¿Ya te están saliendo esas molestas arañitas? ¿Trabajas todo el día sentada y notas las piernas pesadas, cansadas, la mala circulación? ¡No dejes pasar más tiempo! Hoy te traigo unos consejos para evitar las varices, de forma que no tengas que sufrirlas.
¿Qué son las várices?
Las varices son las
venas que se dilatan de forma anormal y de manera permanente. Las venas
concernidas son cada vez más superficiales y se manifiestan sobretodo a
nivel de los miembros inferiores.
En las condiciones fisiológicas, la presión del plexus venoso de la planta de los pies y las contracciones de los músculos de alrededor durante la marcha y en posición de pie, garantizan un correcto retorno venoso. En posición tumbada, es principalmente el diafragma el que hace el trabajo de retorno.
De esta forma, a cada expiración, la
sangre se drena por aspiración del sistema venoso del miembro inferior.
Para combatir el reflujo de la sangre debido a la acción del peso,
existe un sistema de válvula en el interior de las venas. La fisiopatología de las varices
es provocada justamente por una anomalía de estas válvulas, que se
hacen incontinentes, asociada a un fallo de la pared de la vena.
El resultado es un reflujo de la sangre
que provoca un aumento permanente del calibre de la vena. Esta
dilatación es un fenómeno que se agrava, porque cuanto más se dilata la vena, mayor es la incontinencia valvular.
Las varices se integran en el marco de
una insuficiencia venosa crónica. Su prevalencia aumenta con la edad y
existe un claro predominio en las mujeres. Durante el embarazo, existe
un riesgo elevado de aparición o agravación de una enfermedad varicosa.
Esto se explicaría por el efecto de las hormonas y por la compresión
mecánica del abdomen por el útero.
La obesidad, las profesiones que
requieren estar de pie mucho tiempo, la ingesta de anticonceptivos y
tratamientos hormonales, o el sedentarismo son factores que pueden
agravar este problema. Normalmente, las varices se manifiestan a través
de un dolor en las piernas. Sin embargo, la sintomatología clínica puede variar.
El paciente puede quejarse por una
sensación de dolor o de hormigueo. Los picores son frecuentes. Los
edemas son precoces, pero no son característicos de la enfermedad. Sobre
todo se manifiestan por la noche, para volver a su estado normal por el
día.
Medidas preventivas
¿Cuáles son entonces las medidas preventivas
elementales? Ante todo, conviene llevar una higiene de vida rigurosa
para disminuir los factores de riesgo modificables: una alimentación
sana y equilibrada, una actividad física moderada y frecuente (caminar,
montar en bicicleta, por ejemplo) con el fin de combatir el exceso de
peso y la obesidad.
Levantar las piernas y
el uso de medias de contención elásticas suele ser muy útil. También es
necesario evitar los tacones altos y limitar el tiempo de estar de pie, o
de estar sentado de forma prolongada.