Llevar una alimentación alcalina y saludable no significa seguir al pie de la letra un régimen estricto, ni desear tener un cuerpoguía de alimentación alcalina extremadamente delgado a base de privarnos de aquellos alimentos que más nos gustan.
Con una alimentación saludable y
alcalina los resultados son evidentes, sin llegar a tener objetivos tan
radicales, es decir, se trata de lograr que nos sintamos bien con
nuestro cuerpo, que nos haga sentir que estamos cargados de energía para
que nuestro estado de ánimo se encuentre por las nubes y nos sintamos
realmente bien, eso es precisamente lo que nos ofrecerá una alimentación
alcalina y sana.
¿Cómo conseguirlo? Siguiendo una serie
de conceptos y consejos básicos sobre nutrición y aplicación en nuestro
cuerpo, de aprender a conocer los alimentos que se necesitan para que
mantengamos una dieta alcalina completa y rica sin necesidad de
restricciones ni privarnos de comer lo que más nos gusta.
Todo ello, siempre desde un control
razonable y una selección de alimentos alcalinos saludables, evitando al
resto. Aquí tienes una recopilación de puntos muy importantes para
poder llevar una alimentación alcalina y sana:
Punto 1: Prepárate para lograrlo.
Si empiezas creyendo que lo aconsejable
es realizar un cambio drástico en tu dieta “no alcalina”, probablemente
fracasarás, porque al principio harás el esfuerzo e intentarás amoldarte
al nuevo régimen, pero la presión y tu propio organismo, te pedirán que
abandones. Lo mejor que puedes hacer es dar pequeños pasitos, siempre
constante y comprometido, pero evitando las brusquedades.
Deja el conteo, no te preocupes por la
cantidad exacta de calorías que vas a consumir en las comidas de tu
nueva dieta alcalinizante, es mejor que simplifiques y pases
directamente a quedarte con conceptos como la alcalinidad de los
alimentos, los colores, frescura y variedades de los alimentos. Es
decir, seguro que hay recetas alcalinas que te gustan mucho que también
incluyen muchos alimentos saludables y alcalinos, pues empezarás por
este punto, comiendo lo que te gusta y cambiando poco a poco.
Recuerda dar pequeños pasitos, añade
siempre una ensalada a tus comidas, pues son altamente alcalinizantes.
Pasa de la mantequilla en las tostadas al aceite de oliva, verás cómo
todos estos pequeños cambios al final construyen un nuevo hábito mucho
más saludable. No te olvides del objetivo: Quieres una dieta alcalina y
sana, no una dieta que te complique el día, tú buscas energía y salud.
Además de ir añadiendo alimentos
alcalinos y sanos a la dieta, no podemos olvidarnos de dos factores que
se han de tener muy en cuenta, hablamos del agua y del ejercicio, ambos
deberán incluirse en tu rutina.
El agua que te conviene es agua
alcalina, te ayudará a limpiar todas las toxinas del cuerpo y te
mantendrá hidratado. Aquellos que padecen pequeñas deshidrataciones por
no beber lo suficiente en el día, padecen cansancio y dolores de cabeza.
El ejercicio es actividad, es vida, y tú has de tomarlo como una verdura más, como agua y energía. Sus beneficios son interminables de contar y si adquieres el hábito de ejercitarte todas las semanas varias veces, tu salud mejorará notablemente.
Punto 2: La clave es la moderación
Nuestro objetivo es conseguir crear una
extensa dieta alcalinizante que podamos mantener durante toda la vida,
una dieta alcalina que mejor podría llamarse “hábito alcalino”, ya que
al fin y al cabo, consiste en alimentarnos de forma alcalina, saludable,
sin riesgos ni limitaciones. Ahora bien, la moderación es un factor
clave en este campo, y que solo depende de cada uno de nosotros, pues
sería imposible establecer unos límites sabiendo que cada cuerpo es
diferente.
La gente confunde la dieta ideal con
llegar a su peso recomendado y terminar el ciclo, de mantenerse unos
meses y poco a poco volver a la rutina de los alimentos que antes
tomaban.
Digamos que buscan una dieta exprés para
mantener una línea “sana” con fecha de caducidad. Lo que te propongo es
que busquemos mejorar nuestra alimentación, tratar de encontrar el
equilibrio y mantenerlo para siempre, porque no estaremos incómodos,
sino con mucha energía y una salud fuerte. Y todo ello, gracias en gran
parte a los alimentos alcalinos que consumimos y el equilibrio que
proporcionará a todos los niveles de nuestro cuerpo.
