Además de sus funciones biológicas, los microorganismos son capaces de combatir la contaminación o el hambre.
Pueden eliminar el plástico, limpiar el agua o ser insumos para desarrollar medicamentos o biocombustibles. Con esa premisa se inauguró, en Ámsterdam, el primer zoológico dedicado a estos seres vivos.
Más allá de que ahora el mundo cuenta
con una ventana para conocerlos y que han transcurrido más de 300 años
desde que se descubrió a estos organismos, la investigación de esta
ciencia avanza con lentitud.
Así lo informa el microbiólogo Alexander
Poveda. Tanto así que, según las estimaciones científicas, solo un 1%
de los microbios existentes en la biosfera ha sido estudiado hasta la
actualidad.
Con base en ese dato, Poveda sostiene
que en comparación con otras disciplinas biológicas como la zoología, la
botánica o incluso la entomología, “la microbiología está en pañales”.
Con esto concuerda su colega e
investigador Raúl Cañar.Este es un poco más alentador y habla sobre una
de las investigaciones más recientes de la Universidad de Oviedo.
Ahí, un equipo de científicos europeos
ha utilizado técnicas de última generación para analizar la
biodiversidad microbiana en la antigua mina de mercurio de Los Rueldos,
en Mieres, España.
Los hallazgos de los investigadores
abren la puerta al diseño de nuevos procesos de descontaminación
biológica y han revelado la existencia de algunos microorganismos
potencialmente nuevos.
En un informe publicado en la revista
Nature, Anabel Peláez, quien dirige el estudio, indicó que el objetivo
no era descubrir un método de descontaminación; sino analizar la
posibilidad de vida de estos seres en ambientes inertes.
Tras cinco años de trabajo, descubrieron que en ambientes ácidos cabe la vida y que puede haber beneficios de ello.
Peláez indica que la presencia de estos
microorganismos, que son capaces de vivir en presencia de metales
nocivos, abre la posibilidad de estudiar sus mecanismos de defensa para
aplicarlos en procesos de descontaminación biológica en los propios
emplazamientos industriales contaminados.
Por ahora, han registrado que son capaces de limpiar el arsénico, pero creen que pueden ‘comer’ más metales pesados.
En relación con esto, se ha comprobado
que la capa de material que generan estos organismos constituye un
modelo interesante para diseñar materiales útiles para la limpieza de
aguas contaminadas
Asimismo, los microorganismos del
ambiente estudiado y no descritos anteriormente son una fuente potencial
de nuevos compuestos con interés farmacéutico e industrial.
Para los expertos nacionales, este tipo
de investigaciones y aplicaciones son la clave de la desesperada carrera
que emprende el mundo para frenar los impactos ambientales que ha
producido el hombre.
“Un limitante es que las grandes investigaciones no son locales y así se apartan de nuestra realidad”, dijo Poveda.