Monday, August 11, 2014

Cómo evitar los quistes en los senos

 
Uno de los mayores temores de la mujer actualmente es el desarrollo del cáncer de mama. 

Pero tener quistes en los senos y un cáncer mamario no tiene porque ser lo mismo. Vamos a conocer los tipos de quistes que existen, y qué medidas deberemos tomar en caso de que en la autoexploración o en la exploración ginecológica con nuestro médico nos encontremos con alguno de estos bultitos o quistes.

Existen muchas leyendas urbanas que circulan por Internet y otros lugares, en los que se menciona una relación directa entre la existencia de quistes mamarios y el desarrollo de cáncer de mama. Esto no es así. Pero sí es cierto que el desarrollo de los quistes mamarios ha de ser controlado, minimizado o bien suprimido, idealmente, para lo cual existen una serie de normas y comportamientos que deberíamos llevar a cabo lo más estrictamente posible.

Esto es porque, aunque no hay una relación directa habitual entre quistes en los senos y cáncer de mama, algunos estudios demuestran que hay mayor probabilidad de desarrollar quistes que pueden malignizarse en mujeres que nunca han tenido hijos, en mujeres con ciclos menstruales irregulares o en quienes presentan una historia de cáncer de mama en su familia.

¿Qué es realmente un quiste mamario?

Un quiste mamario es una colección líquida en el interior de la mama. Es decir, como una bolsita claramente definida de un tamaño normalmente pequeño, como un garbanzo o tal vez menor, y que lo que contiene en su interior habitualmente es líquido. No hay una norma concreta acerca del momento de su aparición. Pueden aparecer inclusive en mujeres muy jóvenes, incluso niñas, fundamentalmente a partir del desarrollo, en torno a los 10- 12 años de media.
Suelen ser el tipo habitual de quiste que se encuentra mayoritariamente, aunque también existen quistes que tienen un contenido sólido.

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Hay otro tipo de quistes mamarios, los fibroadenomas. No suelen tener síntomas, son indoloros y se descubren al palparse como un bulto duro, móvil y al tacto se nos pueden mostrar como lisos o con cierta rugosidad, lo que sucede cuando son lobulados, y que se desplaza libremente entre los dedos (como un garbancito que se mueve); son igualmente benignos. 

Se deben a una proliferación excesiva del tejido mamario, y aunque se pueden confundir con los que hemos nombrado anteriormente, son distintos. Los fibroadenomas son más frecuentes antes de la menopausia y, aunque puede aparecer a cualquier edad, suelen aparecer en la pubertad y en mujeres adultas jóvenes por lo cual se ha relacionado su aparición con los cambios hormonales existentes en estas edades.

El tratamiento de los quistes implica, en principio, la vigilancia por parte de la paciente de sus senos. No suele ser necesaria la cirugía, pero en caso de querer erradicarlos, los simples se eliminan con una simple punción para aspirar el contenido, y los complejos, con biopsia y cirugía para retirarlos.

Quiste mamario: Causas

Los quistes mamarios pueden tener causas muy diversas:
Teniendo en cuenta la anatomía de una mama, es frecuente que los lobulillos se bloqueen, con lo que se puede acumular líquido en su interior, dando lugar a la aparición de dichos quistes mamarios.

También es posible que, si son solitarios, tengan un origen hereditario, pero no es común.

De cualquier forma, y con mucho, los más frecuentes son los debidos a alteraciones benignas del tejido de las glándulas mamarias (mastopatías), que suelen aparecer, sobre todo, a partir de la menopausia. Esto se puede deber a los desequilibrios hormonales que se producen en esta fase del ciclo, pero también a cambios de carácter fibroquístico (cambios espontáneos comunes y benignos en los tejidos de las mamas). Es muy común en mamas sanas y se cree que es una variante normal.

Es necesario entender que suelen verse afectados por los cambios hormonales propios de la mujer. Por eso las autoexploraciones hay que hacerlas antes o después del periodo, porque es frecuente que cambie de tamaño según el momento hormonal en que estemos. Procuremos palparnos siempre en el mismo momento del “mes”.

Asimismo, cuando en la dieta están presentes altas concentraciones de xantinas (café, té, chocolate, los mariscos o las bebidas de cola y similares), predisponemos su aparición.

Un factor de riesgo que incrementa la aparición no solo de quistes benignos, sino también de los malignos, es la obesidad. También suele predisponer su aparición la ausencia de lactancia en la mujer: las que no han tenido hijos suelen padecerlos más que las que los han tenido. Otro factor que los incrementa suele ser la aparición de la menopausia.