Creemos que moderación es comer menos,
pero lo que tenemos que comprender es que ese “menos” no implica
eliminar alimentos que nos gustan ni toda la dieta, sino reducir los
niveles de aquellos que no son tan beneficiosos para nuestro organismo.
Pongamos como ejemplo el tocino, no
podemos desayunar todos los días con él, pero sí puedes hacerlo una vez
por semana si el resto de días y alimentos que lo acompañan son
saludables. Lo que no se puede hacer es acompañarlos de donuts, bollos,
chocolatinas, mantequilla, etc. ¿Ves la diferencia? Se puede comer de
todo, pero siempre priorizando lo saludable.
Ahora vamos a centrarnos en las
proporciones de nuestro plato. Todos sabemos que en los restaurantes los
platos suelen ser grandes y abundantes, a partir de ahora, intentaremos
fraccionar y reducir estas dimensiones. Cuando comas fuera, pide un
entrante (ensalada) en vez del primer y único gran plato, así después
podrás buscar alguna otra sugerencia de la carta un tanto más reducida
en cuanto a proporciones.
En casa puedes hacer lo mismo, reduce
tus platos, no los llenes en exceso nunca. Y si te quedas con hambre,
añade verduras a tus raciones, con ellas sí que puedes excederte todo lo
que quieras.
Punto 3: No solo es cuestión de comérselo, sino, de cómo comérselo
En una alimentación alcalina y saludable
no solo se trata de tener la comida delante del plato, sino que también
consiste en adquirir una nueva forma de pensar acerca de ella y cómo
tratarla. Los hábitos saludables siempre se pueden aprender, y por ello,
queremos que seas consciente de que tu plato diario de verduras,
ensalada o pasta, no solo es un trámite obligatorio entre reunión y
reunión, sino que se trata de alimentación alcalina, sana, necesaria y
beneficiosa para tu cuerpo.
Siempre que puedas, come acompañado/a,
pues aporta muchos beneficios emocionales y sociales. Hacerlo frente a
la pantalla de ordenador o viendo la tele, conlleva a comer en exceso y
sin sentido.
Es mejor hablar, interactuar con la
gente y que dediquemos siempre unos segundos a masticar bien la comida,
saboreando cada bocado. No lo olvides, ¡Comer es un placer! Debes
aprender a escuchar y regular tu cuerpo, si tienes hambre o solo es sed,
de no excederte en las comidas copiosas, etc. Lo que no debes hacer es
comer durante la noche, cena pronto y evita los postres abundantes e
incluso picar antes de ir a dormir.
Punto 4: Frutas y verduras alcalinas y saludables
Hemos hablado de ellas antes, de hecho,
siempre se tendrá que realzar todas sus ventajas, pues no hay otros
alimentos que sean tan beneficiosos como las frutas y las verduras.
Contienen vitaminas, enzimas, antioxidantes, fibra y toda clase de
nutrientes ideales para ayudarnos en esa alimentación alcalina y sana
que estamos preparando.
Come frutas y verduras todos los días,
hay gran variedad y millones de platos con combinaciones en las que sí
tienen cabida. La recomendación pasa por tomar 5 piezas de fruta/verdura
al día. Hay suplementos en las tiendas que ayudan y aportan algunas de
sus vitaminas, pero no todo se basa en un concentrado de una sola, por
lo que, si puedes, olvida estos suplementos y cómete directamente la
fruta o verdura. Cuanto más verde, más alcalina y mejor!
Verduras Verdes. Hay que mirar más allá
de la tradicional lechuga, hay hojas de mostaza, brócoli o coles chinas
que aportan calcio, hierro, potasio, zinc y muchas otras vitaminas
esenciales para nuestro cuerpo.
Verduras dulces. Remolacha, zanahoria, maíz o cebolla son algunas de ellas, no te limites solo a las convencionales, tus comidas pueden ser acompañadas con éstas siempre que lo desees.
Verduras dulces. Remolacha, zanahoria, maíz o cebolla son algunas de ellas, no te limites solo a las convencionales, tus comidas pueden ser acompañadas con éstas siempre que lo desees.
Frutas. Todas, come toda clase de frutas, aunque recuerda que el exceso también es malo. Sin embargo, ingerir esas piezas recomendadas al día es lo suyo, puedes variar con plátanos, naranjas, peras, manzanas, etc.
Es muy importante que comprendas que las vitaminas se tienen que adquirir directamente de los alimentos, y no de las píldoras que aseguran contenerlas. No te dejes seducir por los anuncios en los que se promueven suplementos nutricionales de este tipo y apuesta siempre por el alimento en sí, con todas las vitaminas, sin procesos ni alteraciones. Nunca llegarán a proporcionar las mismas ventajas que una buena manzana o pera, por ejemplo.
