Es una técnica para reducir el estrés y purificar el cuerpo y mente.
De pie o sentados, cerramos los ojos y respiramos lenta y tranquilamente.
Nos ponemos en posición de “Gassho” y tranquilizamos la mente.
Respiramos lentamente, sin causar ninguna tensión. Inhalamos y exhalamos
por la nariz y la punta de la lengua toca el paladar superior.
Conectamos con la energía, levantando los brazos, entreabiertos y
estirados por encima de la cabeza, y las palmas de las manos mirando al
frente. Sentimos que conectamos con el universo y que el Reiki fluye por
todo nuestro cuerpo, que nos fundimos con la energía que emana por las
palmas de las manos. Sentimos que todo el cuerpo esta envuelto en
energía.
Lentamente bajamos las manos a los muslos y las colocamos con las palmas hacia arriba, y mantenemos las manos relajadas como si sostuviéramos un par de bolas de luz en ellas. Llevamos la energía al Dantien y escuchamos nuestra respiración.
Mientras inhalamos, visualizamos que la energía blanca de Reiki llena nuestra cabeza y baja al Dantien. Desde aquí la energía se extiende a todos los órganos y células de nuestro cuerpo. Sentimos que el proceso de sanación está en curso. Mientras exhalamos, visualizamos que la luz llena todo nuestro cuerpo y emana por la piel y llega a ser parte del aura y se extiende al infinito. Al mismo tiempo soltamos cualquier tensión.
Nos ponemos en posición “Gassho”.
Si nos sentimos cansados de realizar el ejercicio, nos podemos acostar. Si por el contrario queremos despertarnos, movemos las muñecas en todas direcciones para despejar la mente.
Fuente: http://montsereiki.wordpress.com/2013/10/23/hikari-no-kokyo-ho-respiracion-luminosa/
Lentamente bajamos las manos a los muslos y las colocamos con las palmas hacia arriba, y mantenemos las manos relajadas como si sostuviéramos un par de bolas de luz en ellas. Llevamos la energía al Dantien y escuchamos nuestra respiración.
Mientras inhalamos, visualizamos que la energía blanca de Reiki llena nuestra cabeza y baja al Dantien. Desde aquí la energía se extiende a todos los órganos y células de nuestro cuerpo. Sentimos que el proceso de sanación está en curso. Mientras exhalamos, visualizamos que la luz llena todo nuestro cuerpo y emana por la piel y llega a ser parte del aura y se extiende al infinito. Al mismo tiempo soltamos cualquier tensión.
Nos ponemos en posición “Gassho”.
Si nos sentimos cansados de realizar el ejercicio, nos podemos acostar. Si por el contrario queremos despertarnos, movemos las muñecas en todas direcciones para despejar la mente.
Fuente: http://montsereiki.wordpress.com/2013/10/23/hikari-no-kokyo-ho-respiracion-luminosa/
