Wednesday, June 18, 2014

¿Por qué bostezamos?

 

¿Es un movimiento voluntario? ¿Por qué se contagia? ¿Cuánto tiempo dura? Estas son algunas de las dudas más frecuentes con las que nos encontramos al intentar resolver este misterio. Las teorías más relevantes y algunos datos curiosos sorprendentes.

Aunque los científicos propusieron varias causas de por qué bostezamos, ninguno consiguió resolver la duda. Algunos lo relacionan con la fatiga, el aburrimiento o el estrés; y otros a la falta de oxígeno en el cerebro. Mientras intentamos buscar una respuesta, te contamos algunos datos sobre este fenómeno, y te aseguramos que, a medida que leas esta información, te darán ganas de bostezar. ¿Te animás a probar?
La definición clásica lo determina como la acción incontrolada de abrir la apertura bocal, con separación muy amplia de las mandíbulas, para realizar una inhalación profunda a la que sigue una espiración de algo menos de lo inhalado, con cierre final de la boca.
Cuando se bosteza, además, se estiran los músculos faciales, se inclina la cabeza hacia atrás, se cierran o entornan los ojos, se lagrimea, se saliva, se abren las trompas de Eustaquio del oído medio y se realizan muchas otras, aunque imprecisas, acciones cardiovasculares, neuromusculares y respiratorias. Pero, ¿a qué se debe esta acción? Existen varias teorías que intentan responder a esta intriga.

* La teoría fisiológica: se basa en la necesidad del cuerpo humano por obtener oxígeno y eliminar la acumulación de dióxido de carbono. Es decir que cuando nos falta oxígeno (sin llegar a extremos como el ahogo o la asfixia), nuestro cuerpo intenta encontrarlo en una gran bocanada de aire. Este principio sería la razón, explica la teoría, de por qué bostezamos cuando estamos con un grupo de personas en una habitación cerrada por ejemplo.

* La teoría de la evolución: este supuesto encuentra una explicación al bostezo en nuestros antepasados, quienes bostezaban para mostrar sus dientes como forma intimidatoria. Es decir que para ésta teoría, el bostezo sería algo voluntario e intencional.

* La teoría del aburrimiento: sin dar demasiados fundamentos, se atribuye al cansancio, el estrés, el exceso de trabajo y el aburrimiento, el poder de hacernos bostezar.

* La teoría del enfriamiento del cerebro: se trata de la teoría sobre el bostezo más reciente, formulada por el profesor de Psicología Andrew C. Gallup y sus colegas de la Universidad Estatal de Nueva York en Albany, Estados Unidos. El bostezo sería la manera que tiene el cuerpo para enfriar el cerebro, es decir para regular la temperatura cerebral cuando otros sistemas del cuerpo no lo hacen de modo suficiente.

Al bostezar se expanden y contraen las paredes del seno maxilar para bombear aire al cerebro, lo que hace disminuir su temperatura. Ubicado en nuestros pómulos, el maxilar es una de las cuatro cavidades más grandes en las cabezas humanas.

Desde 2007, Gallup testó la teoría tanto en animales como en humanos. Gallup y su equipo implantaron sondeos en los cerebros de ratas y registraron los cambios de temperatura del cerebro antes, durante y después del bostezo de las ratas. Descubrieron que la temperatura cerebral sufría de cambios abruptos en los prolegómenos de un bostezo, donde la temperatura empezaba a declinar y finalmente retomaba la temperatura previa a este fenómeno. Esto sugiere que los bostezos se provocan por un aumento en la temperatura cerebral y ayudan a enfriar el cerebro.


Y ahora, la pregunta que todos nos hacemos: ¿por qué es contagioso el bostezo?

Para dar esta respuesta tampoco existe un consenso científico ni médico. Opiniones diferentes indican que puede ser un acto psicológico de empatía con la persona que vemos bostezar, para sincronizar los ciclos del sueño, y como un reflejo para que no nos quiten el oxígeno del medio, entre otras opiniones.

Además que los niños comienzan a desarrollar este comportamiento de contagio a partir de los cuatro años de edad y que en niños con autismo existe la mitad de posibilidades de que el bostezo se contagie. Algo realmente sorprendente, ¿no?


Datos curiosos

- Los bebés pueden bostezar a partir de las 11 semanas de concepción.
- El 55% de las personas que te ven bostezar harán lo mismo en los 5 minutos siguientes.
- Un bostezo dura aproximadamente unos 6 segundos.
- Tu ritmo cardíaco puede aumentar un 30 por ciento cuando bostezas.
- Los monos, los perros, los peces, las serpientes, las tortugas, los cocodrilos y las aves bostezan.
- Las personas no videntes pueden bostezar cuando escuchan un bostezo en una cinta.
- Los atletas olímpicos bostezan antes de una competencia.
- Todos los bostezos son prácticamente iguales, pero su forma y duración puede variar.


Más allá de toda teoría y especulación, bostezar es uno de los actos más placenteros que tenemos. La próxima vez que te dan ganas de hacerlo, estirá tus brazos y piernas lo más que puedas, tirá la cabeza hacia atrás y relajá todo tu cuerpo. Es lindo bostezar así, ¿verdad?