Utilizar protector solar es algo
imprescindible que debe hacerse durante todas las actividades al aire
libre en cualquiera de las estaciones, y no sólo en verano durante
las visitas a la playa o la piscina. Sin embargo, no es suficiente
utilizarlo, hay que saber cómo hacerlo correctamente así como saber
qué fotoprotector es el más adecuado para cada tipo de piel para
estar realmente protegido frente a las agresiones de los rayos del
sol que podrían provocar incluso cáncer.
Pese a lo que mucha gente cree, un
único protector solar no es suficiente para proteger a toda la
familia, cada miembro tiene que tener uno adaptado a sus
características y necesidades en función de factores como el tipo
de piel, la edad, en qué zona del cuerpo se vaya a aplicar, el lugar
donde se esté, la actividad que se realice o la capacidad de
broncearse.
Fototipos
Para distinguir los diferentes tipos de
piel se crearon los fototipos que indican la sensibilidad de cada
persona a la radiación ultravioleta y la capacidad de broncearse.
Así existen:
Fototipo I: perteneciente a
aquellas personas que nunca se broncean, que por el contrario
siempre se queman y que, suelen tener el pelo pelirrojo y los ojos
azules.
Fototipo II: relativo a aquellas
personas que en ocasiones se broncean e igualmente se queman. En
este caso, suelen ser de pelo rubio y ojos azules o verdes.
Fototipo III: las personas que
pertenecen a este grupo siempre se broncean y rara vez se queman. Se
suelen caracterizar por tener el pelo castaño y los ojos marrones o
grises.
Fototipo IV: hace referencia a
aquellas personas que siempre se broncean y nunca se queman y que,
por lo general, tienen el pelo negro y los ojos marrones.
Cuanto menos sea el número del
fototipo, mayor deberá ser el factor de protección de la crema
solar. Así, por ejemplo, aquellas personas que pertenezcan al grupo
del fototipo I deberán aplicarse una fotoprector cuyo factor sea
superior a SPF 50.
La importancia del cuándo y el dónde
Asimismo, a la hora de protegerse
frente al sol es importante tener en cuenta dónde nos encontramos y
en qué momento:
La radiación solar es más
intensa cuanto más cerca del Ecuador nos encontremos.
El riesgo de quemaduras es mayor
cuanto mayor es la altura, cada 300 metros aumenta un 4%.
Durante todo el año el sol puede
provocar daños, sin embargo es durante el verano cuando la
radiación solar llega con mayor energía.
La franja horaria en la que los
rayos solares llegan con mayor intensidad se encuentra entre las
12:00 y las 16:00 horas.
El agua, la nieve o la arena
reflejan las radiaciones haciendo que se sumen sus efectos al
incidir directamente sobre la piel.
Por supuesto, a mayor radiación, mayor
deberá ser el factor del protector solar que se escoja.
Los niños frente al sol
Por otra parte, son muchos los estudios
que confirman que la exposición al sol durante los primeros años de
vida puede ser causa de padecer cáncer en un futuro. Por ello, es
importante evitar, en la medida en que sea posible, la exposición de
los bebés directamente al sol y si no es posible, será necesario
utilizar productos específicos para su tipo de piel, con factor de
protección nunca inferior a SPF 50.
En el caso de los niños debe evitarse
la exposición al sol durante las horas de máxima intensidad del día
y en caso de hacerlo, deberán estar protegidos con ropas ligeras y
adecuadas, así como con un protector solar específico para su edad
y tipo de piel, con factor de protección, igual que en el caso
anterior, de al menos SPF 50 ya que su piel es mucho más sensible
que la de los adultos.
Consejos para que su correcto uso
Estos son los factores más importantes
a tener en cuenta a la hora de escoger un protector solar adecuado.
Sin embargo, de nada sirve escoger un buen fotoprotector si no se
utiliza correctamente ya que podríamos estar desprotegidos sin
saberlo. Para más información sobre este aspecto puedes pulsar
aquí.