El tener una dieta pobre en frutas y verduras aumenta el riesgo de quistes
También es necesario tener presente que: las drogas, alcohol y el tabaco son factores de riesgo para cáncer de mama y no para la formación de quistes.
Hay una serie de “medidas” que se comentan popularmente que pretenden instruir acerca de por qué salen quistes y como evitarlos que no son ciertas. 

Por ejemplo, que no se realicen mamografías porque dañan los senos, que los golpes accidentales o con alguna frecuencia provocan cáncer, que la punción (inyección de aguja de aspiración para analizar el contenido) produce la diseminación del quiste o bien que la toma de muestra (biopsia) hace lo propio con el cáncer.
También se oye por ahí que el uso de anticonceptivos o implantes pueden favorecer la formación de los mismos.

No hagamos mucho caso de tales rumores, son simples mitos, ya hemos visto que las causas intrínsecas de la formación de los mismos son muy diferentes.
Hábitos y remedios naturales para evitar la aparición o aumento de los quistes
Vamos a detallar qué debemos hacer para evitar su aparición, o en caso de que estén presentes, qué podemos hacer para evitar que reaparezcan o incrementen su número o tamaño.

Lo primero es tener buenas costumbres preventivas. Es muy importante observar los pechos día a día, dedicar tiempo para conocerlos y sentir nuestro cuerpo, así podremos identificar síntomas que pueden ser importantes en un diagnostico precoz. Palparse las mamas cada cierto tiempo procurando hacerlo en el mismo momento del mes, hará que podamos detectar cuando aparece un bultito.

Nosotras podemos hacer mucho para evitar y prevenir la aparición de quistes, dolor de mamas e incluso el cáncer de mama. Un diagnostico precoz, una dieta sana y conocernos a nosotras mismas pueden ayudar muchísimo a nuestra salud.

Cuando en las exploraciones rutinarias de mamas se detecta algún tipo de quiste, es aconsejable ir al médico para realizar una evaluación del quiste mediante una sencilla técnica. Si es líquido o semisólido, sin otra señal que indique algún rasgo negativo, como por ejemplo sangre, es en el 98% de los casos un quiste simple. Estos no se transforman en cáncer maligno, ni son peligrosos. En tal caso, se puede realizar la aspiración de su contenido y tratar de evitar, en lo sucesivo, los factores que los agravan o pudieran desencadenarlos, como veremos a continuación.
Reducir la ingesta de grasas e hidratos de carbono refinados

Los tejidos mamarios son muy sensibles a las dietas ricas en grasas (en especial las saturadas y las trans) e hidratos de carbono ya que elevan los niveles de estrógenos. La sobreproducción de estrógeno estimula el tejido mamario dando dolor, formación de quistes en muchas mujeres y mayor riesgo de padecer cáncer de mama y otros cánceres ginecológicos.

Por este mismo motivo, debemos reducir nuestro índice de grasa corporal si padecemos de sobrepeso.

Alimentos que nos podrán ayudar

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El consumo de fibra de origen vegetal (sobre todo cereales integrales y frutas) es importante para eliminar el exceso de estrógeno. Las verduras crucíferas como el brécol, col, coles de bruselas y los nabos, contienen indol-3-carbinol. Este compuesto reduce la capacidad del estrógeno para adherirse al tejido mamario. Se recomienda tomar 2 raciones de este tipo de verdura a la semana, mínimo, y si es posible a diario. También se puede tomar extracto de germinados de brécol ó de crucíferas.

Los derivados de la soja como el tofu, el miso y el tempe, son muy defendidos y recomendados por sus fitoestrógenos vegetales pero hay estudios a favor y en contra, por ello solo los citamos y os dejamos que investiguéis por vuestra cuenta. Eso si, rechazad la soja transgénica, mirad bien las etiquetas.
Un dieta rica en alimentos integrales y pobre en grasas animales, será nuestro mejor aliado.

Eliminar los productos lácteos
Se recomienda eliminar de la dieta diaria los lácteos, en especial la leche. Se que en nuestra gastronomía los lácteos son un verdadero manjar, pero debemos intentar dejarlos o al menos disminuirlos y que sean ecológicos para que las vacas no estén hormonadas ni medicadas. Haced la prueba un mes y observad vuestro cuerpo, seguro que notáis beneficios.