Punto 5: Los carbohidratos.
Asegúrate de que elijes carbohidratos y
fibra saludable, especialmente granos enteros, que son aquellos que
permiten que la energía nos dure mucho más y la podamos ir quemando a lo
largo de todo el día, ya que muchas veces nos sentimos realmente
enérgicos después de haber comido algo, pero pasadas un par de horas,
nos sentimos como si nos hubiera pasado un tren por encima.
Estos granos están buenos y además, son
potentes antioxidantes, por lo que ayudan también a protegernos de
enfermedades del corazón, cáncer e incluso la diabetes.
Recientes estudios médicos han
determinado que aquellas personas que llevan una dieta en la que se
apoyan en los granos enteros, tienen el corazón mucho más sano.
Pero, ¿Cuáles son los carbohidratos que
se recomiendan? Tienes frijoles, frutas y verduras, todos ellos pueden
incluir granos enteros, ayudan a mantener el nivel de azúcar en sangre y
además, permiten que nos sintamos llenos antes, ya que su proceso de
digestión es más lento.
Los carbohidratos no saludables son
aquellos como la harina blanca, el azúcar refinado o el arroz, todos
ellos se consideran no beneficiosos cuando en su proceso se les ha
despojado de todo el salvado que tenían. Éstos se digieren mucho más
rápido y alteran los niveles de azúcar.
Evita los cereales con gluten (trigo,
avena, cebada y centeno) y aumenta el arroz integral, mijo, amaranto,
quinoa y espelta. Añádelos en tu dieta diaria y ve probándolos todos
hasta que encuentres el que más te gusta. Eso sí, asegúrate de que en el
desayuno no hay pan, pasta o cereal que no sea de grano entero, es muy
importante que lo recuerdes.
Punto 6: Disfrutando de grasas saludables y evitando el resto
Muchos creen que la palabra grasa es
mala, que el cuerpo no la necesita, por lo que eliminan de sus dietas
cualquier tipo de alimento que pudiera contenerla. Sin embargo, lo que
no saben es que, evitando excesos, hay grasas saludables y grasas
perjudiciales, que pueden mejorar o perjudicar el cuerpo según nuestros
hábitos.
El cerebro, cabello, piel, uñas, corazón
y células necesitan de buenas cantidades de grasas saludables para
poder seguir funcionando en condiciones óptimas. Los alimentos que
contienen las conocidas grasas Omega3 son aquellos que realmente ayudan a
mantenerlos en buen estado y combatiendo enfermedades cardiovasculares o
incluso la demencia.
No las apartes nunca de tu dieta,
añádelas. Cuenta con grasas de diferentes tipos, ya que no solo hay una.
Aquí tienes algunos de los alimentos que las contienen y que deberías
consumir en las comidas:
Grasas monoinsaturadas. Son aquellas que
vienen a partir de aceites vegetales como el de cacahuete, oliva o
canola, así como de frutos secos (avellana, almendra o nueces)
Grasas poliinsaturadas. Pescados como el arenque, el salmón, la caballa, las anchoas o las sardinas son aquellos alimentos que cuentan con este tipo de grasas, entre los que encontramos los ya citados Omega3 y ácidos grasos Omega6.
Lo que realmente debes eliminar de tu dieta son las grasas saturadas, esas que se encuentran en filetes de carne roja y productos lácteos como la leche entera. Grasas que hay en mantecas vegetales, algunas margarinas, dulces, galletas, fritos o productos fabricados a partir de aceites vegetales hidrogenados. No diremos que hay que eliminarlo 100%, porque hay nutrientes que si son necesarios, pero sí al 80-90%, es decir, hay que evitar abusar de ellos.
Punto 7: La proteína
Por si todavía no lo sabías, las
proteínas son las que nos aportan una buena parte de esa energía que nos
mantiene en pie durante todo el día, son aquellas que determinan si
tenemos suficiente como para “dar saltos” o solo la necesaria como para
“ir tirando”.
En la alimentación juegan un papel muy
importante, ya que éstas, en los alimentos, se descomponen hasta en 20
aminoácidos, bloques que nos ayudan a hacer crecer el cuerpo y
mantenerlo en perfectas condiciones. Hablamos de músculos, mantenimiento
de células y de los tejidos.
Si los ignoramos, tendremos problemas
con el crecimiento, la masa muscular se verá reducida, tendremos las
defensas bajas y el corazón se irá debilitando poco a poco. La proteína
es muy importante, sobre todo, para los niños, ya que su cuerpo está
creciendo día a día. Por todo esto, te recomendamos que añadas proteínas
a tu dieta.
