Dormir esta supuesto a ser un momento de paz y relajación.
La mayoría de las personas vamos de la vigilia a ciclos predecibles del sueño. Pero cuando los limites entre las fases del sueño se borran, puede llegar a ser aterrador. A continuación, siete trastornos que pueden resultar aterradores.
El síndrome de la cabeza explosiva
Esta rara enfermedad se produce al inicio del sueño profundo. Fue registrada por primera vez por un médico británico en 1988, y consiste en que el paciente ocasionalmente percibe un sonido extremadamente fuerte quelo despierta, generalmente descrito como un estallido o estruendo, como si procediera de su propia cabeza. No hay dolor en cuestión.
Sin embargo, cualquiera que sea el mecanismo, parece ser que el síndrome de la cabeza explosiva es un fenómeno real y no es causado por disturbios psicológicos. Es considerado médicamente inofensivo, a pesar ser generalmente angustioso de experimentar.
Alucinación hipnagógica
Se produce poco antes del inicio del sueño. Estos fenómenos se presentan en las fases 1 y 2 del sueño profundo no MOR (movimiento ocular rápido). Son frecuentes en niños de 6 a 15 años y, en algunas personas, se prolonga hasta la edad adulta. Las alucinaciones más comunes son de tipo visual o de carácter auditivo. En muchas ocasiones tienen relación con vivencias del día anterior y a veces no se guarda recuerdo de las mismas al despertar. En el estado hipnagógico (entre la vigilia y el sueño) es común pensar que se está despierto, hasta tal punto que se tiene seguridad de tener los ojos abiertos y de ver y escuchar cosas alrededor, pero sin poder moverse.
Terror nocturno
Se caracteriza por producir un terror extremo y un estado de inhabilidad para recuperar la consciencia completamente; la persona no tiene control de sus movimientos. Puede ser difícil de despertar y rara vez se recuerda el episodio al despertarse por la mañana. La característica universal de los terrores nocturnos es el desconsuelo. Por lo general, presentan sudoración, respiración y frecuencias cardiacas rápidas. Hay una sensación de que la persona está tratando de protegerse a sí misma y/o escapar de una posible amenaza que puede conducir a un daño físico de la persona.
A diferencia de la pesadilla, que se produce durante el sueño MOR, el terror nocturno sucede en las primeras horas del sueño durante la fases 3 o 4 del movimiento ocular no rápido (NMOR) . La prevalencia de episodios de terror nocturno se ha estimado en 1% y el 6% en los niños y en menos del 1% de los adultos.
Parálisis del sueño
Es una incapacidad transitoria para realizar cualquier tipo de movimiento voluntario que tiene lugar durante el periodo de transición entre el estado de sueño y el de vigilia. Puede ocurrir en el momento de comenzar a dormir o en el de despertarse y suele acompañarse de una sensación de gran angustia.
Trastorno de comportamiento del sueño REM
El cerebro no da la señal al cuerpo de mantenerse quieto durante MOR, lo cuál permite que el individuo actúe sus sueño, gritando, golpeando e incluso levantándose de su cama y corriendo a su alrededor, lo cuál puede resultar en lesiones a ellos mismos y a sus compañeros de cuarto.
Es común entre adultos de más de 50 años y puede ser un síntoma de Parkinson. El tratamiento incluye medicamentos que reducen la fase MOR del sueño y relajan el cuerpo.
Síndrome de alimentación nocturna
Las personas con este trastorno alimenticio relacionado con el sueño tienen episodios de atracones nocturnos, los cuales raramente recuerdan al despertar. El trastorno es poco conocido, sucede en la fase del sueño no-MOR. (Conoce más acerca del Síndrome de alimentación nocturna)
Sexomnía
El paciente trata de tener actividad sexual mientras duerme, al estar en la fase MOR se tiene actividad sexual que va desde gemidos sexuales y masturbación, hasta comportamientos criminales como violación o abuso sexual. Este trastorno ha sido poco estudiado, se describió por primera vez en 1996 y se cree que la falta de sueño, el estrés, el alcohol y las drogas juegan un papel importante en el desarrollo de este padecimiento, pero aún no se sabe por qué algunas personas responden a estos estímulos con el comportamiento sexual. (Más acerca de la sexomnía)
La mayoría de las personas vamos de la vigilia a ciclos predecibles del sueño. Pero cuando los limites entre las fases del sueño se borran, puede llegar a ser aterrador. A continuación, siete trastornos que pueden resultar aterradores.
