Así, por ejemplo, el estrés puede convertir unas uñas sanas en quebradizas, provocar una caída masiva del cabello o generar hiperhidrosis. Por ello, los expertos de la Academia Americana de Dermatología explican que, combinados con las terapias anti-estrés adecuadas, los métodos dermatológicos de hoy son capaces de reducir el estrés y sus consecuencias sobre la piel de forma rápida y eficaz.
Por ello el dermatólogo tiene que tener formación para valorar estos aspectos psicológicos a la hora de tratar adecuadamente al enfermo dermatológico. ¿Queréis saber qué patologías se manifiestan o empeoran con el estrés?
- Psoriasis, rosácea, acné... El estrés puede agravar seriamente estas afecciones si no se controla a nivel médico. En presencia de estrés, las lesiones de acné pueden inflamarse y dejar marcas perpetuas en la piel.
- Úlceras bucales, psoriasis, dermatitis seborreicas… En presencia de estrés la barrera protectora de la piel puede sufrir procesos severos de deshidratación, lo que se traduce en una piel más frágil y sensible, y muy reactiva a agentes irritantes, alérgenos e infecciones diversas.
En cuanto al perfil del paciente con estrés, por lo general carece de la energía y motivación necesarias para llevar a cabo rutinas adecuadas de cuidado de la piel. Además, a menudo manifiestan conductas dañinas (rascarse compulsivamente, frotarse, explotarse granos…) que pueden empeorar los problemas cutáneos sobrevenidos.
¿Qué os parece?
Fuente: http://salud.facilisimo.com/blogs/enfermedades/relacion-entre-el-estado-de-la-piel-y-el-estres_803277.html