Friday, March 28, 2014

Guía para llevar una alimentación alcalina y saludable




Llevar una alimentación alcalina y saludable no significa seguir al pie de la letra un régimen estricto, ni desear tener un cuerpoguía de alimentación alcalina extremadamente delgado a base de privarnos de aquellos alimentos que más nos gustan.
 
Con una alimentación saludable y alcalina los resultados son evidentes, sin llegar a tener objetivos tan radicales, es decir, se trata de lograr que nos sintamos bien con nuestro cuerpo, que nos haga sentir que estamos cargados de energía para que nuestro estado de ánimo se encuentre por las nubes y nos sintamos realmente bien, eso es precisamente lo que nos ofrecerá una alimentación alcalina y sana.

¿Cómo conseguirlo? Siguiendo una serie de conceptos y consejos básicos sobre nutrición y aplicación en nuestro cuerpo, de aprender a conocer los alimentos que se necesitan para que mantengamos una dieta alcalina completa y rica sin necesidad de restricciones ni privarnos de comer lo que más nos gusta.

Todo ello, siempre desde un control razonable y una selección de alimentos alcalinos saludables, evitando al resto. Aquí tienes una recopilación de puntos muy importantes para poder llevar una alimentación alcalina y sana:
Punto 1: Prepárate para lograrlo.

Si empiezas creyendo que lo aconsejable es realizar un cambio drástico en tu dieta “no alcalina”, probablemente fracasarás, porque al principio harás el esfuerzo e intentarás amoldarte al nuevo régimen, pero la presión y tu propio organismo, te pedirán que abandones. Lo mejor que puedes hacer es dar pequeños pasitos, siempre constante y comprometido, pero evitando las brusquedades.

Deja el conteo, no te preocupes por la cantidad exacta de calorías que vas a consumir en las comidas de tu nueva dieta alcalinizante, es mejor que simplifiques y pases directamente a quedarte con conceptos como la alcalinidad de los alimentos, los colores, frescura y variedades de los alimentos. Es decir, seguro que hay recetas alcalinas que te gustan mucho que también incluyen muchos alimentos saludables y alcalinos, pues empezarás por este punto, comiendo lo que te gusta y cambiando poco a poco.
Recuerda dar pequeños pasitos, añade siempre una ensalada a tus comidas, pues son altamente alcalinizantes. Pasa de la mantequilla en las tostadas al aceite de oliva, verás cómo todos estos pequeños cambios al final construyen un nuevo hábito mucho más saludable. No te olvides del objetivo: Quieres una dieta alcalina y sana, no una dieta que te complique el día, tú buscas energía y salud.

Además de ir añadiendo alimentos alcalinos y sanos a la dieta, no podemos olvidarnos de dos factores que se han de tener muy en cuenta, hablamos del agua y del ejercicio, ambos deberán incluirse en tu rutina.
El agua que te conviene es agua alcalina, te ayudará a limpiar todas las toxinas del cuerpo y te mantendrá hidratado. Aquellos que padecen pequeñas deshidrataciones por no beber lo suficiente en el día, padecen cansancio y dolores de cabeza.

El ejercicio es actividad, es vida, y tú has de tomarlo como una verdura más, como agua y energía. Sus beneficios son interminables de contar y si adquieres el hábito de ejercitarte todas las semanas varias veces, tu salud mejorará notablemente.

Punto 2: La clave es la moderación
Nuestro objetivo es conseguir crear una extensa dieta alcalinizante que podamos mantener durante toda la vida, una dieta alcalina que mejor podría llamarse “hábito alcalino”, ya que al fin y al cabo, consiste en alimentarnos de forma alcalina, saludable, sin riesgos ni limitaciones. Ahora bien, la moderación es un factor clave en este campo, y que solo depende de cada uno de nosotros, pues sería imposible establecer unos límites sabiendo que cada cuerpo es diferente.

La gente confunde la dieta ideal con llegar a su peso recomendado y terminar el ciclo, de mantenerse unos meses y poco a poco volver a la rutina de los alimentos que antes tomaban.

Digamos que buscan una dieta exprés para mantener una línea “sana” con fecha de caducidad. Lo que te propongo es que busquemos mejorar nuestra alimentación, tratar de encontrar el equilibrio y mantenerlo para siempre, porque no estaremos incómodos, sino con mucha energía y una salud fuerte. Y todo ello, gracias en gran parte a los alimentos alcalinos que consumimos y el equilibrio que proporcionará a todos los niveles de nuestro cuerpo.

