Monday, August 4, 2014

Contacto con la naturaleza: Los beneficios de andar descalzo

 
Una de las cosas que más me gusta hacer es caminar descalzo en la playa. 

Ese contacto con la naturaleza, la mezcla entre arena y mar, tienen un efecto sanador en mí. Pero no es sólo un asunto de percepción. Realmente estar en contacto con la naturaleza tiene beneficios para nuestra salud.

Probablemente la mayoría de las personas, si es que no todas, están de acuerdo en que caminar con los pies desnudos sobre la tierra, es placentero. Los niños en particular disfrutan mucho de esto. Pero no es solo el hecho de que resulta agradable sentir esa conexión con la tierra lo que nos impulsa a querer caminar descalzos. Existe un instinto ancestral detrás de este deseo.

En tiempos remotos los hombres pasaban más tiempo descalzos, y muchas actividades cotidianas se hacían de esta forma. Quizás la concepción cosmológica de que pertenecemos a la tierra, en lugar de “la tierra me pertenece”, permitía que existiera una conciencia más avanzada sobre las profundas ramificaciones de la conexión física y espiritual que tenemos con nuestro planeta, y por extensión, con el Universo. 

Lo cierto es que plantar nuestros pies sobre la tierra, la hierba, la arena, el agua y las piedras, era percibido como una forma de estar conectados con el Todo.

Hoy sabemos que ese conocimiento tiene una significación mucho más importante de lo que se pensaba.

Beneficiándonos de la conectar con la vida presente en la naturaleza

Hace muchos años se pensaba que el planeta tenía una “carga neutra”, sin embargo, tiene en realidad carga negativa, lo que en la práctica significa gran abundancia de electrones. Los tejidos vivos son conductores naturales de electricidad, y la planta de nuestros pies, al tener un gran número de terminaciones nerviosas, cumple con el propósito de ser conductor de esta energía. La investigación reciente muestra que nuestro planeta funciona como una suerte canalizador.

Producto de las necesidades de nuestra especie, el hombre comenzó a fabricar sus primeros calzados con cuero flexible. Sin embargo, esto no cambiaba en nada ese contacto con las texturas y las formas de la tierra. El cuero es también un buen conductor, y por lo tanto, los primeros calzados no significaron una “desconexión” con la tierra.

Sin embargo, hoy estamos muy lejos de interactuar con la carga eléctrica de la tierra, ya que la vida en grandes edificios, y ciudades de cemento nos han alejado del placer de tocar la tierra con los pies desnudos. Además, ¡las suelas de los zapatos son de material aislante!

Si una persona con alta carga negativa (exceso de electrones) camina a pie descalzo por un campo, la tierra se encarga de absorber ese exceso de energía, mientras que si tenemos carga positiva (falta de electrones) la tierra nos da la energía que necesitamos para producir el equilibrio necesario. Estos descubrimientos tienen un gran potencial para dilucidar cómo la naturaleza puede ayudarnos para alcanzar un buen estado de salud y armonía.

Cómo actúa el contacto directo con la naturaleza

Una de las cosas más interesantes de estar en contacto directo con la tierra, es que nos permite mantener un perfecto equilibrio u homeostasis.

El oxígeno, tan necesario para la vida, es irónicamente lo que “nos mata”, ya que desencadena en nuestro organismo lo que se conoce como proceso de oxidación. Sabemos hoy que los mecanismos detrás de la enfermedad y el envejecimiento están profundamente ligados a este proceso oxidativo, que produce inflamación en los tejidos y deterioro a nivel celular.

Las moléculas que comienzan este proceso se llaman “radicales libres”. Los radicales libres son moléculas que se han vuelto inestables por la falta de un electrón. A fin de permanecer estables se carga con electrones que roba a otras moléculas, produciendo una reacción en cadena. La forma en que puede detenerse este proceso es a través de los antioxidantes. Cuando consumimos alimentos ricos en antioxidantes, detenemos este ciclo de oxidación logrando el equilibrio necesario.
Sin embargo, el consumo de alimentos con antioxidantes no es la única forma en que podemos detener estos mecanismos que producen enfermedad. El contacto directo con la tierra tiene el mismo efecto. Diversas investigaciones han demostrado que el contacto directo de nuestro cuerpo con la tierra, disminuye los efectos de la inflamación de los tejidos a raíz de la acción de los radicales libres.
La principal hipótesis al respecto es que la tierra neutraliza los radicales libres cargados positivamente estabilizando las moléculas que se oxidan, deteniendo así su reacción en cadena.

Los electrones libres en la tierra tienen un efecto sanador cuyas interconexiones aún desconocemos del todo. Cada vez se acumula más evidencia que apunta a que enfermedades crónicas tienen su origen en la oxidación y la inflamación de los tejidos.

Ejemplo del efecto del contacto directo con la tierra. En la columna derecha una muestra de sangre con notable adelgazamiento y desacople de células sanguineas

Ejemplo del efecto del contacto directo con la tierra. En la columna derecha una muestra de sangre con notable adelgazamiento y desacople de células sanguíneas, luego de 60 minutos en contacto con la tierra.

Hoy la mala alimentación, la contaminación, la exposición continua a campos electromagnéticos, el stress, la ansiedad y la depresión, aceleran la acción de los radicales libres en nuestro cuerpo.

Es importante recordar que nuestro cuerpo es una “maquina” que funciona en base a la bioelectricidad. Procesos importantes, como el bombeo constante del corazón, la actividad cerebral (sinapsis), el trabajo de los músculos, el funcionamiento de los ojos, etc. son posibles gracias a la biolectricidad que producimos naturalmente. La “chispa” que desencadena todo esto es gracias a minerales esenciales, como el sodio y el potasio. Por lo tanto, no somos un ente aislado de la tierra.

La investigación actual nos muestra además que el contacto con la tierra, influye directamente sobre los procesos fisiológicos, como por ejemplo, la regulación del sistema endocrino y nervioso, así como también en el catabolismo, procesos bioléctricos y bioenergéticos.

Contacto con la naturaleza: Sus efectos para la salud

  • Detiene la inflamación de los tejidos y el proceso de oxidación. Se cree que ambas cosas producen diferentes enfermedades degenerativas, como diabetes, artritis, problemas cardiovasculares, etc.
  • Ayuda a mejorar el sueño y sus procesos biológicos de reparación
  • Mejora el rendimiento de nuestro sistema inmunológico
  • Mejora la circulación de la sangre. Se ha descubierto que el contacto con la tierra por al menos 60 segundos, mejora la circulación sanguínea, reduciendo además la viscosidad de la sangre y los riesgos inherentes de la coagulación.
  • Ayuda al equilibrio iónico del sistema nervioso
  • Reduce el dolor crónico
  • Neutraliza los efectos nocivos de la electricidad estática y los campos electromagnéticos
  • Alivia el dolor muscular
Instintivamente buscamos alivio cuando tocamos con nuestros pies la hierba o la tierra. Ese contacto con la naturaleza es una forma simple de volver a esa conexión primordial y además mejorar nuestra salud!
 
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