¿Sientes estrés? Muchas de las personas que sufren este tipo de episodios o de ansiedad acaban comiendo sin hambre y arrepintiéndose después.
Si es una pauta de comportamiento que se repite, lo más seguro es que se genere una especie de círculo vicioso en el que la persona come y come habitualmente alimentos calóricos con los que sube de peso y con lo que sentimientos como la culpa o la tristeza se incrementan.
Según la Sociedad Española para el Estudio de la Ansiedad y el Estrés, se trata de una situación que afecta a más mujeres que hombres y que se puede evitar si se siguen unas pautas sencillas. De hecho, hay una serie de alimentos que pueden ayudarnos a liberar estrés.
Naranjas.
Naranja. Una dosis de vitamina C como la que aporta la naranja tiene la capacidad de ayudar a una persona a recuperarse de manera más rápida de situaciones de estrés. La presión en sangre y los niveles de cortisona descienden de manera más rápida con un aporte extra de esta vitamina.
Pistachos. (Foto: Getty Images)
Pistaches. Este fruto seco tiene altas dosis de magnesio y potasio, lo que ayuda a mantener a raya la presión sanguínea. Incorporarlo a la dieta, tanto en su versión salada como en su variante al natural, equivale a vivir menos estresado.
Avena.
Avena. Un buen tazón de avena con leche permite mantener altos los niveles de serotonina. Eso sí, es mejor si podemos hacerlos nosotros mismos en lugar de comprar los ya envasados, porque tendrían más fibra, lo que hace que el efecto calmante dure más tiempo.
Chocolate negro.
Chocolate. Si nos comemos una onza y media de chocolate negro al día, mantendremos las hormonas del estrés lo más bajas posibles. Además, el chocolate negro tiene flavonoides, que son sustancias antioxidantes.
Vino.
Vino. Una copa de vino tinto tiene la capacidad de actuar como depresor del sistema nervioso central. Esto quiere decir que puede ayudarnos a dormir y descansar mejor siempre, claro está, que no bebamos más de la cuenta.
Leche.
Leche. Un vaso de leche templada tiene la capacidad de ayudarnos a reducir el estrés y a relajarnos. Esto se debe a que la leche es rica en antioxidantes, vitamina B y B12, proteínas y calcio.
Salmón.
Salmón. Una dieta rica en ácidos grasos Omega 3 ayuda a evitar el pico de adrenalina cuando nos sentimos tensos y el salmón es una de las mejores fuentes naturales que existen. Comerlo tres veces por semana es hacernos un favor.
espinaca
Espinacas. Los vegetales de hoja tienen un efecto calmante gracias a su alto contenido en magnesio. De hecho, tomar una ensalada de espinacas nos aporta el 40% necesario cada día. Otra alternativa para tomar espinaca es incluirla en nuestro sándwiches o tortillas.
Sushi.
Sushi. Las algas marinas también son ricas en magnesio, por lo que cada vez que nos comemos una porción de sushi estamos diciéndole alto a nuestro estrés. Además, hay que contar también con los beneficios del pescado.
Té negro.
Té negro. Una taza de té negro al día es capaz, si no de acabar con nuestro estrés, sí de minimizarlo. De hecho, entre todas las variedades existentes, es la que ha demostrado un mayor efecto.
Si es una pauta de comportamiento que se repite, lo más seguro es que se genere una especie de círculo vicioso en el que la persona come y come habitualmente alimentos calóricos con los que sube de peso y con lo que sentimientos como la culpa o la tristeza se incrementan.
Según la Sociedad Española para el Estudio de la Ansiedad y el Estrés, se trata de una situación que afecta a más mujeres que hombres y que se puede evitar si se siguen unas pautas sencillas. De hecho, hay una serie de alimentos que pueden ayudarnos a liberar estrés.
Naranjas.
Naranja. Una dosis de vitamina C como la que aporta la naranja tiene la capacidad de ayudar a una persona a recuperarse de manera más rápida de situaciones de estrés. La presión en sangre y los niveles de cortisona descienden de manera más rápida con un aporte extra de esta vitamina.
Pistachos. (Foto: Getty Images)
Pistaches. Este fruto seco tiene altas dosis de magnesio y potasio, lo que ayuda a mantener a raya la presión sanguínea. Incorporarlo a la dieta, tanto en su versión salada como en su variante al natural, equivale a vivir menos estresado.
Avena.
Avena. Un buen tazón de avena con leche permite mantener altos los niveles de serotonina. Eso sí, es mejor si podemos hacerlos nosotros mismos en lugar de comprar los ya envasados, porque tendrían más fibra, lo que hace que el efecto calmante dure más tiempo.
Chocolate negro.
Chocolate. Si nos comemos una onza y media de chocolate negro al día, mantendremos las hormonas del estrés lo más bajas posibles. Además, el chocolate negro tiene flavonoides, que son sustancias antioxidantes.
Vino.
Vino. Una copa de vino tinto tiene la capacidad de actuar como depresor del sistema nervioso central. Esto quiere decir que puede ayudarnos a dormir y descansar mejor siempre, claro está, que no bebamos más de la cuenta.
Leche.
Leche. Un vaso de leche templada tiene la capacidad de ayudarnos a reducir el estrés y a relajarnos. Esto se debe a que la leche es rica en antioxidantes, vitamina B y B12, proteínas y calcio.
Salmón.
Salmón. Una dieta rica en ácidos grasos Omega 3 ayuda a evitar el pico de adrenalina cuando nos sentimos tensos y el salmón es una de las mejores fuentes naturales que existen. Comerlo tres veces por semana es hacernos un favor.
espinaca
Espinacas. Los vegetales de hoja tienen un efecto calmante gracias a su alto contenido en magnesio. De hecho, tomar una ensalada de espinacas nos aporta el 40% necesario cada día. Otra alternativa para tomar espinaca es incluirla en nuestro sándwiches o tortillas.
Sushi.
Sushi. Las algas marinas también son ricas en magnesio, por lo que cada vez que nos comemos una porción de sushi estamos diciéndole alto a nuestro estrés. Además, hay que contar también con los beneficios del pescado.
Té negro.
Té negro. Una taza de té negro al día es capaz, si no de acabar con nuestro estrés, sí de minimizarlo. De hecho, entre todas las variedades existentes, es la que ha demostrado un mayor efecto.
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