Creemos que moderación es comer menos, pero lo que tenemos que comprender es que ese “menos” no implica eliminar alimentos que nos gustan ni toda la dieta, sino reducir los niveles de aquellos que no son tan beneficiosos para nuestro organismo.

Pongamos como ejemplo el tocino, no podemos desayunar todos los días con él, pero sí puedes hacerlo una vez por semana si el resto de días y alimentos que lo acompañan son saludables. Lo que no se puede hacer es acompañarlos de donuts, bollos, chocolatinas, mantequilla, etc. ¿Ves la diferencia? Se puede comer de todo, pero siempre priorizando lo saludable.

Ahora vamos a centrarnos en las proporciones de nuestro plato. Todos sabemos que en los restaurantes los platos suelen ser grandes y abundantes, a partir de ahora, intentaremos fraccionar y reducir estas dimensiones. Cuando comas fuera, pide un entrante (ensalada) en vez del primer y único gran plato, así después podrás buscar alguna otra sugerencia de la carta un tanto más reducida en cuanto a proporciones.

En casa puedes hacer lo mismo, reduce tus platos, no los llenes en exceso nunca. Y si te quedas con hambre, añade verduras a tus raciones, con ellas sí que puedes excederte todo lo que quieras.

Punto 3: No solo es cuestión de comérselo, sino, de cómo comérselo
En una alimentación alcalina y saludable no solo se trata de tener la comida delante del plato, sino que también consiste en adquirir una nueva forma de pensar acerca de ella y cómo tratarla. Los hábitos saludables siempre se pueden aprender, y por ello, queremos que seas consciente de que tu plato diario de verduras, ensalada o pasta, no solo es un trámite obligatorio entre reunión y reunión, sino que se trata de alimentación alcalina, sana, necesaria y beneficiosa para tu cuerpo.

Siempre que puedas, come acompañado/a, pues aporta muchos beneficios emocionales y sociales. Hacerlo frente a la pantalla de ordenador o viendo la tele, conlleva a comer en exceso y sin sentido.

Es mejor hablar, interactuar con la gente y que dediquemos siempre unos segundos a masticar bien la comida, saboreando cada bocado. No lo olvides, ¡Comer es un placer! Debes aprender a escuchar y regular tu cuerpo, si tienes hambre o solo es sed, de no excederte en las comidas copiosas, etc. Lo que no debes hacer es comer durante la noche, cena pronto y evita los postres abundantes e incluso picar antes de ir a dormir.

Punto 4: Frutas y verduras alcalinas y saludables
Hemos hablado de ellas antes, de hecho, siempre se tendrá que realzar todas sus ventajas, pues no hay otros alimentos que sean tan beneficiosos como las frutas y las verduras. Contienen vitaminas, enzimas, antioxidantes, fibra y toda clase de nutrientes ideales para ayudarnos en esa alimentación alcalina y sana que estamos preparando.

Come frutas y verduras todos los días, hay gran variedad y millones de platos con combinaciones en las que sí tienen cabida. La recomendación pasa por tomar 5 piezas de fruta/verdura al día. Hay suplementos en las tiendas que ayudan y aportan algunas de sus vitaminas, pero no todo se basa en un concentrado de una sola, por lo que, si puedes, olvida estos suplementos y cómete directamente la fruta o verdura. Cuanto más verde, más alcalina y mejor!

Verduras Verdes. Hay que mirar más allá de la tradicional lechuga, hay hojas de mostaza, brócoli o coles chinas que aportan calcio, hierro, potasio, zinc y muchas otras vitaminas esenciales para nuestro cuerpo.
Verduras dulces. Remolacha, zanahoria, maíz o cebolla son algunas de ellas, no te limites solo a las convencionales, tus comidas pueden ser acompañadas con éstas siempre que lo desees.

Frutas. Todas, come toda clase de frutas, aunque recuerda que el exceso también es malo. Sin embargo, ingerir esas piezas recomendadas al día es lo suyo, puedes variar con plátanos, naranjas, peras, manzanas, etc.
Es muy importante que comprendas que las vitaminas se tienen que adquirir directamente de los alimentos, y no de las píldoras que aseguran contenerlas. No te dejes seducir por los anuncios en los que se promueven suplementos nutricionales de este tipo y apuesta siempre por el alimento en sí, con todas las vitaminas, sin procesos ni alteraciones. Nunca llegarán a proporcionar las mismas ventajas que una buena manzana o pera, por ejemplo.

