Según un estudio reciente de la Universidad de Arizona, las personas que hablan mucho sobre el exceso de peso son más propensas a crear una pobre imagen de sí mismas y hasta de sufrir algún tipo de depresión.
“Estoy muy gorda. No, tú no estás gorda, yo soy la que está gorda”. Ésta es una conversación bastante usual que se puede dar entre amigas, en cualquier momento y en cualquier lugar.
En
base a la preocupación generalizada con el tema del peso, la
Universidad de Arizona realizó un estudio publicado recientemente en el
Journal de Investigación de Comunicaciones Aplicadas. El mismo permitió
determinar que la gente que habla en forma frecuente sobre el exceso de
peso tiende a generar una pobre imagen sobre sí misma, a tener baja
autoestima y a padecer algún tipo de depresión. Los temas más
recurrentes son la gordura, la dieta, el ejercicio y el miedo a subir de
peso.
La investigación se llevó a cabo entre 118 voluntarios, 85 mujeres y 33 hombres, todos estudiantes avanzados de la mencionada universidad. Se realizaron encuestas por mail, durante 2 y 3 semanas, y la prueba contó con 6 tipos de formularios donde se evaluaba la frecuencia con que los participantes trataban temas como la gordura, el tipo de alimentación que debían tener o la cantidad de actividad física que tenían que realizar. Otros temas eran la percepción del propio cuerpo y la comparación de sí mismos con otras personas.
"Los estudios demostraron que cuando se tocan temas relacionados con el peso - algo bastante común entre las mujeres- se producen efectos negativos" dijo la autora del proyecto Analisa Arroyo, graduada en Comunicación en la Universidad de Arizona, Tucson. Según se determinó, hablar de gordura puede conducir a estados depresivos, insatisfacción con el propio cuerpo y una presión constante por estar delgado.
Luego de evaluar los resultados de este trabajo, se llegó a la conclusión de que si se tocan menos estos temas, se establece una menor conexión con los aspectos negativos de la imagen personal. Es necesario que las campañas de salud, las comunicaciones interpersonales y la comunicación en general intenten ser más eficaces y positivas al tratar temas relacionados con el peso, para no conducir a efectos negativos.
Según
enuncian L. Silberstein, R. Striegel-Moore y J. Rodi en su libro
“Implicancias sicológicas y de comportamiento en la insatisfacción con
el propio cuerpo”, las mujeres sienten insatisfacción con su imagen a
causa de las presiones de la sociedad para ser delgado. La obligación de
tener el cuerpo ideal (delgado, musculoso y firme) produce un efecto
negativo, con severos problemas de percepción sobre el propio cuerpo, y
eventuales desórdenes alimentarios.
En el artículo “La cosificación y desmembramiento de la mujer en los medios de comunicación”, Kacey D. Greening de la Universidad Capital, en Ohio, explica que la mujer considera su cuerpo como un objeto para ser evaluado, esto aumenta la vergüenza y la insatisfacción y puede conducir a algunos tipos de enfermedad mental como la depresión.
El
66% de las adolescentes de EU siempre está tratando de bajar de peso, y
el 50% de las mujeres adultas está desconforme de cómo se ve. El hecho
de sentirse molestas con su apariencia física muchas veces surge al
exponerse a modelos súper flacas y ésto produce desazón anímica, miedo e
insatisfacción. Los hombres también tienen lo suyo: el 75% muestra
discrepancias entre el físico ideal y el que perciben de sí mismos.
Tanta
presión sociocultural evidencia que es necesario vigilar los mensajes
utilizados en la comunicación en lo inherente al peso y a la imagen
corporal, para evitar fomentar creencias y comportamientos poco
saludables en la población.