Eliminar la cafeína y el chocolate

Debemos dejar de tomar productos con cafeína como el café, té, bebidas de cola, el chocolate y la cerveza sin alcohol. Estas bebidas contienen metilxantinas que pueden producir una sobreestimulación del tejido mamario en algunas mujeres. Se que para muchos dejar el chocolate puede ser una acción suicida, pero si tenéis dolores mamarios, quistes, etc. intentad dejarlo al menos un ciclo menstrual entero y ved que pasa.

Suplementos alimenticios

El aceite de onagra o prímula y aceite de borraja, ricas en ácido omega 6 (gammalinolénico GLA,), en muchas mujeres alivian la sensibilidad de las mamas al disminuir la inflamación de las mismas al igual que el ácido omega 3. Este lo podemos encontrar en el aceite de pescado azul (ojo con los metales pesados), aceite de lino, aceite de sésamo y aceite de nuez. Hay estudios que defienden que la ingesta de omega 3 protege frente a padecer cáncer de mama. El aceite de moringa también es rico en ácidos omega 9, 6 y 3, y es una de las mayores fuentes de antioxidantes naturales.

Tomar suplementos de vitaminas y minerales, en especial las de vitamina E, vitamina A, Coenzima Q10 y selenio, estos antioxidantes son muy beneficiosos.
El yodo disminuye la capacidad del estrógeno para adherirse a sus receptores en las mamas, esto disminuye el dolor de los pechos. La mejor manera de tomarlo es en la alimentación, algas como la alga wakame o kombu darán yodo de manera sencilla. No se aconseja un exceso de yodo a mujeres con patologías de tiroides en especial hipertiroidismo.

El extracto de té verde (Camellia sinensis), unos 200 mg. al día. En varios estudios, se indican que el té verde colabora en la reducción de la posibilidad de tener cáncer de mama y un menor porcentaje de reaparición
Los salvestroles, presentes en frutas como la mandarina, la uva, arándano azul y mora. Es recomendable tomar un preparado con las concentraciones necesarias.

El propóleo, inhibe la actividad de la enzima aromatasa, lo que es determinante para disminuir la creación excesiva de estrógeno.

La seta Mesima (Pohellinus linteus) estimula la producción de las células defensivas, detiene el crecimiento y la formación de determinadas células malignas y reduciendo la adhesión y migración celular, es más, inhibe el crecimiento de ambos tipos de células mamarias cancerígenas. En caso de cáncer se puede consumir durante y después del ciclo de quimioterapia o radioterapia. Además podemos combinarlo con otros hongos como el Champiñón del Sol (Agaricus blasei), Cola de Pavo (Coriolus versicolor) y Reishi (Ganoderma lucidum). Se recomienda tomarlos en ayunas y acompañado de un zumo de cítricos.

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El cardo mariano (Silybum marianum): el hígado debe estar totalmente sano y funcionando correctamente ya que una función hepática adecuada facilitará un correcto metabolismo de los estrógenos y por ello habrá un control adecuado de estos. Es un buen antioxidante y además tiene efectos antineoplásicos (impide el desarrollo de células tumorales) frente al cáncer de mama.

Evitar los sujetadores de aros

Los sujetadores de aros pueden bloquear en cierta manera la circulación sanguínea y linfática en los pechos, pared torácica y tejidos de alrededor. Se que puede ser complicado sustituir estos sujetadores pero al menos podemos usarlos menos horas al día.

Aceite de ricino y arcilla

Podemos usar compresas de aceite de ricino y aplicarlas en los pechos para disminuir el dolor y la inflamación. Las dejaremos una hora, 3 veces a la semana durante 2 o 3 meses. Como mantenimiento lo haremos 1 vez a la semana.

Usar cataplasmas o poner compresas de arcilla podrá ayudarnos ante el dolor, la inflamación y se usan para ayudar a eliminar quistes (no se recomienda si son cancerígenos ya que se piensa que pueden movilizarlo). Lo dejaremos puesto hasta que se seque y después nos lavaremos bien el pecho. Algunas veces se recomienda dormir con la arcilla puesta, para que no se seque podemos poner unas hojas de lechuga y después un sujetador viejo de algodón.

Así que ya sabemos, evitar quistes en los senos o disminuirlos e incluso eliminarlos está a nuestro alcance, no requiere grandes esfuerzos económicos y sí un poco de voluntad y autoobservación de nuestro cuerpo. Así que ánimo y a cuidarnos.

Fuentes: http://mejorconsalud.com/