El estudio no es una prueba rigurosa sobre cirugía y radiación, pero es el seguimiento más largo a algunos hombres que escogieron esos tratamientos.
Un nuevo estudio muestra lo importante que es para los hombres analizar con cuidado los tratamientos para las etapas tempranas de cáncer de próstata.
Quince años después de que se sometieron a un tratamiento
quirúrgico o de radiación, casi todos los hombres de más edad en el
estudio tenían algunos problemas para tener
relaciones sexuales.
Adicionalmente, los investigadores encontraron que alrededor de una quinta parte tuvieron problemas de vejiga o de intestinos.
El estudio no compara a esos hombres —quienes tenían de 70 a 89
años al final del estudio— con otros que prefirieron no recibir
tratamiento contra su cáncer o con hombres sanos de más edad. Al menos
un estudio indica que la mitad de ese grupo de edad tiene problemas
sexuales aun estando sanos.
El estudio no es una prueba rigurosa sobre cirugía y radiación,
pero es el seguimiento más largo a algunos hombres que escogieron esos
tratamientos, ya que el cáncer prostático en etapa temprana normalmente
no resulta fatal, pero no existen medios buenos para determinar cuáles
necesitan realmente tratamiento, los hombres deben ser realistas sobre
los efectos secundarios que podrían sufrir, dijo un líder del estudio,
el doctor
David Penson de la
Universidad Vanderbilt.
"Necesitan observar estos descubrimientos y decir, 'Oh mi Dios,
sin importar qué elija, voy a tener algún efecto en la calidad de vida y
probablemente es mayor de lo que me está diciendo mi médico'', comentó
el Doctor estadounidense.
El estudio aparece en la edición del jueves del
New England Journal of Medicine.
El cáncer de próstata es el cáncer más común entre los hombres de
Estados Unidos. Solo en este
país hubo aproximadamente 240.000 casos nuevos y 28.000 muertes por esa
enfermedad el año pasado. La radiación o la cirugía para remover la
próstata son tratamientos comunes cuando la enfermedad está confinada en
la glándula.
Los hombres normalmente viven mucho tiempo después del tratamiento
—14 años en promedio— así que es importante ver cómo se desempeñan,
dijo otro líder del estudio, el doctor Matthew Resnick, también de
Vanderbilt.
El estudio involucró a 1.655 hombres diagnosticados en 1994 ó
1995, cuando tenían de 55 a 74 años. Aproximadamente dos terceras partes
de ellos tuvieron cirugía y el resto radiación. Ellos fueron
entrevistados dos, cinco y 15 años después. Para entonces habían
fallecido 569.
Los hombres que se sometieron a cirugía tuvieron más problemas en
los primeros años después de sus tratamientos que quienes se sometieron a
radiación, pero al final del estudio, no había una gran diferencia.
Después de 15 años, 18% del grupo sometido a cirugía y 9% del
grupo de radiación reportó incontinencia urinaria, mientras que 5% del
grupo de cirugía y 16% del grupo de radiación afirmó que tenía problemas
intestinales. Sin embargo, las diferencias entre los dos grupos
pudieron haber ocurrido sólo por casualidad una vez que los
investigadores tomaron en consideración otros factores, como la edad y
el tamaño del tumor de los hombres.
La impotencia fue "casi universal" a los 15 años del tratamiento,
escribieron los autores: 94% en el grupo de radiación y 87% en el de
cirugía. Sin embargo, la diferencia entre los grupos también fue
considerada posiblemente debido a casualidad. Además, menos de la mitad
de los hombres dijeron que les molestaban sus problemas sexuales.