Punto 5: Los carbohidratos.
Asegúrate de que elijes carbohidratos y fibra saludable, especialmente granos enteros, que son aquellos que permiten que la energía nos dure mucho más y la podamos ir quemando a lo largo de todo el día, ya que muchas veces nos sentimos realmente enérgicos después de haber comido algo, pero pasadas un par de horas, nos sentimos como si nos hubiera pasado un tren por encima.
Estos granos están buenos y además, son potentes antioxidantes, por lo que ayudan también a protegernos de enfermedades del corazón, cáncer e incluso la diabetes.

Recientes estudios médicos han determinado que aquellas personas que llevan una dieta en la que se apoyan en los granos enteros, tienen el corazón mucho más sano.

Pero, ¿Cuáles son los carbohidratos que se recomiendan? Tienes frijoles, frutas y verduras, todos ellos pueden incluir granos enteros, ayudan a mantener el nivel de azúcar en sangre y además, permiten que nos sintamos llenos antes, ya que su proceso de digestión es más lento.

Los carbohidratos no saludables son aquellos como la harina blanca, el azúcar refinado o el arroz, todos ellos se consideran no beneficiosos cuando en su proceso se les ha despojado de todo el salvado que tenían. Éstos se digieren mucho más rápido y alteran los niveles de azúcar.

Evita los cereales con gluten (trigo, avena, cebada y centeno) y aumenta el arroz integral, mijo, amaranto, quinoa y espelta. Añádelos en tu dieta diaria y ve probándolos todos hasta que encuentres el que más te gusta. Eso sí, asegúrate de que en el desayuno no hay pan, pasta o cereal que no sea de grano entero, es muy importante que lo recuerdes.

Punto 6: Disfrutando de grasas saludables y evitando el resto
Muchos creen que la palabra grasa es mala, que el cuerpo no la necesita, por lo que eliminan de sus dietas cualquier tipo de alimento que pudiera contenerla. Sin embargo, lo que no saben es que, evitando excesos, hay grasas saludables y grasas perjudiciales, que pueden mejorar o perjudicar el cuerpo según nuestros hábitos.

El cerebro, cabello, piel, uñas, corazón y células necesitan de buenas cantidades de grasas saludables para poder seguir funcionando en condiciones óptimas. Los alimentos que contienen las conocidas grasas Omega3 son aquellos que realmente ayudan a mantenerlos en buen estado y combatiendo enfermedades cardiovasculares o incluso la demencia.

No las apartes nunca de tu dieta, añádelas. Cuenta con grasas de diferentes tipos, ya que no solo hay una. Aquí tienes algunos de los alimentos que las contienen y que deberías consumir en las comidas:
Grasas monoinsaturadas. Son aquellas que vienen a partir de aceites vegetales como el de cacahuete, oliva o canola, así como de frutos secos (avellana, almendra o nueces)

Grasas poliinsaturadas. Pescados como el arenque, el salmón, la caballa, las anchoas o las sardinas son aquellos alimentos que cuentan con este tipo de grasas, entre los que encontramos los ya citados Omega3 y ácidos grasos Omega6.

Lo que realmente debes eliminar de tu dieta son las grasas saturadas, esas que se encuentran en filetes de carne roja y productos lácteos como la leche entera. Grasas que hay en mantecas vegetales, algunas margarinas, dulces, galletas, fritos o productos fabricados a partir de aceites vegetales hidrogenados. No diremos que hay que eliminarlo 100%, porque hay nutrientes que si son necesarios, pero sí al 80-90%, es decir, hay que evitar abusar de ellos.

Punto 7: La proteína
Por si todavía no lo sabías, las proteínas son las que nos aportan una buena parte de esa energía que nos mantiene en pie durante todo el día, son aquellas que determinan si tenemos suficiente como para “dar saltos” o solo la necesaria como para “ir tirando”.

En la alimentación juegan un papel muy importante, ya que éstas, en los alimentos, se descomponen hasta en 20 aminoácidos, bloques que nos ayudan a hacer crecer el cuerpo y mantenerlo en perfectas condiciones. Hablamos de músculos, mantenimiento de células y de los tejidos.
Si los ignoramos, tendremos problemas con el crecimiento, la masa muscular se verá reducida, tendremos las defensas bajas y el corazón se irá debilitando poco a poco. La proteína es muy importante, sobre todo, para los niños, ya que su cuerpo está creciendo día a día. Por todo esto, te recomendamos que añadas proteínas a tu dieta.

