El excremento humano es gramo por gramo una de las sustancias más ricas en información del universo y puedes utilizarla para prevenir las enfermedades de tus hijos.
El astrofísico Larry Smarr se ha dedicado en los últimos años a cuantificar su cuerpo y específicamente a analizar sus heces fecales en un intento de entender la enfermedad que padece. Hace unos años descubrió él mismo leyendo los datos que genera su cuerpo (su genoma y ahora su microbioma) que padecía la enfermedad de Crohn, una enfermedad autoinmune que se caracteriza por inflamación crónica y la cual ha sido ligada a una perturbación bacterial del microbioma humano (el ecosistema de microorganismos dentro de nosotros que viven generalmente en simbiosis con nosotros )
Smarrs calcula: “Hay cerca de 100 mil millones bacterias por gramo en el excremento humano. Cada bacteria tiene ADN de una longitud de 10 megabases –eso es algo cerca de 1 millón de bytes. Esto significa que el excremento humano tiene una capacidad de datos de 100,000 terabytes almacenado por gramo”. Quizás el “popó” humano sea el material más rico en información del universo conocido.
Ciertamente ha nadie le gusta lidiar con heces fecales, pero esto es algo que los padres de alguna u otra forma tiene que hacer y quizás pueden sacarle algo de provecho. Existen do niveles de lectura en el lenguaje de las heces, el que podemos hacer de manera expedita, a través de la vista y el olfato (el cual es explicado por el siguiente infográfico, que también incluye la orina).
Esto en gran medida sigue una lógica básica, donde un color rojo evidentemente alarma (al menos de que se haya comido betabel) o el contenido líquido es también merecedor de atención inmediata (los líquidos no se están absorbiendo y en un caso intenso de diarrea se tiene el fantasma del colera). Con un cuidadoso análisis del excremento podemos saber si un niño tiene estreñimiento, una infección o está siendo afectado por las medicinas que está tomando, entre otras cosas.
Esto en gran medida sigue una lógica básica, donde un color rojo evidentemente alarma (al menos de que se haya comido betabel) o el contenido líquido es también merecedor de atención inmediata (los líquidos no se están absorbiendo y en un caso intenso de diarrea se tiene el fantasma del colera). Con un cuidadoso análisis del excremento podemos saber si un niño tiene estreñimiento, una infección o está siendo afectado por las medicinas que está tomando, entre otras cosas.
La otra lectura es el análisis del microbioma, el cual se realiza tomando muestras de las heces fecales. Y si bien un análisis detallado de las diferentes especies de bacterias es enormemente costoso y en ocasiones imposible de hacer, según el país donde se viva. Existe ya una forma de hacer un análisis de nuestro microbioma, no por especies individuales, pero sí por familias de bacterias, que incluye una interpretación y una comparación con diferentes grupos poblaciones y personas que padecen ciertas enfermedades.
La empresa Ubiome –una de las top 10 start-ups según CNN– envía un kit de recolección a diferentes países y después de recibir la muestra regresa sus clientes un análisis comparativo de su microbioma. Esto permite, por ejemplo, monitorear los cambios que generan diferentes dietas (sabemos que con sólo cambiar de una dieta vegetariana a una omnívora en unos días se altera sustancialmente el contenido de microbiota en el intestino).
Esto es importante ya que el nacimiento por cesárea o el uso de antibióticos en la etapa de desarrollo tienen consecuencias posiblemente permanentes en la composición del microbioma humano, lo cual está relacionado con una infinidad de enfermedades. Dicho de otra forma, el excesivo tratamiento de antibióticos (y eso puede ser un solo tratamiento) y la cesárea aumentan la tendencia de un individuo a contraer diferentes enfermedades a lo largo de su vida.
Por suerte, empezamos a saber cómo reestablecer el equilibrio del microbioma reinsertando especies que han sido desplazadas. Esto principalmente puede hacerse a través de probióticos; sin embargo, por el momento el uso de suplementos probióticos es una apuesta que no garantiza la efectividad ante la falta de regulación y la falta de conocimiento de métodos efectivos para hacer que las bacterias crucen la barrera del ácido estomacal y hagan base en el intestino. Por el momento la mejor forma de hacerlo es vía un trasplante fecal.
Incluso esta vía de administración probiótica hasta el momento es la más efectiva para tratar la infección de Clostridium Dificile, incluso superior a los antibiótico (la cual son también la causa). No hay que subestimar el poder del popó.
Por suerte, empezamos a saber cómo reestablecer el equilibrio del microbioma reinsertando especies que han sido desplazadas. Esto principalmente puede hacerse a través de probióticos; sin embargo, por el momento el uso de suplementos probióticos es una apuesta que no garantiza la efectividad ante la falta de regulación y la falta de conocimiento de métodos efectivos para hacer que las bacterias crucen la barrera del ácido estomacal y hagan base en el intestino. Por el momento la mejor forma de hacerlo es vía un trasplante fecal.
Incluso esta vía de administración probiótica hasta el momento es la más efectiva para tratar la infección de Clostridium Dificile, incluso superior a los antibiótico (la cual son también la causa). No hay que subestimar el poder del popó.
Fuente: http://www.mamanatural.com.mx/2014/10/el-popo-de-tus-hijos-es-la-fuente-mas-rica-en-informacion-que-existe-aprende-a-interpretarlo/