¿Cuáles añado? Muchos alimentos las
tienen, desde frutos secos como almendras, nueces o pistachos, hasta
frijoles, garbanzos o lentejas. Lo que tienes que eliminar son salados y
nueces azucaradas, es decir, el alimento se consume al natural, nada de
rebozados, salados, azucarados ni nada por el estilo.
Y lo más importante, que digamos que la
proteína es necesaria y recomendable para el cuerpo, no significa que
tengas que centrar todo en ellas, al igual que tampoco en cualquier otro
punto anterior, todo se basa en lograr el equilibrio, en conseguir
comer a gusto sin apenas restricciones ni abusos.
Punto 8: El calcio para fortalecer los huesos
Lo sabemos desde que éramos pequeños,
siempre hemos oído que el calcio ayuda a fortalecer nuestros huesos, sin
embargo, muchos ni nos acordamos de él. Este nutriente tan esencial
para nuestro cuerpo no ha de ser olvidado a partir de este momento, ya
que si queremos mantenernos sanos y fuertes, habrá que volver a contar
con él.
Se recomienda un consumo de 1.000 mg de calcio al día, aumentando esta cantidad en 200 mg más si tenemos más de 50 años.
Lo suyo es tomarlos a partir de
alimentos naturales, es decir, sin contar con ningún tipo de suplemento
alimenticio, sin embargo, no siempre es posible, pues alcanzar las
cantidades recomendadas de proteínas, calcio, etc podría implicar que
comiéramos kilos y kilos de alimentos. Si así sucede, procura que estos
suplementos solo sean ingeridos en dosis muy bajas.
Muchos productos lácteos son ricos en
calcio, la leche, el yogur o el queso son unos ejemplos pero te
recomiendo en su lugar las hortalizas y verduras, sobre todo, aquellas
de hojas verdes. También tienen una buena cantidad de calcio, utiliza
hojas de lechuga romana, hojas de nabo, de mostaza, espinacas, acelgas,
calabaza de verano, judías verdes, apio, brócoli, repollo o coles de
Bruselas, todas ellas son recomendables.
Punto 9: Limitando el azúcar y la sal
El consumo excesivo de azúcar genera
muchos problemas de salud, incluidas enfermedades de peso y corazón.
Reducir los pasteles y postres, aunque es un gran paso adelante, no es
la solución completa, ya que hay muchos otros alimentos como el pan, las
sopas enlatadas, purés de patatas o vegetales preparados, que también
pueden esconder altas dosis de azúcar.
Como medida preventiva, te recomendamos
que evites las bebidas azucaradas, que los alimentos que necesitan
dulces, los endulces tú mismo a base de stevia, xilitol o frutas. Así te
garantizarás que el nivel y control de azúcar lo ejerces tú, y no la
empresa que lo ha fabricado. Es decir, compra los alimentos sin tratar y
“retócalos” tú después.
Recuerda que el azúcar se esconde mucho
detrás de las etiquetas de los alimentos, que hay veces que ni nos damos
cuenta de sus cantidades. Por este motivo, es aconsejable que leas
siempre las etiquetas, con detenimiento y mucho cuidado ya que el
término “azúcar” a veces se disfraza con los siguientes términos:
Caña de azúcar o jarabe de arce.
Edulcorante de maíz.
Miel o melaza.
Jarabe de arroz integral.
Concentrado de zumo.
Maltodextrina (Dextrina).
Dextrosa.
Edulcorante de maíz.
Miel o melaza.
Jarabe de arroz integral.
Concentrado de zumo.
Maltodextrina (Dextrina).
Dextrosa.
Y ahora pasemos a la sal. ¿Sabías que la gran mayoría de personas consume de forma excesiva la sal en sus dietas? Ésta es muy peligrosa, igual que el azúcar, pues también puede generar grandes problemas para nuestra salud, como la hipertensión arterial.
Limita tu consumo poniendo un tope que como mucho alcance los 2 grs. por día, y que sea solamente sal marina sin refinar.
Los alimentos que ya han sido procesados
y envasados, son los que más sal contienen, hablamos de sopas enlatadas
o comidas congeladas, ya que todas ellas superan holgadamente los
niveles recomendados. Si comes fuera de casa, ten mucho cuidado con los
restaurantes de comida rápida.
Si tienes que consumir verduras, evita
las conservas, hazlo siempre con alimentos frescos y/o congelados, así
estarás completamente seguro de que nadie ha añadido de más. Elimina
bocadillos salados, patatas fritas o toda clase de fritos llenos de sal.
Hacerlo de golpe no sería lo recomendado, por lo que debes ir
acostumbrando al paladar poco a poco.
http://muybio.com/guia-para-llevar-una-alimentacion-alcalina-y-saludable
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