Lo afirma un estudio publicado en una prestigiosa revista científica. Advierte que muchas decisiones se toman en un contexto de miedo y de falta de información adecuada. Y que sólo está recomendada en pacientes de alto riesgo.
Dicen que el miedo no es buen consejero, y algo de eso hay. La mastectomía profiláctica contralateral, una cirugía que consiste en extirpar la mama sana a mujeres con diagnóstico de cáncer en uno de los senos, es mucho más frecuente de lo que debería ser. Un nuevo estudio arroja que, salvo en casos muy puntuales (en aquellas mujeres de alto riesgo), esa agresiva cirugía no va a tener ningún efecto en su pronóstico. La investigación, publicada en la revista JAMA Surgery, advierte sobre el elevado número de mastectomías innecesarias que se realizan movidas por el miedo, fruto de una información inadecuada. El "efecto Angelina", de hecho, aumentó los casos en el último año.La práctica está recomendada en el caso de mujeres de alto riesgo, por su perfil genético o por sus antecedentes familiares. Ahí sí se suele aconsejar la extirpación preventiva de ambas mamas, una vez que el tumor aparece en una de ellas (en algunos casos, incluso antes). Sin embargo, ese subgrupo representa apenas el 10% de todas las mujeres, y en el resto de los casos el riesgo de sufrir un segundo tumor en el otro pecho es muy bajo (entre un 1% y un 3%, según las estadísticas).
Pese a ello, y aunque no existe una evidencia científica que demuestre que la mastectomía contralateral mejora la supervivencia, muchas mujeres se someten a una mastectomía profiláctica de la segunda mama cuando les descubren un tumor en un seno.
De hecho, según el análisis realizado sobre 1500 mujeres por un grupo de cienítificos de la Universidad de Michigan, EEUU, el 70% de las mujeres que se someten a esta doble cirugía no responde al perfil de riesgo que podría tener aconsejado someterse a este tipo de cirugía de la mama (portadoras de los genes BRCA1 y 2 o con varios casos de cáncer de mama en su familia).
De las 1.477 mujeres con cáncer de mama participantes en el trabajo americano, el 18% de ellas había considerado seriamente extirparse la mama sana de manera preventiva, aunque finalmente sólo el 8% de ellas pasó por el quirófano. Las que finalmente llevaban a cabo su determinación eran aquéllas con mayor nivel educativo y, además, las que habían mostrado más preocupación por las recaídas en las encuestas previas, por lo que los autores temen que muchas de estas decisiones se toman en un contexto de miedo emocional y falta de información.
También las que se habían hecho una resonancia magnética en el momento del diagnóstico tenían mayor riesgo de acabar operadas de ambos pechos.
En el artículo publicado por la revista JAMA Surgery, Shoshana Rosenberg y Ann Patridge, del Instituto Dana-Farber (Massachusetts), coinciden en que la ansiedad y el miedo a la recurrencia pueden marcar la toma de una decisión tan compleja, sobrevalorando los verdaderos beneficios de la mastectomía contralateral sobre sus posibles riesgos. Por eso aconsejan a médicos y pacientes que tomen una decisión informada, en la que la mujer conozca bien los pros y los contras, y se tengan en cuenta también sus circunstancias y percepciones personales.
Los investigadores subrayan que no se ha demostrado que, en el grueso de las mujeres, quitarse el pecho sano de manera preventiva mejore sus probabilidades de supervivencia en el futuro.