¿Crees que elegir un refresco regular sobre uno de dieta es mejor? La mayoría de las personas piensan que sí, pero si somos sinceras… muy dentro sabemos que todo aquello que promete no puede ser cierto: una bebida efervescente, llena de cafeína y que misteriosamente no tiene azúcar ni calorías. Demasiado bueno para ser verdad.
En un estudio realizado por la School of Medicine at The University of Texas Health Science Center San Antonio, se comparó un grupo que bebía soda de dieta, contra otro que sólo tomaba refresco regular. El estudio duró cerca de 10 años, y aunque la cintura de todos los participantes creció, el vientre de las personas que sólo tomaban refresco de dieta tuvo un incremento mayor del 70%.
Pero el estudio sorprendió cuando se fijaron en las cifras de las personas que sólo tomaban una o dos latas de soda de dieta al día. El incremento en la circunferencia de su cintura fue 5 veces mayor al de las personas que sólo toman refresco regular.
¿Pero qué hay detrás del refresco de dieta? ¿Por qué parece causar más daño que su versión regular? Aquí les dejamos una de las razones más importantes:
Afectación de la flora intestinal
Cuando consumimos grandes cantidades de fructuosa, endulzantes artificiales y polioles, provocamos que las bacterias se adapten de manera que interfiera con las señales de saciedad en nuestro metabolismo.
Estas bacterias se encargan de procesar la comida y al hacerlo emiten un bio-producto llamado ácido grasos de cadena corta. Este bio-producto ayuda a distribuir la energía en el cuerpo, pero cuando las bacterias se adaptan al azúcar y prosperan se hacen más eficientes al procesar grandes cantidades de azúcares y al mismo tiempo aumenta su producción de ácidos grasos de cadena corta.
Son esos altos niveles de ácidos grasos los que disminuyen las señales de saciedad, además de promover la inflamación del tejido del intestino.
Esto explica parcialmente por qué los investigadores han encontrado que el refresco de dieta puede promover el sobre peso. Los endulzantes sin calorías pueden confundir al cerebro para que tenga ganas de más azúcar.
Una opción es consumir productos que contengan estos endulzantes en moderación y sobre todo tomar mucha agua. Para que la flora intestinal se mantenga saludable come frutas y verduras.