Jnana Mudra se dice que es uno de los mudras más
terapéuticos que una persona puede practicar, ya que alivia la tensión nerviosa
del cuerpo, impulsa la memoria, cura el insomnio y regula el flujo de aire en
el cuerpo…
Practicar con las dos manos: las puntas de
los pulgares tocan las puntas de los índices, mientras los otros dedos
permanecen extendidos. Las manos yacen relajadas sobre los muslos.
Si los dedos señalan hacia arriba, hacia el
cielo, el mudra recibe el nombre de Jñana Mudra. Si los dedos señalan hacia abajo,
hacia la tierra, Chin Mudra.
El
dedo índice representa inspiración (energía desde el exterior) y el
pulgar representa intuición (energía interna). Intuición e inspiración
forman una unidad cerrada.
El poder de los microcosmos y el macrocosmos se conectan y fructifica mutuamente unos a otros.
Estos mudras se practican de dos maneras:
la primera, tal y como se ha descrito, es cuando se tocan las puntas del pulgar
y el índice; en la segunda versión, la punta del índice toca la primera falange
del pulgar y el pulgar ejerce una ligera presión sobre la uña del índice. La
primera es la postura pasiva y receptora, y la segunda, la activa y dadora.
Estas son las dos posturas de las manos más
conocidas del Hatha-Yoga y actúan a nivel corporal, anímico-mental y espiritual.
Estos gestos simbolizan la armonía de la conciencia humana (pulgar), y los tres
dedos extendidos, las tres gunas, cualidades que mantienen en marcha toda la
evolución, tanto en el macrocosmos como en el microcosmos: Tamas (letargia),
Rajas (actividad) y Sattwa (equilibrio, armonía). El círculo cerrado del índice
y el pulgar representa el objetivo del yoga: la unión de Atman, el alma
individual, con Brahman, el alma del mundo.
Este mudra lo encontramos en muchas
representaciones de las divinidades indias; aparecen con la mano derecha alzada
sobre el corazón, y el pulgar y el índice unidos, para dirigirse al creyente.
Es el gesto de la proclamación de la enseñanza. Los budistas también lo conocen
y lo llaman Vitarka Mudra (gesto de la discusión). Con él, la divinidad o
Buddha subraya la importancia de sus palabras. Cristo también aparece
representado haciendo este gesto en los iconos bizantinos antiguos, y en la
liturgia católica el sacerdote lo hace tras la consagración.
Cuando el Jñana Mudra se practica de
corazón es algo maravilloso. La mano se encuentra de nuevo a la altura del
corazón, el índice y el pulgar se tocan, aunque ahora se dirigen hacia dentro y
hacia arriba. Así simbolizan sencillamente la sabiduría de Dios. Aquí se trata
de la entrega del ser humano a la sabiduría divina y su reconocimiento. En este
gesto reside también una ternura que conmueve el corazón.
Con esta variante del Jñana Mudra nos
encontramos ya a un nivel espiritual, pero no hay que pasar por alto su efecto
físico. Cuando este gesto se emplea para aliviar trastornos físicos, da igual
que se practique el Jñana-Mudra o el Chin Mudra. Este mudra es un remedio
universal que mejora los estados de tensión y de desorden y estimula la memoria
y la concentración. Clarifica el espíritu, todos deseamos mantener la cabeza
clara ante cualquier situación. También se emplea en casos de insomnio o de
somnolencia, depresiones e hipertensión. Este mudra puede combinarse con otros
mudras, y refuerza su efecto si se practica antes o después de otro o con una
mano mientras con la otra se realiza otro mudra.
Swami Rama, en su libro "The Essence
of Spiritual Life" (La esencia de la vida espiritual), da una idea de la
incorporación de Jnana Mudra en una práctica de meditación: "Haz un mudra
con los dedos tocando suavemente el pulgar con el índice y colocando las manos
sobre las rodillas. Este mudra o gesto, crea un circuito en el cuerpo que
impide la disipación de tu energía hacia el exterior ".