, alrededor de los órganos internos, indudablemente se asoció con un mayor riesgo de enfermedades cardíacas y de cáncer.
PREDICCIONES DE FUTURO
En base a lo anterior, una vez más se demuestra como el exceso de grasa abdominal favorece las posibilidades de predecir a tiempo la posibilidad de padecer de enfermedades cardiovasculares y de cáncer.
Y por supuesto, esto permite con suficiente antelación orientar las medidas necesarias para la disminución del peso corporal y de la poco estética y grasienta prominencia abdominal.
Si bien la obesidad prácticamente se ha convertido en una epidemia a nivel planetario y ya resulta imprescindible la adopción de medidas sociales para revertir esta situación, la identificación de personas de elevado riesgo, como son aquellas con barrigas protuberantes, permite dirigir con mayor intensidad las medidas preventivas y terapéuticas hacia estos grupos de mayor vulnerabilidad.