¿Cuáles añado? Muchos alimentos las tienen, desde frutos secos como almendras, nueces o pistachos, hasta frijoles, garbanzos o lentejas. Lo que tienes que eliminar son salados y nueces azucaradas, es decir, el alimento se consume al natural, nada de rebozados, salados, azucarados ni nada por el estilo.

Y lo más importante, que digamos que la proteína es necesaria y recomendable para el cuerpo, no significa que tengas que centrar todo en ellas, al igual que tampoco en cualquier otro punto anterior, todo se basa en lograr el equilibrio, en conseguir comer a gusto sin apenas restricciones ni abusos.

Punto 8: El calcio para fortalecer los huesos
Lo sabemos desde que éramos pequeños, siempre hemos oído que el calcio ayuda a fortalecer nuestros huesos, sin embargo, muchos ni nos acordamos de él. Este nutriente tan esencial para nuestro cuerpo no ha de ser olvidado a partir de este momento, ya que si queremos mantenernos sanos y fuertes, habrá que volver a contar con él.

Se recomienda un consumo de 1.000 mg de calcio al día, aumentando esta cantidad en 200 mg más si tenemos más de 50 años.

Lo suyo es tomarlos a partir de alimentos naturales, es decir, sin contar con ningún tipo de suplemento alimenticio, sin embargo, no siempre es posible, pues alcanzar las cantidades recomendadas de proteínas, calcio, etc podría implicar que comiéramos kilos y kilos de alimentos. Si así sucede, procura que estos suplementos solo sean ingeridos en dosis muy bajas.

Muchos productos lácteos son ricos en calcio, la leche, el yogur o el queso son unos ejemplos pero te recomiendo en su lugar las hortalizas y verduras, sobre todo, aquellas de hojas verdes. También tienen una buena cantidad de calcio, utiliza hojas de lechuga romana, hojas de nabo, de mostaza, espinacas, acelgas, calabaza de verano, judías verdes, apio, brócoli, repollo o coles de Bruselas, todas ellas son recomendables.

Punto 9: Limitando el azúcar y la sal
El consumo excesivo de azúcar genera muchos problemas de salud, incluidas enfermedades de peso y corazón. Reducir los pasteles y postres, aunque es un gran paso adelante, no es la solución completa, ya que hay muchos otros alimentos como el pan, las sopas enlatadas, purés de patatas o vegetales preparados, que también pueden esconder altas dosis de azúcar.
Como medida preventiva, te recomendamos que evites las bebidas azucaradas, que los alimentos que necesitan dulces, los endulces tú mismo a base de stevia, xilitol o frutas. Así te garantizarás que el nivel y control de azúcar lo ejerces tú, y no la empresa que lo ha fabricado. Es decir, compra los alimentos sin tratar y “retócalos” tú después.

Recuerda que el azúcar se esconde mucho detrás de las etiquetas de los alimentos, que hay veces que ni nos damos cuenta de sus cantidades. Por este motivo, es aconsejable que leas siempre las etiquetas, con detenimiento y mucho cuidado ya que el término “azúcar” a veces se disfraza con los siguientes términos:

Caña de azúcar o jarabe de arce.
Edulcorante de maíz.
Miel o melaza.
Jarabe de arroz integral.
Concentrado de zumo.
Maltodextrina (Dextrina).
Dextrosa.

Y ahora pasemos a la sal. ¿Sabías que la gran mayoría de personas consume de forma excesiva la sal en sus dietas? Ésta es muy peligrosa, igual que el azúcar, pues también puede generar grandes problemas para nuestra salud, como la hipertensión arterial.

Limita tu consumo poniendo un tope que como mucho alcance los 2 grs. por día, y que sea solamente sal marina sin refinar.

Los alimentos que ya han sido procesados y envasados, son los que más sal contienen, hablamos de sopas enlatadas o comidas congeladas, ya que todas ellas superan holgadamente los niveles recomendados. Si comes fuera de casa, ten mucho cuidado con los restaurantes de comida rápida.

Si tienes que consumir verduras, evita las conservas, hazlo siempre con alimentos frescos y/o congelados, así estarás completamente seguro de que nadie ha añadido de más. Elimina bocadillos salados, patatas fritas o toda clase de fritos llenos de sal. Hacerlo de golpe no sería lo recomendado, por lo que debes ir acostumbrando al paladar poco a poco.

http://muybio.com/guia-para-llevar-una-alimentacion-alcalina-y-saludable


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