Que el sexo es algo muy importante en las relaciones de pareja es algo innegable.
No obstante, ya sea por problemas físicos o psicológicos, la calidad de éste puede ir decayendo en algunas ocasiones. Por ello, hablar con un especialista para que evalúe y trate de revertir esta situación es algo que debemos tener muy en mente todos si vemos que algo no marcha bien en nuestra vida sexual.
Los ginecólogos en el caso de la mujer y los urólogos y andrólogos para el hombre, cumplen aquí un papel imprescindible, así como los sexólogos para solventar posibles problemas de la pareja en su conjunto. En este reportaje repasamos las principales disfunciones tanto para ellos como para ellas.
La sexualidad de la mujer
La mujer ha pasado gran parte de la historia viviendo su sexualidad como algo reprimido, lo cual a veces todavía sigue traduciéndose en una serie de problemas psicológicos que le impiden llegar a disfrutar de su vida sexual. Aunque la solución de la mayoría de las disfunciones sexuales pasa por los consejos de un psicólogo o sexólogo, también hay muchos que tienen un origen físico y pueden tener una solución médica:- Sequedad vaginal: en ocasiones, se puede producir una escasa o nula lubricación vaginal, lo que hace que el coito pueda resultar doloroso. Esto puede tener sus causas en un problema hormonal, aunque también se suman factores psicológicos como el estrés. Además de cuidar los preliminares y emplear algún lubricante adicional a la hora de la penetración, consultar con el ginecólogo es algo primordial para solucionar esto.
- Dispaurenia: es lo que comúnmente se conoce como dolor en la penetración. Aquí también se observan causas de origen psicológico, aunque puede estar motivado por algún tipo de infección u otras dolencias internas. Es muy importante localizar el porqué de este dolor y tratarlo, ya que puede influir muy negativamente en la calidad de la vida sexual de la mujer, e incluso llegar a provocar un rechazo al sexo.
- Vaginismo: se define como una contracción involuntaria de los músculos de la vagina, lo que termina haciendo imposible la penetración e incluso un mero examen ginecológico. En este caso, el principal motivo de la aparición del problema tiene que ver con factores psicológicos, que hacen que nuestro cuerpo sienta una aversión contra el sexo, y se precisa de una terapia especializada para ponerle solución.
- Problemas para alcanzar el orgasmo: relacionado con esto encontramos la anorgasmia, que supone un bloqueo de la mujer para alcanzar un orgasmo vaginal o clitoridiano, y la frigidez, que va más allá y hace que la mujer no pueda experimentar ningún tipo de atracción hacia el sexo. Ambos suelen ser provocados por problemas psicológicos, y se ha de tratar con un especialista para tratar de solventarlos.
La sexualidad del varón
En el caso de los hombres, muchas veces viven su sexualidad como un imperativo. A un hombre a veces se le pide que siempre esté dispuesto para el sexo, y esto en ocasiones no es posible. Estas exigencias pueden terminar generando ciertos problemas de inseguridad que pueden repercutir en su vida sexual. Además, el mido al qué dirán, a veces hace que se posponga la visita al urólogo ante problemas fisiológicos, lo que también puede agravar todo lo anterior.- Impotencia: se conoce como la incapacidad del varón de mantener una erección. Esto provoca que el coito pueda llegar a ser imposible y, de conseguirlo, muy poco satisfactorio. Aunque el problema se agrava a determinadas edades, también puede afectar a personas relativamente jóvenes, y está íntimamente relacionado con factores psicológicos. No obstante, también puede ser debido a causas orgánicas que se pueden tratar médicamente para resolver la situación.
- Eyaculación precoz: cuando esto ocurre el coito sí que es posible, pero el varón se ve incapaz de controlar su eyaculación y suele producirse antes de tiempo de manera totalmente involuntaria. Ésta encuentra como origen la falta de experiencia sexual, la ansiedad o la presión psicológica de tener que 'cumplir' en la relación sexual. Por ello, hablar con un sexólogo puede ser una buena solución.
- Priapismo: es menos común que los otros dos trastornos, y se caracteriza por una erección involuntaria y dolorosa que hace que el pene no pueda relajarse tras una relación sexual. En estos casos, lo mejor es acudir a un especialista médico.
- Dispaurenia: al igual que en la mujer, indica dolor durante la penetración. Normalmente se origina por una mayor sensibilidad del glande, aunque también puede estar motivada por alguna lesión o herida en el pene o fimosis. Consultar con un especialista es la clave para conocer y solucionar el problema.
- Trastornos del orgasmo: aquí el comportamiento del varón nuevamente vuelve a tener similitudes al de la mujer, existiendo dos posibles situaciones: la anorgasmia, que se caracteriza por no poder eyacular normalmente, y la anafrodisia, que se define por una ausencia total de deseo sexual. Como con la fémina, aquí las alteraciones psicológicas son la principal baza para imposibilitar el placer sexual.