El síndrome de la cabeza explosiva
Esta rara enfermedad se produce al inicio del sueño profundo. Fue registrada por primera vez por un médico británico en 1988, y consiste en que el paciente ocasionalmente percibe un sonido extremadamente fuerte quelo despierta, generalmente descrito como un estallido o estruendo, como si procediera de su propia cabeza. No hay dolor en cuestión.
Sin embargo, cualquiera que sea el mecanismo, parece ser que el síndrome de la cabeza explosiva es un fenómeno real y no es causado por disturbios psicológicos. Es considerado médicamente inofensivo, a pesar ser generalmente angustioso de experimentar.
Alucinación hipnagógica
Se produce poco antes del inicio del sueño. Estos fenómenos se presentan en las fases 1 y 2 del sueño profundo no MOR (movimiento ocular rápido). Son frecuentes en niños de 6 a 15 años y, en algunas personas, se prolonga hasta la edad adulta. Las alucinaciones más comunes son de tipo visual o de carácter auditivo. En muchas ocasiones tienen relación con vivencias del día anterior y a veces no se guarda recuerdo de las mismas al despertar. En el estado hipnagógico (entre la vigilia y el sueño) es común pensar que se está despierto, hasta tal punto que se tiene seguridad de tener los ojos abiertos y de ver y escuchar cosas alrededor, pero sin poder moverse.
Terror nocturno
Se caracteriza por producir un terror extremo y un estado de inhabilidad para recuperar la consciencia completamente; la persona no tiene control de sus movimientos. Puede ser difícil de despertar y rara vez se recuerda el episodio al despertarse por la mañana. La característica universal de los terrores nocturnos es el desconsuelo. Por lo general, presentan sudoración, respiración y frecuencias cardiacas rápidas. Hay una sensación de que la persona está tratando de protegerse a sí misma y/o escapar de una posible amenaza que puede conducir a un daño físico de la persona.
A diferencia de la pesadilla, que se produce durante el sueño MOR, el terror nocturno sucede en las primeras horas del sueño durante la fases 3 o 4 del movimiento ocular no rápido (NMOR) . La prevalencia de episodios de terror nocturno se ha estimado en 1% y el 6% en los niños y en menos del 1% de los adultos.
Parálisis del sueño
Es una incapacidad transitoria para realizar cualquier tipo de movimiento voluntario que tiene lugar durante el periodo de transición entre el estado de sueño y el de vigilia. Puede ocurrir en el momento de comenzar a dormir o en el de despertarse y suele acompañarse de una sensación de gran angustia.
Trastorno de comportamiento del sueño REM
El cerebro no da la señal al cuerpo de mantenerse quieto durante MOR, lo cuál permite que el individuo actúe sus sueño, gritando, golpeando e incluso levantándose de su cama y corriendo a su alrededor, lo cuál puede resultar en lesiones a ellos mismos y a sus compañeros de cuarto.
Es común entre adultos de más de 50 años y puede ser un síntoma de Parkinson. El tratamiento incluye medicamentos que reducen la fase MOR del sueño y relajan el cuerpo.
Síndrome de alimentación nocturna
Las personas con este trastorno alimenticio relacionado con el sueño tienen episodios de atracones nocturnos, los cuales raramente recuerdan al despertar. El trastorno es poco conocido, sucede en la fase del sueño no-MOR. (Conoce más acerca del Síndrome de alimentación nocturna)
Sexomnía
El paciente trata de tener actividad sexual mientras duerme, al estar en la fase MOR se tiene actividad sexual que va desde gemidos sexuales y masturbación, hasta comportamientos criminales como violación o abuso sexual. Este trastorno ha sido poco estudiado, se describió por primera vez en 1996 y se cree que la falta de sueño, el estrés, el alcohol y las drogas juegan un papel importante en el desarrollo de este padecimiento, pero aún no se sabe por qué algunas personas responden a estos estímulos con el comportamiento sexual. (Más acerca de la sexomnía)